Sheila Cremaschi: «La forma en la que se vende una ciudad tiene que ver mucho con el público que atrae»
Este jueves arranca el Hay Festival de Segovia, cita cultural ineludible en la agenda cultural que concentrará entre el día 15 y el 18 los platos fuertes de su programa
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Iniciar sesiónSegovia la levantaron entre los romanos del acueducto, Alfonso VI de León que reconquistó la ciudad y Sheila Cremaschi que decidió hace diez y ocho años emplazar el 'Hay Festival' allí. El festival convierte la ciudad en uno del los puntos más atractivos ... no sólo de Castilla y León, sino de la cultura española desde el próximo 15 de septiembre al día 18. Por esta edición pasarán el filósofo José Antonio Marina, el pintor Miquel Barceló o la escritora británica Yara Rodrigues Fowler, entre otros muchos.
Se nos retrasa esta conversación por la actualidad. La muerte de Isabel II cambia el rumbo de los periódicos y cuando llega Sheila, directora del 'Hay Festival' de Segovia, cuenta que a ella le concedieron en «2008 la medalla del Imperio Británico». Sheila es una mujer incombustible. No para quieta, su cabeza salta de idea en idea y nada se escapa a su atención. Gobierna el 'Hay' como un barco donde se da cita el Renacimiento y el futuro más apabullante.
-¿Qué novedades depara este año el festival a los espectadores que se acerquen hasta Segovia?
-Depende de lo que te guste. Si quieres arquitectura tienes a tres estrellas extraordinarias: Liam Young –arquitecto especulativo y cineasta–, Sou Fujimoto –preboste japonés de la arquitectura mundial– y el español Juan Herreros, arquitecto, catedrático y profesor de la Universidad de Columbia que abordará el tema del equilibrio entre el diseño y la sostenibilidad. Los tres modifican las ciudades, los tres influyen, cambian el paisaje que conocemos y eso me parece realmente atractivo.
Si prefieres el arte tienes a Miquel Barceló, que es el mejor artista vivo en España… De una originalidad extraordinaria. Después estará también Mónica Rikic, que hace arte con inteligencia artificial. Y para mí uno de los momentos fascinantes, porque soy una fanática de la novela negra, es la reedición de los libros de Georges Simenon.
-El cartel de cada edición es un alarde de nombres internacionales y proyectos envidiables. ¿Cómo se consigue reunir a esta nómina de estrellas del rock?
-Cuando termina una edición yo empiezo a pensar ya en la del siguiente año porque todos estos ponentes tienen unas agendas imposibles. Converso con mucha gente que me va dando su impresión, hablo con el embajador inglés, hablo con Jesús Calero… con una serie de personas que me ayudan a aclarar mis ideas de lo que habría que hacer, de lo que está pasando. Y con ese esbozo de un primer discurso es con lo que yo empiezo a invitar. Y lo digo muy claro, ahí acaba lo que yo hago porque después ya todo es azar. Mandas diez invitaciones al éter y no sabes nunca qué va a ocurrir. También ayuda que tengo un hada madrina que es la presidenta mía, Caroline Michelle, que siempre me echa una mano e invita a dos o tres glorias internacionales. Todo lo demás está en manos del azar.
-Desde la organización del 'Hay festival' se pone una especial atención en cuidar de los invitados…
-Nosotros nos desvivimos porque nuestros invitados lo pasen bien, estén cuidados y la prueba de que eso se reconoce es la cantidad de gente importante que nos pide venir por iniciativa propia. A veces hay que decirles que no porque no hay capacidad económica para todos.
-El turismo en España ha marcado uno de sus mejores datos históricos, pero ¿qué papel juega el turismo cultural dentro de una ciudad?
-Estoy convencida de que el discurso, la forma en la que se vende una ciudad, tiene que ver mucho con el público que atrae. Entonces eventos como el 'Hay', en el que hay diecisiete países invitados, donde cada uno va a hablar en su idioma con traducción simultánea, ayuda a la llamada de un público cultural de dichos países, que está muy bien, claro.
Nosotros tenemos tres librerías que son las más antiguas de aquí: una se llama Altares, la otra Diagonal y Punto y línea. Sus libreros te cuentan como se ha modificado el perfil de los lectores desde que llegó el 'Hay' hasta ahora. Se compran otros libros. Se impulsa mucho las lecturas de los ponentes que vienen, pero también la biblioteca desde donde charlamos, que es la Biblioteca pública de Segovia, compra libros de los invitados y los añaden a su catálogo y eso ocurre porque los lectores lo piden. Pasa con Simon Sebag Montefiore, que es israelí y me contaban hace poco que vienen personas preguntando por sus libros. O con Virginia Feito. El público en Segovia va impulsando a la Biblioteca para comprar libros.
-Venimos de una pandemia donde todo lo digital ha cobrado gran importancia, el teletrabajo, las videoconferencias, etc. ¿Por qué sigue teniendo tanta importancia la cultura presencial?
-Durante la pandemia siempre mantuvimos, como mínimo, charlas mixtas. Alguien por videoconferencia, pero con ponentes presenciales también sobre el escenario. Fue el caso de Guillermo Arriaga, este mexicano al que no dejaba entrar el Gobierno español por las restricciones a los vuelos internacionales.
Dicho eso, creo que nos hemos saturado un poco ya de lo digital. Yo he puesto mucho empeño en esta edición pensando que la gente que viene quiere contacto humano, lo necesita.
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