Mapa de las Librerías
Los Editores: amor por la literatura
Desde hace casi un año, los lectores del madrileño barrio de Salamanca tienen una parada obligada en la calle Guturbay. Al frente, Philippine González-Camino, también artífice de La Huerta Grande
¿Por qué decidiste ser librero/a?
Por dos motivos. El primero es simple y obvio y supongo que lo comparto con cualquier librero: mi amor por los libros. El segundo tiene que ver con un enfado. Vivo en el barrio de Salamanca (Madrid), y aquí han ido cerrado todas las librerías. Por los alquileres imagino, pero no porque no leamos los de este barrio.
¿Cuál es tu sección favorita de la librería?
La que dedico a las editoriales independientes. Me encanta conocerlas, tener a la vista una parte de su fondo para que se vea el trabajo que hacen los editores.
Si tuvieras espacio infinito, ¿qué añadirías?
Libros en otros idiomas. Tenemos algunos, pero pocos.
¿A qué autor/a, ya fallecido/a, te habría gustado invitar a un club de lectura?
A Flaubert. Porque lo he leído, imaginado, pensado, tanto… que seguramente sería el que más me sorprendería.
¿Y actual?
De los actuales a Alice Munro, a Christian Bobin, a Juan Marsé, a Joyce Carol Oates, a Patrick Modiano, a Emmanuel Carrère… ¡a tantos!
¿Tu libro favorito?
Me parce imposible responder a esa pregunta.
¿Cuál es la mayor sorpresa que te ha deparado un lector?
No llevarse el bestseller horroroso (porque los hay buenos) que venía buscando para llevarse a Tanizaki en su lugar. Me escuchó. Espero que no se haya arrepentido…
¿Y la situación más extraña que has vivido?
Hay un señor que es fan de César Antonio Molina, viene a menudo a preguntarme si puede presentar su último libro en nuestra librería…
Si no estuvieras al frente de una librería, ¿qué estarías haciendo?
Bueno, como no estoy solamente al frente de la librería porque tengo un estupendo equipo, dirijo mi editorial La Huerta Grande , que me lleva mucho tiempo. Y escribo, desde mucho antes que lo demás; espero publicar pronto mi tercer libro.
¿Cuál es el mejor recuerdo que guardas de las librerías de tu infancia?
Iba poco a librerías. En mi casa había libros y se compraba poco. Pero en el colegio, en el Liceo Francés, teníamos una biblioteca que visitábamos todas las semanas, era obligatorio, esa sí la recuerdo bien. Mamé ahí mi amor por la literatura.
¿Qué consejo le darías a alguien que abriera ahora una librería o que estuviera pensando hacerlo?
Yo puedo dar pocos consejos todavía. Estoy aprendiendo. Escucho. Leí hace poco una entrevista a James Daunt, consejero de las librerías Waterstones que ha abierto sus propias librerías: Daunt. Es otro tamaño de negocio, claro, pero lo que dice es interesante: recomienda que el librero sea dueño de su espacio, que sea él, y no el mercado o los editores, quienes decidan qué ha de entrar en su librería. Su objetivo es acabar con las horribles devoluciones... Si una librería grande como Daunt puede hacerlo, tendré que ser capaz también. De momento estoy en lo de conocer bien el negocio y a mi clientela. Eso sí es fundamental, por si sirve como consejo.
¿Qué tiene de especial vuestra librería? ¿Por qué hay que visitaros?
Como he dicho, damos un trato especial a las editoriales independientes, están colocadas en las baldas de modo que se pueda ver el trabajo que hacen. Empezamos dando mucha importancia a la literatura, que es al fin y al cabo mi mundo, pero acabamos de inaugurar un segundo espacio en el mismo edificio, llamado «El taller de los editores». Ahí tenemos libros de arte, de cocina, de fotografía, de música, de cine... Estamos preparando una agenda con actividad cultural para todos los públicos. Y ya que me preguntas, te diré que nuestra librería es bonita y agradable, o eso creo. La calle es especial, está en el centro del barrio de Salamanca pero es recogida, sin ruido. ¡Y mi equipo es muy alegre! En fin, que vengan los lectores y juzguen.
Y la última: ¿qué libro, de reciente publicación, recomendarías a nuestros lectores?
¡Es que son muchos! Tenemos un muro de «Recomendados» que pensamos mucho y que rota bastante, no se parece en nada a las grandes mesas de novedades. Ahí hay tesoros. Pasen y vean.
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