La polarización cala en la canción protesta: de los homenajes a Charlie Kirk a los hits contra el ICE
La música cargada de ideología está proliferando en Estados Unidos al compás de la agudización de la división política, un fenómeno que podría llegar al paroxismo en la próxima Super Bowl
Artistas deportados, giras canceladas, conciertos sin público y boicot: el impacto de la nueva era Trump en la música
Nacho Serrano
Ya ha habido otros momentos históricos en los que la música ha estado extraordinariamente presente en la política estadounidense, y viceversa. Pero en los últimos años esa relación se está tensando de forma dramática, especialmente desde que en 2023 la estrella del country Jason Aldean publicase 'Try That in a Small Town' ... , ironizando con que las protestas del movimiento Black Lives Matter serían rápidamente neutralizadas en cualquier pueblecito de la América profunda.
En su segundo mandato, Trump está rememorando los peores momentos de la obsesión represiva de J. Edgar Hoover para con las estrellas del pop y su presunto potencial subversivo, ya que ha ordenado investigar y/o ha insultado públicamente a artistas que han hablado mal de él o simplemente han apoyado a los demócratas como Bruce Springsteen, Beyoncé, Taylor Swift o Bono de U2.
Se está vetando la entrada en el país a artistas extranjeros críticos con el presidente, y muchos músicos latinos han tenido que cancelar sus giras porque las redadas del ICE (el servicio antiinmigración del Gobierno) tienen aterrorizados a sus fans. Esto ha hecho que la mayor superestrella de la música actual, Bad Bunny, decida no girar por allí el año que viene, y que cuando se ha anunciado que él protagonizará el show de la Super Bowl, una pequeña chanza se haya convertido casi en una declaración de guerra.
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El cantante puertorriqueño bromeó diciendo que los estadounidenses tienen cuatro meses para aprender español antes del concierto televisado, un mensajito con sutil filo político que ha hecho que el entorno de Trump se haya sentido tan insultado que ha respondido promoviendo una presencia masiva de agentes del ICE en el estadio donde se jugará el partido, y dando un nuevo impulso a la ley que establezca el inglés como único idioma oficial del país, ya propuesta por Trump el pasado febrero.
Pero más allá de los hechos noticiosos acerca del protagonismo de la música en la rutina política, hay un fenómeno flagrante que está agudizando esa división entre la izquierda y la derecha estadounidense: la extrema polarización de la canción protesta en ambos bandos, precipitada por el poder de las imágenes. Las del disparo que acabó con la vida de Charlie Kirk por un lado, y las de las detenciones violentas de inmigrantes por el otro.
Hay canciones que ya existían antes del asesinato de Kirk pero que ahora han adquirido la condición de homenaje, como 'Gratitude' del cantautor Brandon Lake, 'Holy Forever' de Chris Tomlin o 'Worthy Of It All' de Phil Wickham, quienes de hecho las interpretaron en el funeral multitudinario que se celebró hace unas semanas en un estadio en Arizona.
Pero su muerte ha desatado una cascada de lanzamientos de nuevas canciones de tributo, comenzando con la del cantante de Nueva Orleans Daryl Johnson 'Diesel', quien se describe a sí mismo de esta manera: «Orgulloso Redneck (paleto). Trabajador. Temeroso de Dios. Nacido y criado en el sur. Escribo música para los verdaderos americanos, los que se dejan la piel, crían bien a sus hijos y no se arredran ante la verdad».
Su tema se llama 'How dare they?' ('¿Cómo se atreven?'), y habla sutilmente de venganza: «Un joven cristiano recibió una bala por decir lo que pensaba / Seremos fuego por fuego, piedra por piedra / Defenderemos la justicia y no retrocederemos / ¿Cómo se atreven a robarle el aliento a un hombre con fe? (…) Nos llaman malvados / Apuntan a nuestra cruz / Entonces aprietan el gatillo y no consideran el coste / Si fuera de los suyos, habría sirenas en llamas».
El artista de country Lee Brice ha publicado 'When The Kingdom Comes (Charlie Kirk Tribute)', una composición dedicada a «un hombre que se parecía bastante a Jesús, y que tenía a Dios en su corazón», y el grupo californiano The Sins Country, formado por los hermanos Joe y Kristen Sins, se ha sumado con 'Prove me wrong', título que alude al eslogan de Kirk en sus mítines, en el que directamente hablan de buenos y malos: «Todos mis enemigos trabajan para mí / Y todos esos enemigos trabajan gratis / Porque aprovechan cada oportunidad que ven / Para separar las buenas semillas de las malas semillas».
También hay artistas canadienses muy fans de Kirk, claro. Como el rapero Tom McDonald, que ya tuvo cierta repercusión con el tema de explícito título 'Fake Woke' en 2021 y ahora está arrasando con 'Charlie', donde dice: «No nos echaremos atrás ni nos rendiremos, predicaré lo que tú me enseñaste / Puede que hayan matado a un soldado, pero ese hombre tenía un ejército / Esto es mucho más profundo que algunos partidos políticos / Y no puedes matar la libertad, así que esta es por Charlie».
El tema de homenaje a Charlie Kirk más bizarro de todos es sin duda 'Not in vain', de una girl-band de K-Pop cristiano llamada AMiYAH. «No en vano, no en vano / Cada mártir pronuncia su nombre / Aunque este mundo mire hacia otro lado / El Cielo se abrió hoy de par en par», dice la canción de este extraño grupo, que tiene toda la pinta de estar fabricado con Inteligencia Artificial.
También es sorprendente, pero por razones muy distintas, la canción 'Charlie' compuesta e interpretada por Jesse Welles, un cantautor aparentemente de izquierdas que ya ha sido comparado con Woody Guthrie y que ha publicado canciones sobre la lista de Epstein, a favor de la sanidad pública, contra las desigualdades sociales y el genocidio en Palestina, y que pese a sus convicciones ideológicas no ha dudado en cantar a Kirk, siendo el único artista de esta historia que ha intentado unir más que desunir con versos como estos: «No puedes odiar el arma y amar el arma que disparó a tu rival / No puedes ser amable y desearle odio a un niño».
Al otro lado de la trinchera
El propio Welles tiene también una canción sobre el otro gran foco de polarización actual en Estados Unidos, las redadas antiinmigración. Se llama 'Join ICE' y tiene una letra tan sarcástica como su propio título: «Si estás buscando respeto y atención / Ven conmigo y pon a algunas personas en detención / La semana pasada fue un poco dura / Puse las esposas a un niño y até a una mujer a una furgoneta / Podemos escabullirnos por la ciudad / Cazando a la gente trabajadora / Únete al ICE chico, ¿no es agradable? / Únete a ICE, sigue mi consejo / Si te falta control y autoridad / Ven conmigo a cazar minorías».
Hay varias canciones sobre esto firmadas por artistas poco conocidos, pero la cosa ha escalado cuando lo ha hecho un ganador de Grammy, Zach Bryan, que ha tratado este tema en 'The fading of red, white and blue', un título que alude a la desaparición de los colores de la bandera como metáfora de la muerte de los valores estadounidenses, y que por tanto ha desatado la ira de los republicanos. «Me he enterado de que ha venido la policía / Son unos hijos de puta engreídos, ¿verdad? / El ICE va a derribar tu puerta / Intenta construir una casa que ya nadie construye / Los niños están asustados y solos / Tengo malas noticias / El desvanecimiento del rojo, blanco y azul», dice la letra de la canción, que ha provocado reacciones furibundas del Gobierno.
El Departamento de Seguridad Nacional le ha advertido a través de su secretaria adjunta de asuntos públicos, Tricia McLaughlin, de que «se ciña a cantar 'Pink Skies'» (en referencia a un éxito suyo de 2024), y la secretaria de la institución, Kristi Noem, le ha recomendado que «comprenda lo irrespetuosa que es esa canción, no sólo para las fuerzas del orden, sino para este país». Hasta la mismísima Casa Blanca ha entrado al trapo a través de su portavoz Abigail Jackson, que acusa a Bryan de «querer abrir las puertas a los extranjeros ilegales criminales y condenar a los heroicos oficiales de ICE, algo con lo que la mayoría de estadounidenses no está de acuerdo, ya que apoyan el gran Renacimiento Americano del Presidente Trump».
Otros artistas han tomado partido activamente contra las políticas de Trump con pequeños actos de resistencia, como el del canadiense Chantal Kreviazuk, que alteró la letra del himno de su país antes de jugarse un partido del torneo de fútbol americano 4 Nations cantando «que sólo mandemos nosotros», en referencia a las insinuaciones del presidente acerca de convertir Canadá en el estado número 51; o la cantante Nezza, que este verano tuvo la osadía de interpretar el himno nacional de Estados Unidos en español en otro partido (en este caso de béisbol, de los Dodgers) como protesta por las redadas en Los Ángeles.
Como señalaba Bad Bunny, todavía quedan cuatro meses para la Superbowl. Cuatro meses en los que puede pasar de todo en este terreno. Pero la polarización estadounidense va a llegar al paroxismo en ese concierto, que será íntegramente en español y tendrá un impacto político bestial si va acompañado de una crítica explícita al ser el espectáculo musical con mayor audiencia del mundo. Razón de más para no perdérselo.
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