Inteligencia Artificial en la música: la revolución que lo cambiará todo... ¿para bien o para mal?
Las canciones que se están creando con este tecnología abren el debate entre compositores, músicos y productores
Estos son los trabajos que pueden desaparecer por la inteligencia artificial

Hace unas semanas, David Guetta presentó a un colaborador sorpresa en mitad de una sesión ante miles de personas. La voz del invitado empezó a sonar, y el público se volvió loco: era Eminem. O como dijo el DJ francés, «Em-AI-nem». Dio igual si el rapero estaba allí en carne y hueso o no, lo importante es que su voz recitó varias frases con su estilo característico y la gente bailó con fuerzas redobladas por el chute de adrenalina. La jugada salió perfecta.
Antes del concierto, Guetta le había pedido a Chat GPT que le escribiera una letra inspirada en el estilo de Eminem, y después recurrió a otro programa de inteligencia artificial para generar una voz clavadita a la del rapero. «Tardé menos de una hora», explicó más tarde el DJ, no sabemos si con sorna o perplejidad. En cualquier caso, asegura que esta revolución tecnológica «tendrá una influencia enorme en la música», y sentencia: «No quiero oponerme a ello sino abrazarlo. Sé que mucha gente estará cabreada conmigo y con la inteligencia artificial porque temen la competencia».
Let me introduce you to… Emin-AI-em 👀 pic.twitter.com/48prbMIBtv
— David Guetta (@davidguetta) February 3, 2023
Horas antes de la publicación de este artículo, DJ Nano, uno de los máximos exponentes de la electrónica española y por tanto colega de Guetta, había empezado a trastear con el famoso Chat GPT. Y se quedó de piedra. «No tengo miedo, pero sí sorpresa, mucha sorpresa», asegura a ABC. «En cinco minutos construí una canción con una letra creada a partir unas nociones básicas escritas en una sola línea. La inteligencia artificial creó música donde le dije, y como le dije. Cambié las voces varias veces... había muchas, muchísimas opciones. Esto va a cambiar las reglas del juego, estoy seguro. No sé hasta dónde puede llegar. En el directo creo que se seguirán necesitando humanos para crear espectáculos, pero a la hora de crear música o una novela la cosa va a cambiar mucho. Insisto, no siento miedo, sólo mucha sorpresa y curiosidad, pero sí tengo un poco de inquietud de hasta dónde puede llegar. Por un lado, no quiero ni saberlo (risas)».
Esta misma semana, se ha viralizado otra obra musical de Inteligencia Artificial. Se trata de una canción de Kanye West creada por un experto en esta tecnología llamado Roberto Nickson, que dijo esto al presentarla al mundo vía Twitter. «Y así es como la industria de la música ha cambiado para siempre. Grabé una versión e hice que un modelo de IA entrenado de Kanye reemplazara mi voz. Los resultados te dejarán boquiabierto. Es absolutamente increíble».
Nickson explica con detalle qué hay que hacer para obtener un resultado tan asombroso: «Todo lo que tienes que hacer es grabar las voces de referencia y sustituirlas por un modelo de cualquier músico que te guste. Encontré este ritmo estilo Kanye en YouTube, escribí ocho líneas, voy a grabarlas ahora y después voy a hacer que la AI con la voz de Kanye me sustituya». Al comprobar la estupefacción de la gente al escuchar el resultado, Nickson afirmó: «Eso es una locura, ¿verdad? Y tened en cuenta que esto es lo peor que jamás serán la IA. En solo unos años, básicamente todos los músicos populares tendrán múltiples modelos entrenados de ellos».
And just like that. The music industry is forever changed.
— Roberto Nickson (@rpnickson) March 26, 2023
I recorded a verse, and had a trained AI model of Kanye replace my vocals.
The results will blow your mind. Utterly incredible. pic.twitter.com/wY1pn9RGWx
¿Son malas o buenas noticias para compositores, músicos y productores? Curiosamente, hay bastante diferencia de opiniones. El rapero español Nach es de los que lo ve con más cautela. «A mí me da medito. Yo he oído cosas que están guapísimas, y claro, como compositor de canciones y escritor de poesía, he dicho «hostias, ¿qué va a pasar aquí?». Pero tengo que llegar a un punto de aceptación, porque contra esto no puedo luchar. Yo puedo seguir escribiendo mis poemas y esperar que la gente detecte algo real. Yo pensaba que esto podría afectar más a los compositores más simplones, por decirlo así. Pero al ver que la IA tiene 190.000 palabras para combinar de infinitas formas… te ves incapaz de emularlo. De hehco hay muchos autores, a lo que la IA se los pule (risas). Pero es una cuestión con la que tenemos que aprender a convivir. Como seres humanos, debemos ser capaces de diferenciar lo que es humano de lo que no. Es el único camino que veo para que esto se integre sin problemas. Pero miedito, hay».
Para conocer la opinión de una cantante con veteranía, acudimos a la gran Luz Casal, que relativiza un poco más y arranca su discurso con una graciosa anécdota: «Un amigo mío le pidió al chat GPT que hiciera retratos míos según Da Vinci, según Rubens y otros pintores. Lo que salió me pareció tan gracioso que lo colgué en Instagram, y de pronto se generó un debate súper fuerte con gente mosqueada diciendo «no ha captado tu mirada», «no es tu expresión», etc…». En cuanto a la aplicación en la música, Luz tiene suficiente perspectiva para comprar la IA con otras revoluciones tecnológicas. «Cuando aparecieron las baterías electrónicas, que yo usé en mis dos primeros discos, me parecían una barbaridad», confiesa la artista gallega. «Pero no hay por qué tener miedo a los avances si sabes acondicionarlos a tu necesidad expresiva. El pintor que pintaba con pigmento natural, igual se horrorizó cuando aparecieron los acrílicos. También fue una conmoción cuando un cantautor folk como Bob Dylan enchufara su guitarra y empezara a hacer distorsión. No estoy ni a favor ni en contra de la inteligencia artificial, ya veré qué hago con ella. Es una herramienta que a lo mejor me permite reproducir un beat que tengo en la cabeza. Le pediría un ritmo a lo John Bonham. Pero eso no hará que deje de contar con Tino di Geraldo».
También es interesante conocer la opinión de una instrumentista consumada como la violinista Judith Mateo, a la que preguntamos si le mosquearía que cualquier artista pueda pedirle a la AI que le cree 'un fragmento de violín a lo Judith Mateo' para incluirlo en una canción. «Pero si eso ya se lleva haciendo desde hace años», espeta la artista conquense. «Cuando yo estudiaba en el conservatorio, ya había programas que te armonizaban las melodías que metías, en plan barroco, renacentista o lo que le pidieras. Esto es algo que la industria musical va a aprovechar, porque el tema editorial puede sacar mucho beneficio de eso. La gente tenía miedo de los hologramas, y al final se ha visto que no han funcionado. De todas formas, la música evoluciona con la tecnología, y yo veré la IA como una herramienta más».
Lo mismo piensa el cantante, músico y compositor Iván Ferreiro, tal como demostró en su última entrevista con ABC: «No tiene por qué ser malo, creo que al final será una herramienta más. Igual un día le pido que me haga una canción a lo Ferreiro, y me quedaré con lo que me guste. Como compositor no me da ningún miedo, porque nunca existirá la sensibilidad artificial».
La espinosa cuestión legal
Al margen de las cuestiones artísticas, hay otro importantísimo debate respecto al uso de la inteligencia artificial en la música. Lo explicó muy bien el propio Guetta cuando le preguntaron sobre el asunto: «Hay un pequeño problema ético, porque cuando uso la voz de Eminem no creo que haya una ley sobre esto».
¿Provocará el uso de esta tecnología una cascada de conflictos legales por derechos de autor? Pedro Fernández, del bufete de abogados especializado en música Sympathy for The Lawyer, considera que el primer debate está en si las obras creadas por IA están protegidas por derechos de autor o no: «En los países de tradición jurídica continental como España y nuestros vecinos europeos, dada la legislación actual, estás obras no están protegidas, aunque el Parlamento Europeo ya puso sobre la mesa en 2019 la posibilidad de crear una e-personality o lo que es lo mismo, reconocer personalidad jurídica a este tipo de tecnologías, lo que abriría la puerta a esa protección».
Según explica Fernández, en los países de la tradición jurídica de la Common Wealth la situación es diferente, ya que en sus regulaciones existe una figura llamada ‘Computer Generated Works’ u ‘Obras generadas por ordenador’. «Esta figura ha servido de base legal a tribunales de algunos de estos países para pronunciarse sobre esta cuestión. Así encontramos dos casos en China y Reino Unido en los que una empresa había plagiado una obra creada por una IA propiedad de otra empresa. En estas sentencias se reconoció que las obras creadas por la IA estaban protegidas por derechos de autor y que la titularidad de esos derechos era, en un caso, de la empresa propietaria de la IA y, en el otro, de su programador. No obstante, en EEUU la Oficina de Derechos de Autor ha venido rechazando los registros de obras creadas por IA, por lo que ni si quiera en las legislaciones de esta tradición existe una respuesta clara o un consenso».
Para este especialista, otro punto de fricción está «en qué ocurre si una IA crea una obra que plagia a otra, en especial, quién es responsable de responder de ese plagio, la empresa propietaria del software, el programador, el usuario que ha utilizado la IA o todos ellos», y en su opinión estos casos serán «cada vez más comunes dado que la accesibilidad a estas herramientas es cada vez mayor». Por otro lado, apunta Fernández, «también debemos tener en cuenta el impacto que tendrá en el mercado laboral de la industria musical, compositores, arreglistas, productores, músicos y otras profesiones relacionadas verán como su profesión podrá ser sustituida por estas tecnologías. Las entidades de gestión de derechos también pueden verse perjudicadas, ya que están surgiendo tecnologías basadas en IA que optimizan la labor de repartos de derechos entre los autores».
Su compañero Manuel Sánchez explica que Sympathy for the Lawyer también ha entrado en el mundo del management, y a este respecto añade: «La IA, por la parte positiva, será una herramienta con la que se podrá luchar contra el algoritmo. Quien sepa usarla podrá ir encontrando técnicas y trucos para plantear los lanzamientos de forma que se consigan mejores resultados en las plataformas de streaming. Para los humanos, analizar esos algoritmos es muy complejo».
¿Se convertirá la IA en un aliado? ¿O habrá que adaptar aquello de Golpes Bajos a 'malos tiempos para la humanidad'? Sólo el tiempo lo dirá.
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