Un disparate más

Quizá sean prejuicios míos, propios del fascismo y la ultraderecha. Fue iniciativa del PSOE, con Rubalcaba, que pasaran a depender del Ministerio de Cultura las competencias en materia taurina. Le corresponde, por ejemplo, el Registro de profesionales taurinos y la organización del Premio Nacional de Tauromaquia. Pues resulta que Pedro Sánchez nombra Ministro de Cultura a un personaje conocido por su antitaurinismo, Ernest Urtasun. En un sector tan complejo, no se le conoce experiencia en gestión cultural, pero sí es pública su actitud ante la Tauromaquia.

Declaró que es «una actividad injusta, sádica y despreciable». No parece el mejor camino para llevarse bien con los taurinos. Promovió la declaración en contra de la sentencia del Tribunal Constitucional, que abolía la ley catalana en la que se prohibían los toros.

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Al margen de los gustos de cada uno, la realidad es que la Tauromaquia posee una indudable trascendencia económica, ecológica y cultural. Y está protegida legalmente. Según la Ley 18/2013, corresponde a la Administración Central la conservación y promoción de la Tauromaquia, como patrimonio cultural de todos los españoles. Eso supone la obligación de todas las autoridades (repito: de todas) de colaborar en su conservación y promoción.

¿Qué va a pasar, en la práctica? Supongo que el nuevo Ministro de Cultura será lo suficientemente astuto para adoptar una actitud pragmática ante la Fiesta, sin encrespar a los profesionales y aficionados, un sector considerable de votantes. Si predominara su sectarismo, el ejemplo de un elefante en una cacharrería se quedaría muy corto. Las iniciativas legales contra la Fiesta que podría promover dan miedo. Un PSOE mínimamente sensato lo impediría, sin duda, por su propio interés pero del PSOE actual se puede esperar todo, sin excepción.

Pronto lo comprobaremos. En todo caso, no esperábamos ver un nombramiento como éste: un disparate más de los que cada día sufrimos.