La vuelta de Ponce

Vuelve también, lógicamente, por ganar un dinero al que tiene perfecto derecho y que le vendrá muy bien en su nueva vida. Todo ello es posible porque se mantiene estupendamente de forma física, tan delgado como siempre, y conserva su inagotable afición . En el campo, recuperará con facilidad el sitio, ante los toros. A todo ello se une, ahora mismo, que la despedida de El Juli ha dejado un hueco para que abra carteles un veterano de prestigio, como es él. Además, su descanso no debía prolongarse, por su edad y porque, cuanto más tiempo pasaba, más riesgo había de que los nuevos públicos se olvidaran de él.

También es lógico que reaparezca en Nimes, como ha confirmado Simón Casas, siempre hábil para crear acontecimientos. Ese coliseo posee categoría, caché y glamour, para un evento así, pero no tiene la exigencia de una de las grandes Plazas españolas; no en vano lo escogió José Tomás para encerrarse con seis toros.

Al reaparecer el 17 de mayo, evita Ponce la exigencia de acudir, en sus primeras actuaciones, a Fallas, la Feria de Abril y San Isidro. Si va todo bien, actuará en Valencia en julio u octubre; en Sevilla, en San Miguel; en Madrid, en la Feria de Otoño.

Era un secreto a voces que Ponce había iniciado ya sus negociaciones con los grandes empresarios. Queda por ver si han accedido a darle lo que él pide. Y la gran duda: si 2024 será para él una temporada más, dejando para la siguiente su despedida, con actuaciones cerradas, o si se despedirá ya en ese año. Las dos cosas tienen ventajas e inconvenientes. De la respuesta de los empresarios dependerá, en gran medida, su decisión. Tampoco sabemos hasta qué punto se volcará con él el público. En todo caso, me alegro de poder disfrutar de nuevo con su sabiduría taurina y le deseo que el final de su carrera esté a la altura de su excepcional trayectoria.