Gloria Estefan: «La mujer de mi técnico de guitarras, que lleva 25 años en EEUU, está en un campo de detención en Louisiana y no sabemos nada de ella»

Precisamente estos dos álbumes fueron los que acapararon buena parte del repertorio que la cantante cubano-estadounidense desplegó el pasado domingo en la madrileña plaza de Colón, en las celebraciones del Día de la Hispanidad. «Pocas veces me he divertido tanto como ese día», asegura sonriente. «Primero estaba al sol, y es raro para nosotros dar un concierto en pleno día. Podía ver las caras, los ojos, veía cómo disfrutaban, cómo cantaban, todas las calles llenas de personas, y me sentí tan bendecida… Además presentándoles a mi hija, a quien los españoles conocisteis cuando tenía nueve años y tocó la batería en un concierto que di aquí. Ver a ese monstruo musical, con tanto orgullo…Yo le he pedido muchas veces que cantara en uno de mis shows, y por fin se dio y me alegro de que haya sido aquí, en la madre patria».

En su recital de la Hispanidad, Estefan lanzó un rotundo mensaje de apoyo a los inmigrantes latinos en todo el mundo y en especial en su país, donde es una voz autorizada para opinar porque además de la infinidad de premios de la industria de la música que la consagran como figura cultural de primer orden, Barack Obama le entregó en 2015 la Medalla Presidencial de la Libertad, el máximo reconocimiento civil de Estados Unidos.

«Siempre que hay problemas, los platos rotos los paga el último que llegó al país», señala la cantante afincada en Miami. «Todos somos seres humanos, y hay criminales entre los inmigrantes y entre los que son del país. Si vemos la historia de la Humanidad y vas bien atrás, todos salimos de África y nos hemos esparcido por el mundo. Siempre ha habido intercambio de personas en los países, y yo me siento una ciudadana global. Me encanta la mezcla, lo que aportan los inmigrantes, su cultura, y eso no quiere decir que quienes los reciban tengan que perder la suya».

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En Estados Unidos parece haber mucha gente en las más altas esferas de poder que no está en absoluto de acuerdo, pero eso no ha arredrado a Estefan y, siempre que viene a cuento, expresa sus opiniones con contundencia sin pensar en las consecuencias. «Es absurdo que se forme esta especie de guerra, cuando lo que estoy defendiendo es lo que hizo grande a ese país: la libertad de expresión y la separación de poderes. Eso está en peligro. Yo no soy demócrata ni republicana, tengo ideas de unos y de otros, pero me duele que se esté propagando el odio en las redes sociales. Por eso es importante hablar del amor, de la unidad y de la fuerza que tenemos los inmigrantes, que allá donde hemos ido, hemos aportado».

Todos en Estados Unidos han visto las imágenes de las redadas violentas del servicio de inmigración, pero ella también ha visto cosas con sus propios ojos que la tienen muy alarmada. «Hace poco volé a Las Vegas desde Miami, y había una señora detrás de nosotros con un bebé de tres meses. Cuando llegamos nos dijeron que nos quedásemos sentados, y subió un sinfín de policías. Se acercó una azafata y le quitó el bebé de las manos a la madre. El bebé llorando, la mujer llorando, la azafata llorando, nosotros asustados… La mujer bajó del avión separada de su bebé, y cuando bajamos nosotros, la señora estaba allí y su bebé estaba en manos de un extraño, rodeado de policías sacando papeles».

«¿Qué necesidad había de quitarle a su bebé? Ese tipo de cosas son una locura», continúa antes de revelar otro caso más que cercano. «La mujer de nuestro técnico de guitarras, que llegó a Estados Unidos hace 25 años al ganar un visado por sorteo, la última vez que fue a Inmigración a arreglar unos papeles, ¡se la llevaron! Ahora está en un campo de detención en Louisiana».

La esposa del técnico lleva meses allí «sin que sepamos nada de ella, y no es una ilegal, ni una criminal», añade Estefan. «Eso es lo que estamos viendo y me preocupa, me preocupa muchísimo», dice Estefan, que además asegura que si la cosa empeorara, el único sitio al que se plantearía mudarse es Madrid, aunque antes de eso, «si llegase ese momento, lo que tendríamos que hacer defender lo que ha hecho grande a ese país. N podemos irnos, hay que buscar la forma de que las cosas se vuelvan a regular. Y ahí estaremos».

Gloria, que se marchó de Cuba con dos añitos, recuerda que «gran parte del éxito que tuvo Fidel fue que mucha gente se fue pensando que la cosa mejoraría y luego volverían, y mira lo que ha pasado, que aún siguen bajo ese régimen 66 años después». Y, haciendo un atrevido paralelismo, señala que los conatos de insurrección anticastrista que ha habido en la isla «han fracasado porque la policía se llevó a todos, cosa que ahora estamos viendo en Estados Unidos, donde se supone que la gente tiene el derecho de protestar».

Como la primera latina que actuó en el concierto del intermedio de la Super Bowl (en 1992), Estefan va a seguir con extrema atención la próxima edición que protagonizará Bad Bunny, a quien Trump también ha despreciado públicamente por anunciar un show íntegramente en español añadiendo a modo de chanza que los estadounidenses tienen cuatro meses para aprender el idioma. «¿Por qué van a preocuparse por una broma?», se pregunta la diva latina. «¡Si todos los días salen bromas del mismo Gobierno!».

Una de esas bromas, bastante pesada porque afecta a su hija, es el ataque a los derechos LGTBI. «Sí, temo por su futuro. Estamos viendo unas cosas… Están quitando arcoiris que había pintados en las calles. ¿Cómo puedes sentir miedo de un arcoiris, que es un símbolo de alegría? De nuevo, es el miedo. Es absurdo. Somos seres humanos y somos de muchos colores, de muchos sabores, de muchos lugares, pero en la base somos iguales. Todos queremos amor, respeto y darle una buena vida a nuestras familias».