Carlos Zúñiga: «Es absurdo que el PSOE se alíe con los antis en Asturias mientras defiende la Fiesta en otras Comunidades»

El empresario de la plaza de toros del Bibio dice que seguirá todos los cauces legales y pedirá la prórroga

Carlos Zúñiga, en un burladero de la plaza de toros del Bibio Damián Arienza

Las declaraciones de la alcaldesa de Gijón, Ana González (PSOE), han indignado a los profesionales y aficionados taurinos de toda España, sea cual sea su ideología. Nos da los datos Carlos Zúñiga, empresario de la plaza de Gijón.

—¿Cuándo llegó la empresa ... de su padre y usted a Gijón?

—Hace veinte años, en 2001.

—¿Qué balance hace de esos años?

—Cuando llegamos, no era una plaza rentable. Logramos levantarla, que acudieran las primeras figuras. Hoy, es una de las grandes Ferias del Norte. Gijón es nuestro buque insignia: yo me siento gijonés.

—¿Cómo fue la economía?

—Al comienzo, hubo grandes pérdidas. Luego, se fue equilibrando. Cada año, el canon era 50.000 euros más IVA; el presupuesto, cerca de un millón de euros. La Feria la han mantenido solamente los aficionados.

—Dicen algunos que en Gijón no hay afición a los toros.

—No es cierto: hay magníficos aficionados, una veintena de Peñas. Y la Feria atrae a mucho público de toda España y de Francia.

—El Bibio es una preciosa plaza.

—Tiene más de cien años, es un monumento protegido, de propiedad municipal. El canon que pagamos lo reinvierte el Ayuntamiento en su mantenimiento. El aforo es de 9.300; los abonados, cerca de 2.000. Durante el verano, el Ayuntamiento lo arrienda para conciertos por un canon de 391 euros.

—Uno de esos conciertos se anuncia por sus ‘letras crudas, rebeldes, contundentes’. No creo que eso le guste a todos ls gijoneses.

—Todos los espectáculos tienen partidarios y detractores, no sólo los toros. Algunos de esos anunciados conciertos se tuvieron que suspender, por falta de público.

—¿Cómo es su contrato actual?

—Lo firmamos en 2016, por tres años, más tres posibles prórrogas de un año. Por la pandemia, no se utilizó la de 2020, todavía podemos pedir una prórroga más. Lo hemos firmado con Divertia, una sociedad mixta del Ayuntamiento, cuyo comportamiento con nosotros siempre ha sido magnífico.

—¿Qué obligaciones tiene la empresa?

—Pagar un canon de 50.000 más IVA: 60.500 euros. Dar cuatro corridas de toros, una novillada y un festejo de rejones. La pandemia obligó a reducir el aforo a 5.000 localidades y acordamos modificar la exigencia: sólo tres festejos y pagar la mitad del canon.

—¿Y el Ayuntamiento?

—Entregar el inmueble en condiciones óptimas para celebrar los festejos taurinos.

—Las plazas de propiedad pública que su empresa ha gestionado, ¿tenían todas el mismo signo político?

—¡En absoluto! Debemos ser absolutamente apolíticos, como lo es la Fiesta: hay aficionados –y no aficionados– de todos los partidos.

—La relación con los sucesivos alcaldes de Gijón, ¿ha sido buena?

—¡Siempre, fueran del partido que fueran! Tuvimos excelente relación con Vicente Álvarez Areces y Paz Fernández Felgueroso (PSOE) y con María del Carmen Morejón (Foro). Los tres solían acudir al Bibio.

—¿Y la actual alcaldesa?

—Nunca ha acudido a la plaza. Tampoco he tenido trato personal alguno con ella.

—En sus plazas, ¿ha planteado algún problema el nombre de un toro?

—¡Jamás! Todos conocen el origen de esos nombres y que no tienen ningún valor ofensivo. Una anécdota: se lidió en Gijón un toro ‘Marqués’ delante de un político apellidado así y todos lo tomaron a broma, incluido el interesado.

—¿Cómo surgió este conflicto?

—El 15 de agosto, todo fue normal. Como siempre, publicamos los datos de los toros. Levantaron la liebre algunos antitaurinos, en las redes sociales. Parece que hubo un chat interior del PSOE. Aclaré yo a Divertia el origen del nombre de los toros. El día 18, un periodista me informó de que la alcaldesa había declarado, en la Feria de Muestras, que negaría la prórroga del contrato.

—¿Tiene competencias para hacerlo?

—Sí. Pero un festejo taurino requiere un local específico, no es como un concierto. Aunque lo niegue, eso supone de hecho prohibir las corridas de toros en Gijón. Y a eso no tiene derecho, por ley; tampoco podría plantear un referéndum.

—¿Qué aporta la Feria taurina a la economía de Gijón?

—Según un estudio de la Cámara de Comercio de 2017, de 6 a 7 millones de euros.

—¿Qué le ha aconsejado su abogado?

—Seguir los trámites legales: presentar la solicitud de prórroga en septiembre, con todos los avales favorables de profesionales y aficionados. El Bibio es Bien de Interés Cultural como plaza de toros: para eso se construyó, no es un pabellón multiusos.

—¿Qué pueden hacer los aficionados?

—Defender su derecho a ser gijoneses y a ser aficionados a una Fiesta que forma parte de nuestro Patrimonio Cultural Inmaterial. Mostrar el absurdo de que el PSOE asturiano se alíe con los antitaurinos, mientras que defienden la Fiesta los socialistas de Andalucía, Extremadura y Castilla- La Mancha. Esa incongruencia es mala para la imagen del PSOE: le puede perjudicar, sobre todo, en Gijón. Nada es eterno, ni siquiera los políticos, pero las decisiones erróneas pasan factura.

—¿Cuál sería la salida a este absurdo conflicto?

—Evitar extremismos, dialogar, ser tolerante. Hay que saber rectificar, cuando se ha cometido un error político grave.

Así concluía su discurso de investidura esta alcaldesa: «La cultura es diálogo... (Pido) que antepongan el diálogo y la voluntad constructiva a cualquier otro interés de índole partidista». Son sus palabras: es el momento de que las ponga en práctica.

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