Alicia en el Barrio de las Maravillas: Carabanchel

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Amancio Ortega, las hermanas Koplowitz, Fernando Alonso, Jennifer Aniston y Drake han reaccionado raudos mudándose a este barrio interracial y castizo que viera nacer hace poco más de una década a Corredores de Bloque y a D. Gómez, posteriormente Kaydy Cain y uno de los precursores del trap (rap sobre tráfico de drogas) en España con sus PXXR GVNG, también conocidos como Los Pobres. 'Time Out' señala que «Carabanchel es para Madrid como el SoHo a Nueva York» con «galerías de moda, espacios creativos, comida tradicional…».

En ABC contó en primera persona su historia 'Agente Gentrificador', en apodo cariñoso, pues nuestro intuitivo hombre también ha acabado casualmente en este barrio tras ser 'expulsado' de Lavapiés habiéndolo dejado como los zorros del sobreprecio en un Madrid en donde un trastero lúgubre pared con pared con el jefe de los Ñetas vale 1200 euros (¡solo a una hora y media de tu trabajo!). Tuvo que irse de un barrio peor al mejor de España, ¿no va ser cierto que cuando se cierra una puerta se abre una ventana? ¿No señala esto un poco el absurdo de 'Time Out'? ¿Y no es razonable también que se sospeche que 'Agente Gentrificador' esté a sueldo de Blackstone? Se lo decimos por chincharle, a nuestro compañero, aunque lo grave sería que sí ocurriera con estas revistas de tendencias…

El distrito de Carabanchel es el más poblado de Madrid, con 262.339 personas. La primera vez que se menciona Carabanchel por escrito fue en 1181 y su irrupción como tercer mejor barrio del mundo ha llegado en 2023, un ascenso meteórico pues el año pasado ni se le menta en el listado, de método riguroso: «Cada año, pedimos a miles de habitantes de las ciudades que nos digan los lugares más interesantes de sus ciudades, los que adoran y donde están las novedades más interesantes». ¿Cuánta gente de Badajoz ha participado?

Pero un detalle fundamental es que 'Time Out' titula en español «los mejores barrios del mundo» y en su versión inglesa original «los barrios más 'cool'», que no es lo mismo sino que absolutamente todo cambia, y destacan las bondades de Casa Antillón (colectivo de jóvenes arquitectos), la galería de arte Veta, los nuevos jardines de la Finca Vista Alegre, las tapas de La Casa de Los Minutejos, las cervezas artesanales de Patanel, los conciertos de Gruta 77… sin mencionar, puestos a ser 'cool', el hermoso disco conceptual a Carabanchel que le dedicó Raúl Querido el año pasado.

Preguntado al propio artista sobre todo esto, nos dice: «Quisiera pensar en el dichoso artículo de 'Time Out' como una provocación o una bufonada. Y tiene algo de eso, pero, sobre todo, tiene algo doloroso, turbio y casi kafkiano. Es trágico y absurdo sentirse amenazado por los elogios, pero uno sabe que esos elogios tienen un coste y que lo vamos a pagar los de siempre, y que lo van a capitalizar (los otros) de siempre: Blackstone y sus pares, y sus siervos en las instituciones. Y los tontos útiles adinerados, que le van a hacer gratis la demarcación al nuevo sector 'cool' del barrio. Y si un día vemos que nos limpian las mierdas de los suelos y remozan algo los parques del barrio, echémonos a temblar. Porque será que vendrán a echarnos de donde hemos estado viviendo todos estos años. Nada puede durar mucho siendo esencialmente bueno y relativamente barato en el mundo global -y 'cool', 'cool', 'cool'- del que 'Time Out' resulta ser vocero entusiasta, agrimensor alienado, topógrafo, fotógrafo, prescriptor y funcionario de pompas fúnebres. Oremos todos por el tercer mejor barrio del mundo. Que la verdad me sorprende que sea este, el mío. Pero que, suponiendo que lo sea, se va a morir dentro de nada, lo van a matar a elogios. Y va a resucitar limpio y carísimo».

Otros vecinos, como Miguel, que contrasta lo 'cool' que le adjudica la web de viajes con haber visto «charcos de sangre cada dos por tres, en un mismo día vi un coche quemado y otro con las lunas rotas», cuenta que su barrio «puede tener los mismos problemas o incluso menos que cualquier otro con una población de renta baja. Es un microcosmos más grande que casi cualquier capital de provincia y tiene una variedad cultural sorprendente. Llevo viviendo aquí toda la vida y no me quiero ir». Y un último vecino de siempre, como buen chuleta madrileño, nos dice: «Yo ya sabía que era el tercer mejor barrio», para cerrar con guasa: «Solo espero que los DDP mantengan a raya los precios de los pisos».

En síntesis, el tembleque de los arrendatarios es comprensible... no tanto el de los propietarios, claro. Una conocida revista 'influencer' internacional dispara metafórica y quizá casi literalmente a un barrio como el más 'cool' del país, para sorpresa de nadie en la cansada urbe, que ríe por no llorar (o tirarse por la ventana del bajo y solo hacerse un coscorrón). Y un distrito estupendo como Carabanchel que ya venía subiendo fuerte de precio, como todos, descuenta una compra masiva de inmuebles por varios fondos de inversión que le han echado el ojo a una rica operación especulativa para la 'hipsterada' y los Airbnb. Todo esto es una distopía más, pero la vida real es peor.