El Museo Nacional de Antropología de México, premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025
El jurado considera a la institución merecedora del galardón por ser heredera «de una larga tradición en defensa y preservación de una parte esencial del patrimonio antropológico de la humanidad»
Eduardo Mendoza, premio Princesa de Asturias de las Letras 2025

El Museo Nacional de Antropología (MNA) de la Ciudad de México ha sumado este miércoles un nuevo reconocimiento: el premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025. La distinción se ha otorgado dado que es considerado uno de los «museos más importantes de Latinoamérica y un referente global en el estudio de la humanidad, debido a su compromiso con la divulgación, la investigación y la preservación del patrimonio cultural».
Además de resaltar la importante labor del museo en la conservación de la historia mexicana, la Fundación Princesa de Austrias resaltó la estrecha relación que mantiene con la cultura española por el acervo que mantiene de objetos de la época virreinal, «que reflejan la fusión de las culturas indígena y española y la relación bidireccional que históricamente se estableció entre estas, nutriéndose y enriqueciéndose mutuamente». Se trata del segundo de estos galardones para México. El primero fue hace dos semanas para la fotógrafa Graciela Iturbide.
El reconocimiento llega en un momento político especial en México, donde el Gobierno de Claudia Sheinbaum ha retomado el reclamo de su antecesor Andrés Manuel López Obrador, quien le reclamaba una disculpa a la Corona española por la Conquista.
El museo se creó en 1940 tras el traslado de parte del acervo del entonces Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía al Castillo de Chapultepec y su icónico edificio actual se inauguró en 1964 por el presidente Adolfo López Mateos. Fue diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez, quien también participó en los trabajos del Estadio Azteca y el Palacio Legislativo de San Lázaro, construcciones representativas de la Ciudad de México.

El MNA se encuentra ubicado en los bosques de Chapultepec, la principal zona verde de la capital mexicana y la cuarta en el mundo de su tipo, con más de 850 hectáreas. Allí, los parques y los lagos funcionan como un oasis en la frenética vida de la segunda metrópoli más grande de América Latina. Es en ese paréntesis de calma donde el museo destaca en todo su esplendor.
En las 20 salas del MNA, que el año pasado fue visitado por 3 millones de personas, se pueden apreciar todo tipo de reliquias: objetos del periodo preclásico mesoamericano (siglo III A.C.), hallazgos de sitio arqueológico de Teotihuacan –el más importante de la América Precolombina–, descubrimientos de la cultura mexica –fundadora del imperio azteca– y hasta una sala dedicada a explicar los diversos juegos que enfrentaban a los pueblos originarios.
Una de las piezas que convoca mayor cantidad de visitantes es la Piedra del Sol, conocida como Calendario Azteca, un enorme monolito de unas 24 toneladas, referencia de cómo medían los mexicas el tiempo.
Otro de los recintos más fascinantes es el dedicado a la civilización maya, iniciadora de la cultura más importantes del sur de México y de buena parte de Centroamérica en la antigua Mesoamérica.
Una variedad impresionante de máscaras, frisos, cerámicas, discos y piezas artísticas permite entender la complejidad de su sociedad, así como sus avances en materia de calendarios, escritura y astronomía. Se puede conocer además la atrapante historia del emperador K'ihnich Janaab' Pakal, quien gobernó del año 615 al 683, fue ungido con doce años, lidero múltiples campañas militares y desarrolló el arte y la arquitectura. Su tumba fue encontrada en Chiapas en 1952 y parte del acervo proveniente de la misma se puede conocer en el MNA.
La institución, cuyas colecciones alcanzaron 250 mil piezas de todo México, arrancó su acervo arqueológico a finales del siglo XVIII, cuando se encontraron famosos monolitos como la escultura de la diosa Coatlicue o la Piedra del Sol.
También se puede apreciar piezas como el Xochipilli o el Señor de las Flores, de la cultura mexica, o la máscara del dios Murciélago, del arte zapoteco.
En 2017, el MNA recibió el esqueleto prehistórico femenino más antiguo de América, hallado años antes en aguas subterráneas de México. La osamenta, de entre 12 mil y 13 mil años, pertenecía a una joven de entre 15 y 17 años del Pleistoceno Tardío a quien los científicos bautizaron como 'Naia'.
El acto de entrega de los premios Princesa de Asturias se celebrará, como es tradicional, en el mes de octubre en una solemne ceremonia que contará con la presencia de los Reyes de España en Oviedo, la Princesa de Asturias y la Infanta doña Sofía.
Cada Premio Princesa de Asturias está dotado con una escultura de Joan Miró –símbolo representativo del galardón−, un diploma acreditativo, una insignia y la cantidad en metálico de cincuenta mil euros.
La candidatura fue propuesta por Emilio Lamo de Espinosa Michels de Champourcin, presidente del jurado del premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2025, y fue apoyada, entre otros, por Eduardo Matos Moctezuma, premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2022, y Juan Duarte Cuadrado, embajador de España en México, informó la Fundación Princesa de Asturias en un comunicado.
Nuevas salas
El pasado enero presidenta Sheinbaum reinauguró el segundo piso del MNA que, tras una inversión de 2 millones de euros, cuenta con nuevas salas etnográficas: Pueblos, Lenguas y Cultura; Comida; Identidades; Fiestas y Ritualidad; y Textiles, un esfuerzo por reconocer la importancia cultural de las comunidades indígenas y afromexicanas en la identidad del país en la actualidad. La mandataria prometió apoyar con más recursos económicos al museo.
Sheinbaum dedicó la reinauguración a la mujer indígena, porque «si alguien no ha sido reconocido en la historia son ellas, por eso lo dedicamos a las niñas y jóvenes que representan nuestra patria».
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