Robert Wilson: «No hay que tener miedo a repetirse»
El Teatro Real repone la producción que el director estadounidense estrenó hace cinco años en Madrid
Nicola Luisotti es el director musical, y en el reparto figuran cantantes como Anna Pirozzi, Ewa Płonka, Saioa Hernández, Jorge de León, Michael Fabiano, Martin Muehle, Salome Jicia, Ruth Iniesta y Miren Urbieta-Vega
«Turandot», la ópera con la que Puccini pidió perdón al mundo
Madrid
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Iniciar sesiónEl 25 de abril de 1926, en la Scala de Milán, se estrenaba la ópera póstuma de Giacomo Puccini, 'Turandot'. Dirigía aquella representación el legendario Arturo Toscanini, que avanzado el tercer acto, cuentan las crónicas, detuvo a la orquesta después de la ... muerte de Liù, uno de los personajes protagonistas, y se volvió al público: « 'Qui il Maestro finí' (Aquí terminó el maestro)».
Y es que Puccini había fallecido casi dos años antes -el 29 de noviembre de 1924- sin concluir la partitura, que terminaría su discípulo Franco Alfano a partir de apuntes y notas dejadas por el compositor. Ésta será la que volverá a escucharse a partir del próximo lunes en el Teatro Real, que cierra con esta ópera la presente temporada.
'Turandot' volverá al Real entre el 3 y el 22 de julio en la producción que firma el estadounidense Robert Wilson (Texas, 1941), uno de los más exquisitos y refinados directores de escena de nuestros días. El montaje se estrenó en noviembre de 2018 en el propio Teatro Real y se ha visto después en la Canadian Opera Company de Toronto, el Teatro Nacional de Lituania, la Houston Grand Opera -sus coproductores- y la Ópera de París.
Nicola Luisotti repite como director musical (los días 18 y 21 de julio ocupará el podio Diego García Rodríguez), y la producción cuenta con un triple reparto: Anna Pirozzi, Ewa Płonka y Saioa Hernández se alternarán como la princesa Turandot; Jorge de León, Michael Fabiano y Martin Muehle encarnarán a Calaf, el príncipe ignoto; Salome Jicia, Ruth Iniesta y Miren Urbieta-Vega serán la esclava Liú, y Adam Palka, Liang Li y Fernando Radó se alternarán como Timur. Además, Vicenç Estévez interpretará al emperador Altoum; Germán Olvera, Moisés Marín y Mikeldi Atxalandabaso serán Ping, Pang y Pong, los tres ministros; y Gerardo Bullón un mandarín.
«'Turandot' -dice Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real- es una obra en las antípodas de aquella dramaturgia realista y conmovedora que, hasta ese momento, había sido el sello de identidad de Puccini. La obra tiene la rigidez coral propia del oratorio, la estructura dramática de un misterio pagano, de un fresco ceremonioso vasto e inmóvil, de un universo cerrado, puramente legendario, extraño a cualquier lectura ajena a la metáfora, plenamente adscrita a la estética simbolista. Incompatible, en su esencia, con ese pueril 'realismo' de cartón piedra, abigarrado y grandilocuente, con que suele representarse desde la más absoluta insensibilidad hacia la estética propia de la obra».
Rey de España
Robert Wilson -que de niño, confiesa, decía que de mayor quería ser el Rey de España- define 'Turandot' como «una historia muy, muy antigua, de origen persa; es un cuento de hadas. Puccini no terminó la ópera, y personalmente yo creo que es porque no supo cómo terminarla. Es una historia de amor fracasado». Justifica su puesta en escena -elegantemente despojada, como es habitual en él, y con la luz como gran protagonista- en querer darle espacio en el escenario a la música: «es lo más difícil en el teatro -dice-. Las producciones de ópera están tan ocupadas a menudo que para escuchar las voces y la música tengo que cerrar los ojos; mi reto como director es que los espectadores mantengan los ojos abiertos mientras escuchan la música».
«El movimiento -continúa- está la mayor parte del tiempo en las luces; es difícil para los cantantes simplemente estar de pie, lo sé. Pero lo importante es la línea que se sigue de principio a fin: Turandot aparece en escena elevada en una plataforma y sola; y al terminar sigue estando sola».
La historia original presentaba a siete princesas, cuenta Wilson; una de ellas era rusa y vestía de rojo. «El rojo es el color del amor, por eso es el color predominante en la puesta en escena y atraviesa la obra». El contraste son, explica, Ping, Pang y Pong, «tres personajes que no tienen nada que ver con la situación, de la que son testigos, que visten de distinta forma, que se mueven mucho y para los que escribió una música diferente. Son el contrapunto».
La escena, dice Wilson, «es un lugar diferente a cualquier otro lugar. En los cincuenta y siete años de carrera como director jamás le he dicho a un actor o a un cantante lo que tiene que pensar. Mis direcciones, en lo formal, son muy estrictas, y los actores y los cantantes han de seguir esas líneas formales; pero lo que sienta cada uno es totalmente personal».
Dirigir los sentimientos
«Tengo ¡¡tres!! Turandots en esta producción -subraya la cifra tres veces, y eleva el volumen al pronunciarla- que tienen que hacer los mismos movimientos, pero cada una de ellas aporta sus sentimientos, completamente distintos. Ningún compositor, ningún director de escena ni ningún director musical te puede decir cómo sentir».
«Si toco este vaso de agua -sigue Wilson-, puedo decir que está frío, y eso es así; si me toco la frente, puedo decir que está templada, y eso es así. Pero se pueden expresar de distintas maneras. Mi puesta en escena es formalista, no naturalista; no se canta igual en el escenario que en la ducha, ni se camina igual en escena que por la calle. Pero es el cantante o el actor quien tiene que encontrar la emoción en su interior. La forma se llena de sentimientos, pero nunca se pueden dirigir».
Las producciones de Robert Wilson tienen un sello inconfundible. «Aprendo repitiendo lo que he hecho. No hay que tener miedo a repetirse, es una manera excelente de aprender. Matisse se repetía continuamente...».
Nessun Dorma
'Turandot' tiene un momento culminante, que es el aria 'Nessun Dorma', popularizada especialmente por Luciano Pavarotti (a pesar de ser el de Calaf un papel muy alejado de sus características). Jorge de León, que interpretará al príncipe ignoto en el estreno del lunes, asegura que la responsabilidad de cada tenor es dar una «interpretación personal, aportar nuestro color, nuestra expresión, nuestro fiato, nuestros ataques... Es un aria maravillosa pero que deja las puertas abiertas a la interpretación».
Habrá en estas funciones de 'Turandot' un componente sentimental. Por un lado, significa la despedida de Andrés Maspero como director del Coro del Teatro Real, al frente del que ha estado desde 2010 (su sustituto será el argentino José Luis Basso, hasta ahora director del Coro del Teatro San Carlo de Nápoles.). El Teatro Real recordará en estas funciones al tenor Pedro Lavirgen, fallecido en abril de este año, que fue uno de los grandes intérpretes del papel de Calaf.
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