'Aparcar' el coche en la piscina o enanos con bandejas de cocaína: las mayores locuras de Keith Moon, Freddie Mercury y otras estrellas del rock

El 24 de agosto se cumplieron 55 años de una imagen icónica protagonizada por Keith Moon, batería de The Who que, en la fiesta de su cumpleaños, se metió en la piscina de un hotel de Michigan sin salir de su coche, porque le apetecía pegarse un baño al volante. No se trataba de un coche cualquiera, sino de un Lincoln Continental. En otra ocasión, Moon atravesó con su coche las puertas de acceso a un hotel y llegó al mostrador de recepción al volante de su vehículo, desde el que pidió la llave de su habitación.

La banda estadounidense Van Halen tampoco se quedan cortos, y tenían una curiosa petición en todos sus conciertos. En su contrato, incluían un punto en el que exigían un gran recipiente de M&M's, pero excluyendo los de color marrón. Según su versión, lo hacían para asegurarse de que los promotores habían leído el contrato y habían sido cuidadosos y rigurosos en el resto de cláusulas. A finales de los setenta entendieron que la comida que les servían en un hotel era vulgar, así que como protesta arrasaron la habitación, tiraron las televisiones por la ventana y organizaron una guerra con los extintores en los pasillos.

El integrante de The Beatles, Paul McCartney no permite nada de carne, cuero o piel dentro de su camerino, ya que es un gran defensor de los derechos de los animales. Steven Tyler, vocalista de Aerosmith, pensó que era una buena idea tener un cocodrilo como mascota, y que le acompañaría a todas partes, incluso a sus conciertos claro.

Uno de los más excéntricos era Ozzy Osbourne. Protagonizó, sin duda, un de las imágenes más surrealistas en la historia de la música, cuando durante un concierto en Iowa, un espectador le entregó el cadáver de un murciélago. Osbourne no lo dudó un segundo y asestó un mordisco a la cabeza del animal. Contó que fue una de las peores sensaciones que ha vivido y asegura que pensaba que era de plástico. Después del concierto, tuvo que ser trasladado al hospital para vacunarse y evitar la rabia.

Elton John confesó en una entrevista que las fiestas de Freddie Mercury le dejaban agotado. De todas aquellas juergas siempre se ha recordado la que celebró en el Hotel Fairmont de Nueva Orleans en 1978, en la que agasajó a los invitados con rituales de vudú en los que un artista arrancaba las cabezas a los pollos con la boca. Además, los camareros servían desnudos y un grupo de hombres enanos se paseaban con bandejas repletas de cocaína atadas a sus cabezas.

La princesa Diana de Gales y Freddie Mercury eran amigos, pero la esposa del heredero al trono de Inglaterra no podía dejarse ver en las fiestas del cantante. Hasta que Freddie y un grupo de sus fieles disfrazaron de hombre a Lady Di y la llevaron a pasar una noche loca al club gay favorito del líder de Queen en Londres.

En una entrevista a la CBS, el Rolling Stone Keith Richards, fue preguntado por una inquietante leyenda que llevaba rodeando a su figura durante años. Muchos decían que el guitarrista se había esnifado las cenizas de su padre, seguramente una de las cosas más absurdas que se le pueden ocurrir a una persona. Todo apuntaba a que el músico desmentiría los rumores, pero no fue así. Richards, además, confirmó que se sometía a cambios periódicos de sangre para eliminar la droga de su cuerpo.

Sin duda todas estas excentricidades y peticiones surrealistas de las estrellas del rock son inconcebibles en la actualidad. La fama resultó muy difícil de asumir para muchos músicos, a los que sobrepasaron las circunstancias y protagonizaron momentos que ya quedan para la historia de la música.