Rossini, en el taller de vaciados

«En una noche, en la que no faltó el descaro de la claque, hay que reseñar el éxito deslumbrante de la sesión, el triunfo de tantas almas que, vacías de vida, convirtieron la obra de Rossini en un dibujo tan perfilado como definitivamente desteñido»

'Il turco in Italia', ópera con sabor a telenovela

Sara Blanch en 'Il turco in Italia' Javier del Real

01/06/2023 a las 11:11h.

Música Gioacchino Rossini.
Libreto: Felice Romani.
Dir. musical: Giacomo Sagripanti.
Dir. de escena y vestuario: Laurent Pelly.
Escenog.: Chantal Thomas.
Iluminación: Joël Adams.
Intér.: Alex Esposito, Sara Blanch, Misha Kiria, Edgardo Rocha, Florian Sempey, Paola Gardina, P. García López. Teatro Real, Madrid

Visto en toda su amplitud, el trabajo teatral de Laurent Pelly destaca por su decidida (y muy sana) irreverencia. En el ámbito de la ópera, y en Madrid, se ha comprobado con 'La fille du régiment', 'Hänsel und Gretel', 'El gallo de oro'… En ... todos los casos convirtiendo al espectador en un observador de ojos codiciosos, que protegido por la oscuridad de la sala se refugia en la alegría a la que le llevan diversiones aparentemente inocentes, no pocas veces burlonas.

Baudelaire, hablando de lo cómico y la caricatura, salvaba la situación diciendo que nada más lejos del espíritu de Satán que la apariencia exagerada de la verdad. Por eso se ha santificado tantas veces el trabajo de Pelly y, por eso, se esperaba con verdadera expectación la nueva producción de 'Il turco in Italia' estrenada ayer en el Teatro Real.

Y en una noche, en la que no faltó el descaro de la claque, hay que reseñar el éxito deslumbrante de la sesión, el triunfo de tantas almas que, vacías de vida, convirtieron la obra de Rossini en un dibujo tan perfilado como definitivamente desteñido.

Pely en la escena, Giacomo Sagripanti ante la orquesta y Sara Blanch en el papel protagonista (como cabeza de cartel) compartieron una misma intención, aunque sus caminos fueran diversos. En el caso de la soprano catalana, prevista para el segundo reparto, pero obligada a sustituir en el último momento a Lisette Oropesa, porque se trata de una cantante formidable, segura, limpia, fresca, apabullante en su aria 'Squallida veste e bruna' y, algo menos, en el duetto 'Per piacere alla signora', donde se hizo muy evidente que la ligereza de la voz y la blandura del gesto juegan en contra de un rol que puede tener otra carne, más perverso y manipulador.

Asoman en este 'turco' las costuras de una dramaturgia que ya en origen es renqueante, muy a pesar de sus admiradores. Philip Gossett, desde la Fundación Rossini, y Margaret Bent, que en 1988 presentó la edición crítica de la obra, escribieron sobre el título dos años después, aprovechando la escenificación en el Teatro de la Zarzuela, en un momento interesante de la vida operística madrileña, sin negar que la máscara entorpece el pulso de 'Il turco' con una falta de caracterización de los personajes.

Por eso Pely consigue lo mejor cuando asoma el sarcasmo y hace del exceso algo evidente, quizá la primera y prometedora aparición de Geronio con camiseta, chancletas y pantalón corto, entre otros detalles; del mismo modo que la dificultad de moldear la obra se note en lo artificioso del conjunto, en la pose, incluyendo la afectada banalización del movimiento al ritmo de la música, o la trama superpuesta en formato de fotonovela a añadir sobre los distintos planos que mueven la propia obra en origen.

La queja es de índole sustancial y afecta también a Sagripanti cuya finura en el acompañamiento, el logro de momentos muy bien conjuntados, destila una trivialidad prodigiosa. Transcurren las casi tres horas de representación esperando que esa música corrupta, compuesta por Rossini y algún otro, teñida de ecos mozartianos, de dinámicas extremas y detalles de orquestación prodigiosos sea algo más que un ejemplo de sensibilidad. En definitiva, que en algún momento se consiga romper el yeso de una producción que pesa demasiado.