Sílvia Pérez Cruz y Raül Fernández Miró: «La unión de fuerzas muestra el camino»

El resultado, titulado «Granada», es una obra excepcional, única en su especie, en la que ambos han volcado un talento fuera de lo común. «Ha sido mucho, mucho más difícil de lo que creíamos al principio», dice Fernández. «Hemos empleado más tiempo del que esperábamos, quizá por un afán perfeccionista. ¡Hemos grabado el disco tres veces! La primera vez no nos convencía en absoluto el resultado, le faltaba algo, y hasta la tercera no quedamos satisfechos».

«Granada», que «no alude a la ciudad andaluza sino a la dualidad, ya que puede ser una fruta o una cosa que explota, lo cual refleja la combinación que hemos tratado de reflejar», se compone de versiones de joyas de artistas tan diferentes como Edith Piaf , Morente , Fito Páez , Lluís Llach o María del Mar Bonet . «Son versiones absolutamente personales, que intentan transmitir cómo entendemos nosotros la música», explica ella.

El nombre de Sílvia Pérez Cruz, que dio la sorpresa al incorporarse a última hora al Sónar de Barcelona este fin de semana, brilla cada vez con más fuerza en el panorama de cantantes femeninas en este país, pero también fuera de él, porque sus grabaciones van y vienen a través de las fronteras en un feedback simbiótico. Ella se nutre de otras músicas, y otras músicas se nutren de ella. «Cuando viajo a otros países, me doy cuenta de que me sirve muchísimo para conocerme mejor a mí misma, lo cual sin duda acaba influyendo en mi manera de interpretar la música», asegura.

Nacida en Palafrugell (Gerona) hace 31 años, desde muy niña estudió solfeo, jazz, piano y saxo clásico, y también hace sus pinitos con instrumentos como el cajón o el bombo legüero, típico del folclore argentino. Pero sin duda es su aterciopelada y profunda voz lo que ha enamorado a tantos seguidores de tantos lugares diferentes.

Fue en 2010 cuando empezó a darse a conocer al gran público con el debut del grupo Las Migas , pero solo un año después decidió emprender una carrera en solitario que hasta ahora solo cuenta con un álbum, «11 de noviembre», pero que está plagada de colaboraciones con ilustres compañeros de profesión como Joan Monné, Antonio Serrano o Javier Colina. «Me encantan las colaboraciones, porque disfruto mucho del arte de mis amigos. Amo la sensación de estar creando algo único y diferente con la gente que me importa», explica. Por su parte, Fernández, más conocido como Refree en la escena del pop independiente, ha publicado espléndidos discos, como «Matilda» o «Nova creu alta», y ha producido a artistas como Roger Mas, Kiko Veneno , Senior y el Cor Brutal o Josh Rouse.

Cruz asegura que estas uniones de fuerzas son «lo que mejor me muestra el camino a seguir, como persona y como artista», cosa que su compañero secunda inmediatamente. Pendiente queda un segundo disco firmado por ambos, «que queríamos sacar a la vez que el primero, pero que resultó imposible porque terminamos completamente agotados».

De ahí que hayan decidido darse un tiempo cuando terminen su gira, para «refrescar ideas» y relajarse de «tanta intensidad». Sus conciertos, lo dice todo el mundo, son algo muy, muy especial. «El intercambio que se produce sobre el escenario es una energía única, muy difícil de explicar», dice Fernández.