El poblado prerromano aún por excavar que podría arrojar luz sobre los vascones

«En el que tiene más altitud se hizo hace en los años 90 un sondeo en el que se localizó parte del hábitat prerromano», señala Luis Romero, codirector de las excavaciones en Santa Criz de Eslava. Los restos se correspondían con una vivienda del tipo de las halladas en Irulegi. Los expertos creen que debió ser en el año 195 a. C. cuando los ejércitos de Roma entraron en contacto con este castro de tipo vascón, que contó con un recinto fortificado. «Varias líneas de posible muralla están vinculadas a este poblado vascón», explica el arqueólogo.

A esta zona de la Navarra Media en la que se encuentra Eslava es precisamente "a donde señalan la mayor concentración de testimonios hasta la fecha", recuerda por su parte el historiador Javier Andreu, codirector junto a Romero de las investigaciones en Santa Criz. "Ahí está Iluberis, la ciudad de los Iluberitani, que es la actual Lumbier, un topónimo claramente vascónico, que está a 20 kilómetros de Eslava, en la comarca de Sangüesa", añade el director del Diploma de Arqueología de la Universidad de Navarra.

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"La investigación en una ciudad como Santa Criz, que pertenece al área neurálgica vascónica y que además fue intensamente romanizada, con mármoles importados y con un aparato escenográfico tan fuerte, no sólo puede arrojar luces a lo que es el mundo vascónico sino también al grado de integración de ese mundo vascónico en el modelo romano de ciudad", sostiene Andreu.

Este experto está convencido de que si bien "Irulegi es muy interesante porque quedó sellada por la destrucción bélica en la guerra de Sertorio, Santa Criz tiene la ventaja de que podría atestiguar los patrones de continuidad y transformación que hay entre el mundo prelatino vascónico y el mundo romano hispánico".

Por el momento «no se ha intervenido» en esta zona del yacimiento navarro, aunque si el Gobierno de Navarra decidiera invertir en la investigación de este castro, los arqueólogos "estaríamos dispuestos", asegura Andreu.

Las excavaciones se han encaminado hasta el momento a desvelar los misterios de esta ciudad romana cuyo auténtico nombre todavía se desconoce. El topónimo de Santa Criz proviene, con toda probabilidad, de la lectura errónea de un escrito grabado en piedra de un 'dispensador', un funcionario municipal, que se conserva en el Museo de Navarra. «La inscripción en latín leída desde el desconocimiento dio lugar al topónimo», comenta Romero.

Andreu y la arqueóloga Txaro Mateo analizaron ésta y otra veintena de inscripciones halladas en el yacimiento y sus alrededores en un estudio sobre la 'Epigrafía romana de Santa Criz', publicado en 2019 en la prestigiosa revista 'Epigraphica', junto al conjunto de grafitos que estudió Pablo Ozcáriz.

Su análisis descubrió que los habitantes de esa ciudad romana adoraban a Júpiter, pero mantenían el culto ancestral a Peremusta, una divinidad de origen céltico. Hablaban un peculiar latín y algunos tenían nombres muy poco usuales como Ruisticola o Piculla.

Aunque en las vecinas localidades de Ujué y de Lerga se recuperaron unas inscripciones votivas y funerarias con alusiones al dios 'Lacubegi' y a los antropónimos 'Abisunharis' y 'Narhungesi', que permiten pensar en una población vascónica en Santa Criz, los investigadores no han hallado hasta el momento evidencias de nombres de origen vascón, como sería esperable por la ubicación de la ciudad.

«El hallazgo de la mano de Irulegi ha sido muy excepcional», destaca Romero, quien se muestra esperanzado porque este descubrimiento «indica que en estos poblados vascones pueden aparecer este tipo de testimonios».

A los arqueólogos les gustaría excavar en un futuro en el poblado prerromano de Santa Criz, pero por ahora sus investigaciones continúan en el foro de la ciudad romana, «el único en toda Navarra que se puede excavar abiertamente», señala Romero. Otros foros localizados, como el de la antigua Pompaelo (Pamplona) o el de Lumbier, se encuentran bajo las calles de ciudades habitadas y solo cuando se realiza alguna obra es posible asomarse a su pasado. «En Santa Criz tenemos la enorme ventaja de que está en una zona deshabitada donde podemos intervenir libremente», insiste el investigador.

En la última campaña han ampliado las excavaciones en el sector 1, donde localizaron la cimentación del templo principal, y han hallado más losas de arenisca del pavimento del Cardo Máximo, la calle principal del eje norte-sur de la ciudad. «La calle continúa y es bastante ancha», explica Romero. Los arqueólogos han abierto 2,5 metros más hacia el este y no han completado la anchura de esta vía.

Al oeste, han abierto un nuevo sector, el 5. Allí pretendían localizar más restos de cimentación del templo, pero éste debió de ser menor de lo que creían pues no han encontrado vestigios. Sí han localizado, sin embargo, parte del lastricado de la plaza, la pavimentación de la misma. En dos grandes fosas de expolio han hallado fragmentos de las grandes losas de piedra arenisca sobre las que debieron de transitar los habitantes de Santa Criz tiempo atrás.

Las investigaciones pretenden averiguar la planta arquitectónica que tuvo este foro para, entre otras cosas, compararlo con el de otras ciudades romanas en territorio vascón, como Los Bañales, en Uncastillo (Zaragoza). «Sería muy importante seguir avanzando y descubriendo cómo se organiza ese foro para saber cómo eran los centros cívicos desde época augustea en territorio vascón», destaca Romero.

Por los hallazgos realizados hasta ahora tienen una hipótesis de dónde estaban los edificios habituales en todo foro. Además de la cimentación del templo principal, en el oeste de la plaza descubrieron los derrumbes de un edificio que probablemente se correspondía con la basílica jurídica de la ciudad, donde se administraba justicia. A esta edificación pertenecería la estatua del togado y los fragmentos de la escultura heroica que actualmente se exponen en Eslava, junto a las piezas más importantes rescatadas hasta ahora, en la muestra 'Santa Criz de Eslava: Reflejos de Roma en territorio vascón'. Sin embargo, aún queda mucho por descubrir. «Queremos saber qué tipo de planta tenía», insiste el codirector de las excavaciones.

Excavar en el foro también podría arrojar luz sobre la historia y la identidad de esta antigua ciudad romana. En este enclave donde se ubicaban los monumentos públicos y se erigían estatuas «es donde hay más inscripciones», según recuerda Romero. Tal vez en próximas campañas se llegue a descubrir con suerte cómo llamaban los romanos a Santa Criz de Eslava. O quién sabe si algún vestigio vascón.