Musk, Zuckerberg y los nuevos multimillonarios alfa
peleas tuiteras
Italia será el escenario donde (de celebrarse) se pongan en ridículo dos de los hombres más influyentes del mundo demostrando que hay egos que el dinero no puede comprar
Musk-Zuckerberg, dos egos en las ruinas del circo mediático
Elon Musk reta a Zuckerberg a luchar en una jaula y este acepta: «Mándame la ubicación»
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Iniciar sesiónNo es casualidad que los bíceps de Jeff Bezos se parezcan cada vez más a los de Kiko Matamoros, que Musk se vea de gladiador en Roma y que Zuckerberg practique 'jiujitsu'. El matonismo está de moda incluso entre los ricos, en otro ... tiempo alejados de tan bajas pasiones.
Porque una cosa es que el CEO de Meta y el de Space X mantengan una guerra empresarial desde que el primero lanzase su propia versión del antiguo Twitter y otra muy distinta que sus muros hayan mutado en ring digital, cuando lo que uno esperaría encontrarse es aquella vieja prudencia de las fortunas.
«Si Elon alguna vez se toma en serio una cita real y un evento oficial, ya sabe cómo ponerse en contacto conmigo», decía este fin de semana el creador de Facebook. La respuesta del segundo gladiador en discordia fue de lo más diplomática: «Zuck es un gallina».
Detrás de esta actitud de nuestros magnates podría estar la imitación, el contagio tan de las redes: hoy los 'youtubers' se retan en directo y lo retransmiten por Twitch y es habitual que 'influencers' como Andrew Tate presuman en redes de lo mucho que contaminan sus 33 deportivos. La activista mediambiental Greta Thunberg entró al trapo a Tate y se limitó a establecer una relación inversamente proporcional entre el tamaño de sus coches y el de su pene. Con ese 'beef', que dicen los americanos, terminamos el año. Pero es que en España caminamos en la misma dirección: hace unas semanas se organizaba en Madrid la Famma League, unas jornadas de combates de boxeo y artes marciales entre famosillos patrios (y aspirantes a serlo) donde triunfa el más gallo (o 'galla', que también fueron chicas).
Andrew Tate, el enemigo de Greta Thunberg detenido en Rumanía por trata gracias a una pizza
Beatriz L. EchazarretaEste exboxeador reciclado en 'streamer' tuvo un encontronazo con Greta Thunberg en Twitter por presumir de lo mucho que contaminaban sus coches
Empresarios norteamericanos en actitud púber, Andrew Tate con sus cosas u Omar Montes con guantes de boxeo zurrando a algún aspirante a 'influencer': algo ha cambiado en los códigos culturales de los últimos tiempos.
Si en un extremo la cancelación y lo políticamente correcto amenazan la libertad creativa de algunos; en el otro hay una reacción exagerada que parecía ya superada donde lo físico y lo material son la medida de todas las cosas (el músculo, el tamaño del miembro viril o la cilindrada de un coche de alta gama).
Unos parecen competir en las olimpiadas del victimismo y, los otros, en las de la bravuconada. Italia será el escenario donde (de celebrarse) se pongan en ridículo dos de los hombres más influyentes del mundo demostrando que hay egos que el dinero no puede comprar.
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