«Por normativa de la raza para la inscripción de nacimientos de reses de lidia en el Libro Genealógico (dependiente del Ministerio de Agricultura), con objeto de conservar la trazabilidad de la genealogía, los machos adquieren el nombre de la madre», ilustraba la Unión de ... Criadores de Toros de Lidia en 2021 cuando la entonces alcaldesa de Gijón, la socialista Ana González, quiso dar la puntilla a la Fiesta con el absurdo de que dos de los toros lidiados en la Feria de Begoña, Feminista y Nigeriano, atendían a bautismos machistas y racistas. Nada que ver con ideologías: los toros se llaman como la vaca que los parió, con nombres asociados a esas reatas. Y así desde «cuatro generaciones atrás, ajenas a contextos sociales y políticos». Desde la Unión, presidida por Antonio Bañuelos, consideraban entonces «fuera de lugar y muy desafortunada la polémica, claramente intencionada en los medios de comunicación y en las redes sociales, que es fruto del desconocimiento sobre el ámbito ganadero y, también, del mundo rural».
Aquel comunicado bien puede extenderse a los bulos malintencionados vertidos ahora en las redes sociales por la lidia de un toro llamado Comunista en Ciudad Real el pasado domingo, cuando las corridas regresaron tras cinco años con los tendidos llenos. Y eso es lo que escuece. A Morante de la Puebla le tocó lidiar este ejemplar de la ganadería de Luis Algarra, herrado con el número 5, castaño y de 445 kilos. Y no, el toro no se bautizó esa mañana para estoquear un Comunista.
«Los fascistas han ilegalizado al PCE tres veces y han torturado y asesinado a sus militantes siempre que han podido. Parece que están preparando volver a hacerlo y de momento se entrenan con un pobre animal al que van a torturar hasta la muerte. Preparamos actuaciones», escribe Enrique Santiago en X. Las actuaciones, claro, deberían prepararlas la Fundación del Toro y los ganaderos por tanta difamación.
«La ignorancia es muy atrevida. Es una muestra de las miserias de la sociedad. Si fuera 28 de diciembre pensaría que es una inocentada. Este toro se llamaba Comunista desde que nació hace casi cinco años, por reatas, como su madre», explica a ABC el ganadero Luis Algarra, que tira de educación y señorío para no decir tres barbaridades.
«Vaya, al igual que a aquel comisario político de 1939, el día de la alternativa de Manolete, os indigna que un toro se llame Comunista . Si antes de escribir gilipolleces os diese por mirar 2' en internet, no pido más, evitaríais escribir tanta mamarrachada», le responde el aficionado 'Javier Torear'. Y añade otro: «Madre mía la ignorancia. El nombre de los toros no es una ofensa, sino lo contrario. También hay toros que se llaman Español, Labrador, Príncipe o Humorista, sin que sea ofensa alguna para españoles, labradores, príncipes o humoristas».
Ramón Espinar, que parece no distinguir una vaca de un eral pero sí viviendas de protección oficial, pone su sello: «Me cuentan que se ha puesto de moda ponerle a los toros de lidia nombres como 'comunista', 'socialista', 'feminista' y demás. Le ponen a un animal el nombre de un movimiento popular y luego lo torturan y lo matan ante miles de personas. Y luego se van de cañas». Ya ve, Ramón, así se las gasta la Torosfera: toros y cañas, cañas y toros. Para enfangarse en el barro y torturar con absurdeces ya están otros.
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