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ABC Cultural

Brad Pitt, un susto de guapo

Diosas y Narcisos

Su estilo ha peleado contra su juventud de leyenda, contra su celebridad planetaria, contra su vestuario de alboroto. Prestigia el apolo de greña. Sin rival.

Brad Pitt en el photocall de la película 'Bullet Train' ABC
Ángel Antonio Herrera

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Aunque Brad Pitt es un jaleo de gafas de sol, vaqueros grunge, camisas de borbotón y algún esmoquin de Oscar, sale siempre muy aupado en las encuestas de la elegancia. Sobre todo porque es un jaleo o pleito de todo eso. Yo veo en ... él a un narciso sin énfasis. Quiero decir que Pitt ha encontrado un modo propio de estar, una manera suya de llevar cualquier harapo, un lenguaje, en fin, por encima del revuelto abecedario de sus percheros, donde igual tiene una gorra de saldillo que una levita Armani. En lo único en que vivió fijo, durante años, fue en el amor por Angelina Jolie, que es una palmera sexual, con morbo de tatuada, que unas veces doblaba de elegante a nuestro hombre o bien lo doblaba de canalla, según ocasión y trapito de oro para la ocasión.

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