Alonso de Santos: «'Numancia' es un grito en defensa de los humildes»

El dramaturgo presenta en Madrid su versión de la tragedia de Miguel de Cervantes

José Luis Alonso de Santos: «El humor nos recuerda que no somos para tanto»

Arturo Querejeta (en primer término), en un momento de 'Numancia' Marcosgpunto

«'Numancia' es un grito en defensa de los humildes, de aquellos que viven sin libertad y aplastados por una tiranía; las víctimas inocentes. Da igual que fuera la época del cerco numantino por los romanos, la época de Cervantes o nuestra época. En este ... montaje trato de gritar con los inocentes escénicamente, artísticamente, pero quiero que mi grito se una a ellos». Son palabras de José Luis Alonso de Santos, autor de la versión y director de la producción de 'Numancia', la tragedia escrita por Miguel de Cervantes, que llega el martes próximo a los Teatros del Canal (estará en cartel hasta el 1 de febrero de 2026). El desacostumbradamente largo elenco (diecinueve actores) lo componen Arturo Querejeta, Javier Lara, Jacobo Dicenta, Pepa Pedroche, Karmele Aranburu, Manuel Navarro, Carlos Lorenzo, Jesús Calvo, David Soto Giganto, Ania Hernández, Jimmy Castro, José Fernández, Carmen del Valle, Esther del Cura, Carlos Manrique, Pepe Sevilla, Alberto Conde, Guillermo Calero y Esther Berzal.

La obra, escrita por Cervantes entre 1581 y 1585 y titulada originalmente 'La Numancia', recoge el episodio histórico sucedido en la población celtíbera (situada cerca de Soria); en el año 133 a. C., la ciudad fue cercada durante alrededor de un año por el Ejército romano, dirigido por Escipión Emiliano. La resistencia de sus habitantes, que prefirieron destruir la ciudad y suicidarse o matarse entre sí, ha quedado como símbolo del heroísmo y la dignidad.

«Esta tragedia es la defensa de lo colectivo -sigue Alonso de Santos-; habla del 'nosotros', del 'estar juntos'... Es un pueblo unido defendiéndose de la tragedia, viviéndola; no es un pueblo roto, como es la España actual, sino una Numancia entonces -o una España en la época de Cervantes-, que estaba unida en su suerte y en su desgracia».

Tres de los protagonistas de la función -Pepa Pedroche, Karmele Aramburu y Arturo Querejeta, veteranos lobos de mar en nuestro teatro clásico- defienden la categoría de Miguel de Cervantes como dramaturgo: «Él mismo se eclipsó con el 'Quijote', y no tiene la producción que tiene Lope de Vega, pero hay que reivindicar su teatro: 'Los baños de Argel', 'El rufián dichoso', 'La gran sultana', 'La entretenida', 'Pedro de Urdemalas'...», coinciden.

«Mi versión trata de ser, en primer lugar, una defensa del más grande escritor español de todos los tiempos; y del orgullo de España y del idioma español, tan cervantino»

Alonso de Santos

También unen sus voces, como los numantinos, para hablar de la belleza y la dificultad de los versos (la versión de Alonso de Santos suma 1794 versos); en la obra hay tercetos encadenados (tres versos endecasílabos con rima consonante), redondillas (cuatro versos octosílabos con rima consonante) y, sobre todo, octavas reales (ocho versos endecasílabos con rima consonante). «Son complicados de decir pero maravillosos de escuchar... Si se dicen bien», resume Arturo Querejeta, mientras Karmele Aramburu rubrica: «Acarician los oídos».

Alonso de Santos incide en ello y asegura que su versión «trata de ser, en primer lugar, una defensa del más grande escritor español de todos los tiempos; y del orgullo de España y del idioma español, tan cervantino». Los valores de la lengua se unen, sigue el dramaturgo, «a los valores de la dignidad, de la justicia, de la defensa de la libertad, de la lucha por la igualdad... Tantos y tantos valores que defendió Cervantes, que defendieron los numantinos y que defendemos nosotros ahora en el escenario».

'Numancia', sigue Alonso de Santos, «trata de contar algo escénicamente con tres elementos claves: emoción, historia y poesía. Hay que destacar en ella la dimensión trágica de los humildes; ésta es la primera gran tragedia española, y una de las primeras y más importantes del mundo que habla de lo colectivo; normalmente, en las tragedias se cuenta la historia de alguien que, generalmente por influencia de los dioses, sufre una condición trágica. Aquí estamos hablando de decisiones humanas; hay una frase muy importante en la obra: 'Cada cual se fabrica su destino'. Aparece aquí la dimensión de la responsabilidad del hombre, no de los dioses. Cervantes escribe una tragedia dando la espalda al teocentrismo; son los hombres quienes deciden, quienes fraguan su destino».

Cervantes, recuerda Alonso de Santos, «vuelve a utilizar la frase 'Cada cual se fabrica su destino' veinte años después en el Quijote. Pero tiene una variación: 'Cada uno es artífice de su ventura'».

Hay un último aspecto que quiere destacar el dramaturgo: «La obra es una defensa de la mujer, que apoyo plenamente; hay que darse cuenta de en qué época lo hace Cervantes. En 'Numancia' la decisión más importante la toman las mujeres, ellas son las que deciden lo que, finalmente, llevará a Numancia a la historia».

Resume Alonso de Santos: «además de un grito contra la tiranía y a favor de nuestras raíces culturales fundamentales, como son la lengua y la creación literaria y teatral del más importante escritor español de todos los tiempos, 'Numancia' es un grito de esperanza, como lo es siempre el arte que busca dar sentido, ilusión, belleza y placer a nuestra vida, aunque sea, como en esta obra, mostrando la tragedia del sufrimiento. Su vitalidad y teatralidad se debe a la emoción humana con que están concebidos sus personajes, sobre todo el colectivo de todo un pueblo. Cervantes hace desfilar ante nosotros todos los horrores de la guerra, y la eterna lucha de los seres humanos para no ser esclavos de nadie y poder vivir con dignidad y justicia. Y esos personajes - y su sentido de la vida y de la muerte -, nos hacen penetrar en el corazón de la tragedia».

«Y esto es verdad que no se me puede contradezir»

Entre la escritura de 'Numancia' (1581-1585) y la publicación del texto (1784) transcurrieron dos siglos. La obra se estrenó en Madrid, como escribió el propio Cervantes en el prólogo de 'Ocho comedias y ocho entremeses nvevos': «Y esto es verdad que no se me puede contradezir, y aqui entra el salir yo de los límites de mi llaneza: que se vieron en los teatros de Madrid representar 'Los tratos de Argel', que yo compuse, 'La destruycion de Numancia' y 'La batalla naual', donde me atreui a reduzir las comedias a tres jornadas, de cinco que tenian». La obra tuvo, al parecer, buena acogida, pero a pesar de ello no fue impresa hasta casi dos siglos después por Antonio Sancha, que la publicó en 1784 con el título 'Viage al Parnaso', volumen que recogía tanto 'La Numancia' como 'El trato de Argel', ambas inéditas hasta la fecha. De la tragedia no se conserva ninguna copia manuscrita autógrafa de Cervantes, pero existen dos copias de otras manos: 'El cerco de Numancia', fechado a finales del siglo XVI y conservado en la Biblioteca Nacional de España; y otro ejemplar similar custodiado en la Hispanic Society of America de Nueva York; este último fue el utilizado por Sancha para su edición de 1784. De aquella primera edición se conserva un ejemplar en la Biblioteca Regional de Madrid.

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Sobre el autor Julio Bravo

Madrileño. Ingresó en la Redacción de ABC en 1985. Ha pasado por distintas secciones, pero siempre se ha dedicado a la información de música y artes escénicas. Es crítico teatral y de Danza

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