Ricardo Mollá, el joven compositor que saltó de un pueblo de Albacete a Nueva York vía YouTube
El caudetano pasó de la banda municipal a componer para las mejores orquestas gracias al vídeo que subió un anónimo
Caudete, la capital mundial del 'brass' que hace vibrar a los jóvenes
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl Wu Tsai Theater del Lincoln Center se viene abajo cuando la Orquesta Filarmónica de Nueva York interpreta los últimos acordes de 'Snowfall over Lincoln Plaza'. Desde una de las últimas butacas hay un joven que se levanta y saluda tímidamente agradeciendo los aplausos. Ricardo ... Mollá, compositor de la obra que estrena la orquesta, sonríe y agradece con un gesto la interpretación de los músicos y de la dirección de Phil Smith. 20 horas después, el joven compositor está sentado frente a su pequeño estudio en la calle El Molino de Caudete, una pequeña villa de Albacete. De Nueva York al pueblo en un abrir y cerrar de ojos. Ahora prepara el Numskull Brass Festival, un curso que organiza junto a los mejores músicos de viento del momento en ese pueblo para que estudiantes de allí y de los alrededores puedan aprender con los mejores.
Estos viajes son fruto del trabajo y la constancia, pero también de un vídeo que un anónimo subió a YouTube y que le abrió las puertas a Juilliard, uno de los mejores conservatorios de artes escénicas situado en Nueva York. «Sigo sin saber quién subió ese vídeo», reconoce entre risas. Cuando piensa en el estreno es como si no hubiera ocurrido jamás. Hay algo de sueño que no le permite ser consciente de lo que ocurrió. «La realidad pasa tan rápido que cuando lo pienso no lo creo. Además, nuestro trabajo es sencillo, ponerse de pie y que te aplaudan, aunque sea por compromiso», cuenta bromeando como si quisiera quitar hierro al asunto. Y así transcurre su vida. Horas y horas delante de un pequeño estudio sencillo, sobrio, sin apenas luz, con su trombón al lado y con dos pantallas con las que compone. Parece mentira que en esa pequeña habitación de apenas cuatro metros cuadrados, medio vacía y oscura hayan salido obras para grandes orquestas como la Filarmónica de Los Ángeles, de Nueva York y para músicos de todo el mundo. A su lado solo tiene dos fotos. Una de Enio Morricone y otra de John Williams.
Tiene al lado su trombón porque en realidad también es músico. Aunque no recuerda la primera vez que escuchó música clásica, sí que se acuerda de la primera vez que vio el trombón. Tenía siete años. Su padre lo llevó a conocer a un chico que tocaba ese instrumento para animarlo a que comenzara sus estudios de música. Y así, unos días después Ricardo, ya estaba matriculado en el grado de Trombón en el Conservatorio Profesional de Música de Villena. De allí saltó al Conservatorio Superior de Alicante para estudiar composición, sin ser consciente de que su vida cambiaría para siempre.
Ricardo estaba interpretando un arreglo de 'Carmen' en el Spanish Brass de Alzira (Valencia) cuando un desconocido lo grabó y lo subió a YouTube. Días después recibió un correo electrónico de Joseph Alessi, trombón solista de la Filarmónica de Nueva York y el autor del arreglo de la obra, invitándole a las audiciones de Juilliard. «Era impensable todo. Sigo sin saber quién subió ese vídeo. Aunque suene poco modesto, ni siquiera fui yo el que activamente intentó llegar allí», cuenta mientras ríe y sigue extrañándose por cómo sucedió todo. Sin más tiempo que perder, Ricardo reunió a sus padres y tres hermanos en el comedor, y convocó una pequeña reunión familiar para plantear su futuro. «Se me explicó que si no me daban una beca iba a ser imposible que me quedara allí, y lo entendí perfectamente, pero tuve suerte». Unos días después, Ricardo cruzaba el Atlántico con una maleta, su trombón y muchos sueños por cumplir para aterrizar en el corazón de Nueva York.
Y allí, un joven trombonista que apenas había salido del país estaba matriculado en una de las mejores escuelas de música del mundo. «El efecto 'wow' dura poco. La primera semana sí que te asombra ver los edificios, gente famosa y todo lo que habías visto en las películas. Pero mi objetivo era aprender y mejorar y no tenía tiempo que perder». Su master era de música clásica con especialidad de trombón, pero decidió ocupar sus ratos libres en tomar clases particulares con los profesores de composición. Sus estudios le reafirmaron que componer no es fruto del azar o del duende. Es trabajo. «Para componer hay que haber escuchado mucha música. A través de ese contenido almacenado, tu cabeza genera un filtro estético que es lo que constituye tu estilo. De forma involuntaria seleccionas aquellos movimientos armónicos que te gustan involuntariamente y cuando lo escribes sale tu estilo. Componer es 25% duende y 75% trabajo».
Cambio de rumbo
Dos años después Ricardo ya estaba graduado por la Juilliard. Su carrera musical fue rodada y ha sido trombón solista Orquesta Filarmónica de Malasia y la Sinfónica Nacional de Dinamarca, invitado como trombón solista a más de veinte orquestas y acumula más de una veintena de premios nacionales e internacionales, pero decidió cambiar de vida. «Tenía otras inquietudes, no me veía anclado a una silla haciendo siempre un mismo programa». De Dinamarca se traslada a Valencia a dar clases en el conservatorio, pero el nivel de encargos de composiciones crece a un ritmo tan agigantado que tiene que tomar una decisión. «¿Con qué medio me expreso mejor? Con esa pregunta me di cuenta de que con la composición tenía un camino más amplio para desarrollarme». Al principio fue duro porque tuvo que renunciar a muchas ofertas de trabajo y económicamente lo sufrió, pero la estrategia le funcionó. «Tienes que encontrar la estabilidad dentro de la inestabilidad. En EE.UU. aprendí a convertir mis proyectos mentales en mi trabajo». Siempre tuvo la certeza de que la composición era su camino. «Mi vocación surgió paralelamente con la del trombón. Desde los 13 años ya hacía arreglos para la banda, hacía mis pequeñas sinfonías que si ahora las escuchas te ríes porque son imposibles de tocar», cuenta riendo.
Ahora vive en Caudete, su hogar y el lugar que le vio crecer. «No me limita vivir en mi pueblo. Dudo que tuviera más oportunidades si viviera en otro lugar, y si las tuviera no sé si compensaría vivir lejos de mi familia». Allí se toma con la misma seriedad la composición para la Filarmónica de Los Ángeles que una pequeña pieza para un solo instrumento o una pieza para la banda con la que comenzó a formarse. «Me he tomado muy en serio todo. Desde una obra para una orquesta a una pieza para tuba y piano. Quizá para una persona que tiene aspiraciones de hacer grandes sinfonías lo vería como algo menor, pero el hecho de querer hacer una buena obra para piano y tuba me ha permitido que la tuba de una gran orquesta haya comprado la pieza y la interprete y se interese». Y así uno puede escuchar sus composiciones en Lincoln Center y en las fiestas de Moros y Cristianos de su pueblo, ya que compuso hace unos años 'Califas', una marcha mora. «Al final, la música es música, independientemente del instrumento y la carrera de un compositor siempre hay que pensar que es una apuesta a largo plazo».
Las bandas municipales son una fuente de vocaciones. En España existen un total de 1.510 bandas de música según el anuario de estadísticas culturales del Ministerio de Cultura y Deporte. La Sociedad Unión Musical Santa Cecilia de Caudete cuenta con más de 170 años de historia y ha visto pasar por su banda a muchos jóvenes que se han convertido en músicos profesionales como Ricardo. «La banda ha sido fundamental. La música es un arte que tiene un componente social importantísimo. El hecho de que para tocar necesites de otras personas hace que tengas que socializar. En la banda vives ese proceso y en mi caso esas personas se convirtieron en mis mejores amigos», reconoce el compositor. Gracias a ella se dedica a la música. «La banda es lo que permite que tantos músicos se quieran dedicar a esto. Si tocar fuera estar en un aula cerrada haciendo escalas no tendría sentido. La banda te ofrece apoyo en la formación y en lo anímico», añade.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete