Egiptólogos españoles descubren 20 nuevas tumbas en Oxirrinco

De épocas persa, grecorromana y cristiano-bizantina, elevan a más de 160 las sepulturas halladas en esta antigua ciudad famosa por sus papiros

Tumbas individuales de época cristiano-bizantina Archivo Fotográfico de Oxirrinco

Primero fueron los papiros. Miles y miles hallados en Oxirrinco a finales del siglo XIX proporcionaron una impagable información sobre la historia de Egipto. Ahora son las más de 160 tumbas descubiertas en los últimos 30 años en la antigua capital del nomo ... XIX, la actual El-Bahnasa, las que están abriendo nuevas vías de investigación a los arqueólogos.

En su última campaña en este gran yacimiento situado a unos 190 kilómetros al sur de El Cairo, que finalizó en diciembre, la misión de la Universidad de Barcelona (UB) y el Instituto del Próximo Oriente Antiguo (IPOA) que lideran Esther Pons, conservadora-Jefe del Departamento de Antigüedades egipcias y Oriente Próximo del Museo Arqueológico Nacional (MAN) y Maite Mascort, investigadora de la UB-IPOA, ha descubierto una veintena de tumbas más, de diversa cronología. Todas ellas saqueadas en la Antigüedad.

Bajo el pavimento de una sepultura romana, la número 57, los egiptólogos españoles han encontrado cuatro tumbas de época persa que «son importantes por su estructura arquitectónica», según explica Pons, y por su ubicación en el subsuelo de estancias romanas. «Los persas se enterraban de manera un poco distinta a la de los saítas», apunta la codirectora de estas excavaciones, recordando el periodo anterior, entre el 664 y el 525 a.C., en el que este nudo de comunicaciones que conectaba las rutas caravaneras ya era una ciudad importante. Tras la conquista de Egipto por Alejandro Magno se convertiría en una gran metrópoli, probablemente la segunda ciudad tras Alejandría y mantendría su relevancia en época romana y cristiano-bizantina, hasta avanzada la Edad Media, en que entró en decadencia.

Tumbas persas numeradas del 59 al 62 Archivo Fotográfico de Oxirrinco

Los arqueólogos encontraron las tumbas persas llenas de tierra, con huesos dispersos de los 17 individuos adultos y cuatro niños que fueron allí inhumados, así como multitud de fragmentos del cartonaje polícromo con el que los depositaron en su día. Todo quedó revuelto en el saqueo, que pudo haberse producido en época persa o cuando los romanos construyeron sobre ellas. Con éstas, son ya 8 las tumbas de época persa halladas en Oxirrinco.

También han descubierto otras tres sepulturas de época romana, en una de las cuales han hallado un sarcófago de piedra. Dos de las tumbas se encontraban muy deterioradas, apenas quedaban cuatro o cinco hiladas de bloques de piedra de las paredes, «pero tenían muchos individuos momificados en su interior», relata la conservadora del MAN. Son una muestra más de que los romanos adoptaron en Egipto las costumbres faraónicas y siguieron momificando a los muertos. «Eso lo vemos en Oxirrinco muchas veces», añade Pons.

De las 12 tumbas cristianas que hallaron en un nuevo sector, les llamó la atención que eran distintas en su forma, cerradas con un túmulo en la parte superior y que algunos cuerpos aparecieron envueltos en túnicas. Según detalla la egiptóloga, en la mayoría de los enterramientos cristianos de Oxirrinco, más de un centenar, los restos estaban arropados con hojas de palma «o como mucho un tejido muy sencillo, pero ahora hemos encontrado, por ejemplo, una túnica magnífica que todavía se conserva en gran parte«.

Dos ranas únicas

Junto a dos de ellas realizaron, además, un descubrimiento singular. En cada pequeño recipiente cerámico hallaron el esqueleto completo de una rana. «Es la primera vez que aparece una rana dentro de una jarrita junto a unas tumbas«, remarca la egiptóloga antes de explicar que el batracio era un símbolo de resurrección ya desde época faraónica.

El esqueleto completo de una rana hallada en una cerámica, símbolo de la resurrección Archivo FOtográfico de Oxirrinco

La diosa Heket se representaba como una rana o con cabeza de rana y cuerpo de mujer y era la que daba el aliento de la vida. «Por eso a las comadronas se las llama servidoras de Heket en época faraónica -explica- y esa idea de dar vida al vivo, pero también al difunto, pasará a época grecorromana y de ahí al cristianismo».

En una de estas tumbas cristianas, individuales y de tipo pozo, han recuperado un fragmento de ataúd con una imagen de un pez, un hallazgo también singular.

Lenguas de oro y una tumba sellada

«A medida que vamos abriendo sectores en Oxirrinco, que están cerca unos de otros, aparecen nuevos hallazgos que nos abren nuevas vías de investigación importantísimas«, resume Pons. En la campaña anterior de 2021 hallaron tres momias romanas con lenguas de oro y dos tumbas de época saíta, una de ellas sellada. Fue un descubrimiento relevante porque no es frecuente dar con un enterramiento que no haya sido violado en algún momento histórico.

Sarcófago hallado bajo el pavimento de la tumba 52 de época romana Archivo FOtográfico de Oxirrinco

En la tumba cerrada encontraron al difunto momificado en su sarcófago y con todo su ajuar funerario. Tenía los vasos canopos con sus vísceras en el interior, abundantes amuletos de protección, las cuentas de la malla funeraria que lo cubría y hasta 399 ushebtis (unas figuritas que representaban a sus sirvientes), así como una jarra con restos de material que seguramente se usó en su momificación. Y todos los elementos estaban colocados en el lugar donde fueron dejados hace más de 2.500 años. Hasta por error.

«Vimos que cambiaron una cabeza por otra en los vasos, pusieron la tapa del dios Amset en el vaso de Duamutef. Esto demuestra que no todo el mundo tenía conocimientos de qué cabeza iba en el vaso correspondiente«, comenta la conservadora del MAN.

Esta tumba saíta también albergaba otra singularidad. Sobre el sarcófago, cerca del ojo derecho, hallaron un fragmento de cartonaje de unos 15 centímetros con la representación del disco solar con los rayos y entre ellos se colocó un escorpión. Los arqueólogos han encontrado su esqueleto completo. El arácnido, representación de la diosa Serket, protegía al difunto de cualquier enemigo en el más allá.

Los trabajos de esta veterana misión en Oxirrinco, que patrocina el Ministerio de Cultura y Deporte, la Universidad de Barcelona-IPOA, la Fundación Palarq, la Sociedad Catalana de Egiptología y BAULA, Recerca arqueòlogica, con la colaboración del Servicio de Antigüedades de Egipto y la Universidad de El Cairo, podrán contemplarse a partir del próximo 7 de marzo en una exposición fotográfica en la Universidad de Barcelona con motivo de su 30 aniversario.

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