La Fundación Reina Sofía subasta una obra de Botero, cuyos beneficios irán al Banco de Alimentos

'Bodegón', un ejemplo destacado de la etapa de madurez de Botero, pintado en 2000, alude al acto universal de compartir una comida con familiares y amigos. El artista recuerda al espectador a aquellos menos afortunados cuya necesidad diaria de sustento no se ve satisfecha con una mesa repleta de frutas exóticas y abundante pastel.

Las deliciosas naturalezas muertas de Botero tienen sus raíces profundas en su admiración por la pintura española de los grandes maestros. El contacto temprano del artista con las obras maestras del Prado influyó significativamente en su desarrollo artístico y su aprecio por Velázquez, Goya y otras luminarias del arte español durante toda su vida. Perfeccionando un estilo que combina volumen y sensualidad, que recuerda a esos maestros del pasado pero con un giro distintivo –su icónico 'boterismo'–, produjo naturalezas muertas que provocaron un diálogo entre el pasado y el presente. Su fusión de lo antiguo y lo nuevo, lo tradicional y lo contemporáneo, mantuvo el género relevante y dinámico, particularmente en América Latina.

Botero, fallecido en septiembre de 2023 a los 91 años, desarrolló su propio estilo característico y evitó el realismo austero en favor de una grandiosidad caprichosa que, si bien era lúdica, también tenía un propósito más profundo: magnificar la belleza inherente y los detalles a menudo pasados por alto de los objetos cotidianos, y elevarlos a un estatus de prominencia y reverencia. A diferencia de la obra de Luis Meléndez, una figura prominente de la pintura española del siglo XVIII, Botero llenó sus lienzos con objetos de tamaño mayor que el natural, creando una sensación de abundancia y opulencia. Con sus grandiosas frutas tropicales y su exuberante entorno, este 'Bodegón' es un excelente ejemplo.

Anna di Stasi, directora de arte latinoamericano de Sotheby's, dice que esta obra «es un vibrante homenaje al compromiso que el artista mantuvo durante toda su vida con la celebración de la belleza de la vida cotidiana. La obra se inspira en las opulentas naturalezas muertas de los viejos maestros españoles, al tiempo que encarna el estilo distintivo del artista, el 'boterismo'. Con sus ricos colores y sus abundantes frutas, la sensación de abundancia de la pintura adquiere un significado más profundo, ya que ahora tiene un propósito humanitario, ayudando a las familias necesitadas a través de la inquebrantable dedicación de la Reina Sofía a las causas sociales».

Aurora Zubillaga, directora general de Sotheby's España añade que «para Sotheby's es un privilegio increíble presentar esta obra tan significativa de Fernando Botero, un regalo del artista en beneficio de una causa tan cercana a su corazón y a España. Ver que esta pintura contribuye a la misión de la Fundación Reina Sofía es profundamente significativo, especialmente porque honra el compromiso permanente de la Reina Sofía con el bienestar de los más necesitados».

 Creada en mayo de 1977 por Doña Sofía, la Fundación Reina Sofía es una entidad de carácter benéfico y cultural sin ánimo de lucro y de carácter permanente. En estos 47 años de existencia ha gestionado y promovido más de doscientos proyectos con decenas de entidades sociales, educativas, sanitarias y medioambientales, así como proyectos sociales y de ayuda humanitaria, de los que se han beneficiado niños, mayores, inmigrantes, desfavorecidos y afectados por catástrofes naturales.