Cincuenta años de Comediants, la compañía que hizo del teatro una fiesta popular
El grupo catalán que dirige Joan Font recibe estos días un homenaje organizado por la SGAE
Madrid
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Iniciar sesiónLa España de 1972 era un país que atisbaba una luz después de más de cuarenta años de oscuridad. La Barcelona de entonces era un hervidero de creatividad al abrigo de la 'gauche divine', y en el teatro explotó de la mano de grupos ... como Els Joglars, creado diez años antes por Albert Boadella. Aquel 1972, un grupo de actores se reunieron bajo la dirección de Joan Font y alumbraron 'Non plus plis', el primer espectáculo de una compañía que llamaron Comediants. Sus principios, «la recuperación de elementos populares y su dramatización, la ruptura del espacio escénico convencional, el compromiso, la vida y su ciclo festivo, así como la utilización de la música como elemento dramático…»
La SGAE ha querido recordar estas cinco décadas, y esta semana ha rendido homenaje a Comediants en Madrid, que seguirá en Valencia el 1 de diciembre, en Sevilla el día 15 y en Barcelona el día 19.
«Estos cincuenta años han pasado como un suspiro -dice Joan Font, locuaz y entusiasta-; el tipo de vida que hemos escogido -viajes, creaciones, espectáculos...- es un tobogán del que no te puedes bajar. Ahora, aunque sigo sin parar, ya lo miras todo con una perspectiva diferente... Pero sin nostalgia, no me interesa. Los cincuenta años sirven para reflexionar, para ordenar la memoria... Quizás a alguien le sirva y se pueda aprovechar del trabajo que hemos hecho, de estos caminos que hemos abierto. Y lo digo con toda la modestia, pero creo que Comediants ha abierto muchas puertas por el tipo de trabajo, por el tipo de espectáculos, por la diversidad creativa que hemos tenido...»
Tras aquel inicial 'Non plus plis' vendrían 'Dimonis', 'La nit', 'Mediterránea', 'La magia del tiempo', 'Mare Nostrum', 'El fuego de la fiesta' (espectáculo para la clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92), 'Libro de las bestias', 'Maravillas de Cervantes', 'Las mil y una noches'... Así hasta cerca de ochenta espectáculos, varios de ellos creados especialmente para eventos, como los Premios Max, la ceremonia de apertura del Eurobasket o los 125 años de 'La Vanguardia'. Han actuado en lugares tan diferentes como el Palacio de Cristal del Retiro, la Central Station de Nueva York o el Acueducto de Segovia...
En aquella Barcelona de extraordinaria efervescencia, de la que salieron también La Fura dels Baus, Tricicle, Dagoll Dagom o La Cubana, «había una gran curiosidad y no tenía ningún prejuicio a la hora de mostrarse, daba igual si era en catalán o en castellano. Barcelona era una 'cittá aperta'. El teatro en unos momentos nada fáciles, era un canto, una lucha no frontal... Y Barcelona se convirtió en una referencia en este campo». Lo que les diferenciaba, sigue Font, «es que buscábamos historias cercanas, un lenguaje propio que no tuviera nadie más. Nos venían a buscar porque no había nadie que hiciera lo que nosotros hacíamos».
Comediants, recuerda Joan Font, se distinguió por romper los espacios -«los 'Dimonis' en el Retiro, aquí en Madrid, fueron una barbaridad... Encontramos la manera de darle una nueva mirada a la cultura popular, a nuestras raíces: las máscaras de Carnaval, los cabezudos... Este fue el viaje que hicimos; no buscar textos, sino hablar del aliento, de la noche, títulos genéricos pero llenos de sugerencias... Este es el viaje que me gusta estimular en la gente joven».
Y es que lo popular está en el germen de compañías como Comediants, que no hubieran podido emerger, dice Font, sin la tradición del teatro de aficionados que existe en Cataluña. «En el País Vasco hay coros, en Valencia hay bandas... En Cataluña hay grupos de teatro aficionado, festivales, representaciones populares como la 'Pasión' de Olesa de Montserrat, de donde soy yo... Este es el sustrato, la raíz de todas estas compañías».
Comediants nació durante una dictadura, vivió el golpe de Estado de 1981, la caída del Muro de Berlín, el atentado de las Torres Gemelas... Ahora vive en otra dictadura: la de las redes sociales. «Hablando con un joven, me decía que nosotros sabíamos contra quién luchábamos, conocíamos sus caras; pero ellos, ahora, no. Ahora tienen la presión de las redes, que en un minuto te pueden destrozar, y hay que estar muy preparado para soportarlo». ¿Hay menos libertad ahora que hace cincuenta años? «Hoy sería muy complicado hacer 'Non plus plis' Hace años, Joan Brossa me dijo algo que me ha marcado. 'No te censures nunca'. Ahora los creadores tienen la sombra de la autocensura, por el miedo a las críticas si se equivocan...»
La historia de Comediants no puede explicarse sin su centro de creación 'La Vinya', en Canet de Mar. «Vivíamos en una 'comuna' -explica Font-; trabajábamos y vivíamos juntos durante quince años, éramos como una familia grande y aprendíamos unos de otros». De aquel grupo inicial siguen todavía en Comediants siete personas. «Estamos, claro, en un plan diferente, pero seguimos siendo socios y algunos viven en la casa de Canet... Cada uno en la suya, pero en el mismo edificio».
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De aquel Comediants de 1972 queda, reconoce Font, el espíritu y el amor al teatro. «Pero ya cada uno ha seguido su propia línea; yo desde hace veinte años estoy muy centrado en el mundo de la ópera; Jaumet [Jaume Bernadet] monta otro tipo de historias más de calle...» Pero, concluye Font, ni piensa en la jubilación. «De hecho, estoy trabajando más que nunca».
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