El último sueño de Eduardo Arroyo: ilustrar el «Ulises» de James Joyce

Arroyo realizó 300 ilustraciones para la edición del «Ulises» con Galaxia Gutenberg , la editorial con la que trabajaba en este proyecto y con la que colaboró durante más de 30 años, según ha explicado Tarrida. Y aunque queda la labor editorial, la labor de Arroyo ya estaba completa y el resultado es un trabajo «extraordinario» en el que el artista reproduce con una variedad de técnicas pictóricas, ya sea en color, blanco y negro o collage, las diferentes formas narrativas del autor irlandés.

Era un proyecto que el artista comenzó en los años 90 , pero no se pudo llevar adelante por una cuestión de derechos de autor del «Ulises» y hubo que esperar a que quedara liberado para retomarlo. «Actualmente, era lo que le hacía más ilusión», asegura el editor, que destaca las ganas que tiene de que se convierta en una realidad porque «lo que ha hecho pocos artistas lo han hecho con cualquier clásico de la literatura».

Cuando se publique, destaca Tarrida, la gente se dará cuenta de que «sin duda, es una de las obras más importantes en la ilustración de los clásicos contemporáneos de las últimas décadas en todo el mundo, porque no hay muchos artistas que se hayan acercado con esta profundidad». En este trabajo está «todo Eduardo Arroyo »: la ironía, la ternura, la tragedia y la comedia en unas ilustraciones que representan los múltiples personajes, situaciones, animales que componen la novela, señala el editor.

Un proyecto con una repercusión internacional y para cuya edición en inglés Tarrida acaba de cerrar un acuerdo en la reciente Feria de Fráncfort (Alemania). «Queremos que salga lo antes posible», ha señalado el editor que ha explicado que aproximadamente la mitad de las 300 ilustraciones de Arroyo son a toda página por lo que, a la ya de por sí voluminosa novela, habrá que añadir por lo menos 150 páginas, con lo que el libro tendrá entre 800 y 900.

Tras la publicación de «Bambalinas», en 2016, Arroyo y Tarrida habían trabajado este año a menudo en el «Ulises»: «era su gran ilusión y uno de mis grandes dolores es que no lo pueda ver», confiesa el editor. Tarrida recuerda a Arroyo como una persona «de una inteligencia como pocas veces se encuentra, con una mirada incisiva sobre el mundo, sobre la política, sobre el arte y sobre sí mismo». Y sobre todo, «con un gran sentido del humor , divertidísimo hablara de lo que hablara. Hay muy pocas personas así», concluye.