Dos meses de cárcel por atacar a la 'La joven de la perla', de Vermeer

La Policía detuvo a tres activistas por esta acción la semana pasada en el museo Mauritshuis: uno de ellos por pegarse la cabeza contra el cuadro de 1665, el otro por arrojar lo que parecía ser salsa de tomate de una lata sobre la pintura, protegida por un cristal, y el tercero por grabar supuestamente la acción de protesta.

El museo dijo que la obra -que ha inspirado una novela de gran éxito y una película de Hollywood- no sufrió daños y volvió a exponerse al día siguiente. No obstante, el tribunal ha señalado que el marco y la parte circundante de la pared estaban dañados. «Cualquiera puede imaginarse la fragilidad de un cuadro así y el hecho de que podría haberse perdido si no se hubiera solucionado«, ha señalado el juez a la agencia ANP.

Los dos hombres fueron a un juicio rápido, acusados de destrucción y violencia abierta contra la pintura. El magistrado ha considerado probada la intención de destrucción contra el cuadro y ha calificado de «impactante» la acción de protesta. «Es posible que tratara de causar el menor daño posible, pero por la forma en que actuaron aceptaron la posibilidad de que la pintura pudiera dañarse», ha explicado el juez según ha recogido la empresa de radiodifusión NOS.

Un tercer activista, que no estaba de acuerdo con que el juicio fuera por la vía rápida, comparecerá ante el tribunal el viernes. El fiscal pedía cuatro meses de prisión, dos de los cuales suspendidos, pero el magistrado dictaminó que no quería que su sentencia desanimara a otras personas a manifestarse.

Los tres involucrados forman parte del grupo climático Just Stop Oil. «¿No es irónico que se condene a los activistas del clima que se oponen de forma no violenta a la masacre de la vida en la Tierra?«, ha señalado a Reuters.

La acción de protesta contra el Vermeer es sólo la última de una serie de acontecimientos de este tipo en las últimas semanas. El mes pasado, activistas de Just Stop Oil salpicaron con sopa de tomate el cuadro 'Los girasoles' del artista holandés Vincent van Gogh en Londres, y propinaron un tartazo a la estatua de cera de Carlos III en el museo Madame Tussauds de la capital británica.