'Esperando al diluvio', de Dolores Redondo, un asesino en serie en el Bilbao de los años de plomo

«Estos días son como una montaña rusa». Porque ni siquiera el hecho de que haya pasado una década desde que salió a la venta su primer libro le aporta tranquilidad a una escritora que vive cada estreno como si fuera el primero. En esta ocasión, además, abandona a la inspectora Salazar y propone a sus lectores adentrarse en un nuevo hilo narrativo. Nos invita a realizar un viaje entre Glasgow y Bilbao tras la pista de un asesino en serie mientras los dos protagonistas realizan su particular viaje de búsqueda interna.

Todo parte de un personaje real. John Biblia constituye hoy una leyenda negra en Escocia. Violó y mató a tres mujeres en Glasgow en 1968. Las tres jóvenes tenían la menstruación cuando ocurrieron los hechos y junto a los cadáveres aparecieron en todos los casos productos de higiene femenina. La hermana de una de las víctimas lo describió como «un hombre con cara de niño, bien vestido, educado y de aspecto pulcro». Sin embargo, los investigadores nunca fueron capaces de darle caza y hoy en día sigue siendo un misterio lo que ocurrió con él.

A Dolores le fascinó esta historia y también el 'halo' que se crea en torno a los asesinatos sin resolver. Decidió entonces realizar un retrato psicológico del asesino real que le llevó a pensar que tenía algún conflicto por resolver. Quizá un episodio de malos tratos en la infancia. Y es que, cuando el miedo habita en el lugar donde uno debería sentirse seguro, el hogar familiar se convierte en un infierno, donde, se sabe, solo habita el mal.

Sin embargo, en la novela el miedo y el amor se convierten en dos pilares fundamentales sobre las que se sustenta la historia. En realidad, el miedo de John Biblia surge del amor. De la misma manera, Noah Scott Sherrington, el detective obsesionado con dar caza al asesino que se le resiste a la policía escocesa, tiene que vivir con el miedo del que sabe que puede morir mañana. «Noah es una metáfora sobre el fin del mundo y cómo nos planteamos ese final». Aunque en su caso, es el amor el que le ayuda a seguir adelante en su propósito. Por eso el Noé particular de Dolores llega a Bilbao siguiendo una corazonada cuando quedan pocos días para que llegue el diluvio.

«Sherrington está al límite», igual que la ciudad que se encuentra a su llegada. Faltan pocos días para que se celebre la Semana Grande, una fiesta que atrae en muchos casos a lo peor de la sociedad. El ambiente festivo también contrasta con una ciudad que es como una olla a presión donde la violencia de ETA puede estallar en cualquier momento y en cualquier esquina.

En los llamados 'años de plomo' del terrorismo, Bilbao es, además, una ciudad sucia y decadente. Todo ello la convierte en «un maravilloso escenario negro» donde la contaminación y la niebla lo inundan todo; donde las ratas gigantes, los yonquis y los vagabundos hacen el ambiente irrespirable. Es además una ciudad llena de ingleses donde alguien como John Biblia no llamaría la atención al camuflarse entre el personal de las navieras que entonces abarrotaban el puerto de Bilbao.

El ambiente, que «no está forzado», convierte a la ciudad en un escenario inmejorable para una novela negra. Pero, además, Dolores Redondo ha querido con este libro hacer su particular homenaje a una ciudad que la tiene «enamorada». «Es como un patito feo que se ha convertido en cisne». Prometió a sus lectores bilbaínos que les devolvería el cariño que ha recibido dedicando una novela a una urbe donde «todo se hace a lo grande». En realidad, les propone mucho más. Porque la persecución a John Biblia también sirve para reflexionar acerca del significado que tienen la vida y la muerte en nuestra sociedad.

«En mis historias siempre llueve». Dolores redondo hace esta confesión al borde de la ría y con un cielo que amenaza tormenta en Bilbao. De hecho, las historias de Dolores Redondo no podrían entenderse igual si no estuvieran pasadas por agua. Al fin y al cabo las tormentas torrenciales son la visión externa de lo que están viviendo por dentro los personajes.

La lluvia torrencial constante, y por momentos claustrofóbica, de la Trilogía del Baztán no es sino el signo externo de la atormentada personalidad de la inspectora Amaya Salazar. A la joven policía foral también le persiguió la tormenta en 2019 en 'La cara norte del corazón', donde la pluma de Dolores Redondo quiso que se topara con la devastación causada por el huracán Katrina.

Dolores Redondo reconoce que a veces «fuerza» la presencia de la lluvia en sus historias, aunque en esta ocasión no ha sido necesario. La investigación de Noah Scott Sherrington se desarrolla pocos días antes de las inundaciones de Bilbao. Apenas dejó de llover durante toda una semana hasta que el viernes, el día grande de la Semana Grande de Bilbao se desató el diluvio. Las laderas del monte se vinieron abajo sepultando el Casco Viejo de Bilbao. 34 personas perecieron en el mayor desastre natural que se recuerda en la villa vizcaína. Esa devastación encarna en realidad el fin del mundo al que se enfrentan sus personajes en la novela.