historia
El amor «alicantino» de Edith Piaf
El mito de la canción francesa mantuvo un apasionado romance con el boxeador Marcel Cerdan, de origen aspense
d. martínez
La cantante francesa más célebre del siglo XX, Edith Piaf, tuvo una agitada vida amorosa, marcada en muchas ocasiones más por la angustia que por la felicidad. Pero ninguna de sus relaciones la marcó tanto como la que mantuvo con el boxeador argelino de origen ... alicantino Marcel Cerdán. La muerte de Cerdan en 1949, cuando viajaba en un vuelo de París a Nueva York precisamente para reencontrase con su amada, marcó a Piaf tan profundamente que el mito de la canción francesa se convirtió en adicta a la morfina. Claro que también le dedicó una de sus canciones más célebres: «Hymne a l'Amour».
Edith y Marcel se conocieron en 1948 en Nueva York. La francesa acababa de convertirse en una estrella de fama mundial, y saboreaba las mieles del éxito en una gira triunfal. El argelino, apodado «El bombardero de Marruecos», se proclamaba ese mismo año campeón del mundo de los pesos medios en un combate contra Tony Zale celebrado el 21 de septiembre de 1948 en el Roosevelt Stadium de New Jersey.
Para entonces, Marcel Cerdan estaba casado con Marinette López y ya era padre de dos hijos (tendría uno más en 1949, apenas veinte días antes de morir en el citado accidente). No obstante, esta circunstancia no impidió que viviese un romance tan apasionado como breve con Edith Piaf en los Estados Unidos.
Si bien Marcel Cerdán tenía la nacionalidad francesa, había nacido en Argelia (en 1916) y era conocido como «El bombardero de Marruecos», lo cierto es que su familia hundía sus raíces en la provincia de Alicante. Sus dos padres habían nacido también en Argelia cuando ésta era un protectorado francés, pero sin embargo, los abuelos paternos de Marcel, Vicente y María, eran emigrantes de la localidad alicantina de Aspe. En cuanto a los maternos, habían emigrado de Abanilla (Murcia).
El bistro Marcel Cerdán
Cerdan nunca ocultó su ascendencia alicantina, y de hecho estaba orgulloso de ella. En un combate contra el español José Ferrer, en 1942, Cerdan le pidió que se cambiase los calzones, que lucían una bandera de España, porque él también se sentía español. Ferrer se negó, y 83 segundos después estaba sobre la lona. En cuanto a sus gustos gastronómicas, su comida preferida eran las migas, típicas de Aspe, que le preparaba su abuela.
Pero los vínculos de la familia del que fue nombrado en el año 2000 como el mejor deportista francés del siglo XX con la tierra de Alicante no acaban ahí. Muchos años después de que sus bisabuelos dejaran Aspe, el segundo hijo de Marcel Cerdán, René, regresó a la provincia para abrir un restaurante en la capital alicantina que era todo un museo dedicado a su padre.
El Bistro Marcel Cerdán, en la plaza de Gabriel Miró de Alicante (que cerró sus puertas hace un año), era uno de los puntos de encuentro favoritos de los alicantinos amantes de la gastronomía francesa. De sus paredes colgaban decenas de imágenes del «Bombardero de Marruecos», y también de su gran amor. La primera página de la carta del restaurante estaba dedicada a glosar la vida del campeón francés, y se cuidaba muy mucho de dejar bien claro que su origen estaba en Aspe. Y en el hilo musical no dejaba de sonar música francesa. Por supuesto, con un lugar especial para Edith Piaf y su «Vie en rose».
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