ARCO'14: arte español para conjurar la crisis

El último informe publicado por Artprice constata que las ventas en nuestro país se han desplomado más de un 60%. El Gobierno decidió adelantar la rebaja del IVA artístico antes de que se celebrase ARCO para insuflarle aire y evitar que se ahogue. Una rebaja que llevaba trampa en la letra pequeña: se reduce al 10% sólo el IVA de los artistas; el de las galerías se mantiene en un 21%. Con estos mimbres arranca una nueva edición de ARCO : la número 33, que mañana inauguran los Príncipes de Asturias.

Horas antes de que abra a mediodía de hoy sus puertas, paseamos por la feria y sondeamos a algunos galeristas para ver cómo han recibido la noticia del IVA y cómo creen que afectará al desarrollo de la feria. ¿Devolverá la confianza al mercado? Llama la atención el lío sobre qué IVA deben aplicar. Nadie parece tenerlo muy claro. Pepe Martínez Calvo y Luis Valverde, de Espacio Mínimo, explican que siguen teniendo el 21% en su galería: «La vicepresidenta no dijo toda la verdad en el Consejo de Ministros. Con esta medida, que se ha tomado sin el consenso de todo el sector, no se promueve la adquisición de obras de arte. A nosotros, como comerciantes, no nos favorece en nada. Enfrente seguimos teniendo una galería que vende obras de tres artistas nuestros con un IVA mucho menor». Nacho Ruiz, de T20, añade: «Mis asesores fiscales me dicen que aplique el 21%. Con la nueva medida parece que se incita al coleccionista a comprar al artista, saltándose al galerista».

«No somos revendedores, sino primer mercado», dice Juana de AizpuruPero si seguimos el paseo, Oliva Aruna, que regresa a ARCO después de un año ausente porque precintaron su galería, dice que aplicará el régimen especial del IVA (en torno a un 15%), ya que solo pueden desgravarse las empresas, nunca los coleccionistas privados. Helga de Alvear no ha puesto cartelas con precios junto a las obras en su «stand». Siempre lo había hecho. Es toda una declaración de intenciones: «A punto he estado de hacer una instalación en la que se aconsejaba a los coleccionistas que fuesen a comprar las obras a los estudios de los artistas. Hubiera sido un escándalo, pero no descarto hacerla otro año». Genio y figura siempre... Juana de Aizpuru, otra histórica, advierte que aplicará el 15,5%: «Es lo justo viendo cómo está la ley». Deja claro que «no somos revendedores, somos primer mercado. Yo no soy una marchante, sino promotora de artistas. Hay un gran desconocimiento sobre nuestro trabajo».

Alberto de Juan, director de la galería Max Estrella y presidente del Consorcio de Galerías Españolas de Arte Contemporáneo, parece tenerlo claro: «Yo aplicaré el régimen especial del IVA, que es en torno al 13-15%, dependiendo del porcentaje en cada caso. A las empresas les interesa el IVA desglosado, porque pueden desgravarse, pero los particulares no». ¿Cómo le sentó que parte del cine se quejase de que el Gobierno había beneficiado a un sector elitista como el del arte? «Es una visión errónea. En este sector trabajan muchos oficios: transportistas, enmarcadores... que dependen de una industria. Decir que se baja el IVA para que un Picasso sea más barato hace mucho daño».

Dejando a un lado los temas fiscales, ¿qué hay de nuevo este año en ARCO ? Paradójicamente, mucho y poco. Vamos por partes. Poca fotografía y mucha pintura. Mucho arte español y poco extranjero de primer orden. Mucho patrocinador anunciado por la feria y poco espacio entre las galerías, que parecen apiñadas, sin áreas de descanso en los espacios centrales de los pabellones 7 y 9. ARCO 14 es una feria muy concentrada. Quien ha ganado muchos metros cuadrados es la oferta gastronómica, que se mete literalmente por vez primera en los pabellones. En el 9, se ha instalado el «Espacio Comer». No sabemos si comprarán mucho este año en ARCO, pero sin comer no se quedará nadie.

Las grandes piezas de muchos ceros han abandonado literalmente ARCO en pos de mercados más pujantes y bolsillos más pudientes. ¿Dónde está Bacon, el artista más cotizado de la Historia en subasta? En 2012, uno de 15 millones, en el «stand» de la galería Marlborough. Este año su pieza más cara es un lienzo de Richard Estes, que cuesta 485.000 dólares. ¿Y Warhol, el artista que ha desbancado a Basquiat como el más deseado? En ARCO, que sepamos, no. Tampoco nos topamos con Jeff Koons, el artista vivo más cotizado. El director de la feria, Carlos Urroz, lo valora así: «A nosotros nos interesa buscar el Bacon del mañana. Hay artistas emergentes muy interesantes en la feria». Sobre si la nueva medida fiscal reactivará el mercado español y las compras en ARCO, dice que hay otras muchas cosas que pueden ayudar a conseguirlo: «La ley de Mecenazgo, que las instituciones compren obras de arte, la promoción internacional de los artistas...»

El arte español arrasa este año en ARCO, tanto el moderno como el contemporáneo. El laureado Jaume Plensa, que arrasa en los premios nacionales (artes plásticas, arte gráfico...), también lo hace en ARCO . Dos esculturas muy importantes del artista catalán pueden verse en dos potentes galerías internacionales: Edward Tyler Nahem Fine Art, de Nueva York, y Lelong, de París. En la primera, «Heart of tree», un bronce de 2007 en el que Plensa parece haberse autorretratado. Cuesta unos 220.000 euros. Junto a él, un cuadro de Keith Haring, «Untitled (Dog)», que es uno de los más caros de ARCO : alrededor de un millón de euros. En Lelong vemos una preciosa escultura en madera de Plensa (poco usual en su producción): «Paula». Su precio: 250.000 euros. Frente a ella, un espacio muy teatral acoge esculturas muy especiales de Tàpies: tierras, lavas, cerámicas... Un «Sofá» se vende por 280.000 euros.

Una obra cubista de Picasso cuesta 1,2 millones de eurosLeandro Navarro vuelve a apostar fuerte en su «stand» por la vanguardia histórica española de calidad con el tridente infalible: Picasso-Miró-Gris. Al menos que sepamos (hay muchas galerías que no facilitan los precios por los seguros), «Compotier, bouteille et verre» (1922), de Picasso, es la obra más cara de la feria: 1.250.000 euros. Es una pieza de su codiciado periodo cubista y la heredó Marina Picasso, nieta del artista. Muy cerca, «Femme, oiseau, étoiles» (1943), un precioso gouache, pastel y lápiz de Miró (750.000 euros). Y dos obras cubistas de Juan Gris: «La carta» y «Pipa y paquete de tabaco».

En Ivorypress una de las piezas más caras es de Cristina Iglesias: «Pozo 5 (Variation 4)»: 200.000 euros. Lo mismo que una obra de Ai Weiwei. En Elvira González, nombres como Barceló y Chema Madoz, nuevo fichaje de la galería. Fernández-Braso apuesta fuerte por Pablo Palazuelo y Chantal Crousel por José María Sicilia. En el terreno internacional, Julian Opie (más multicultural que nunca), Bill Viola (dos vídeos en Max Estrella: 110.000 euros más IVA cada uno), Rauschenberg, Pistoletto, Ai Weiwei, Dan Flavin, Donald Judd, Mapplethorpe... Pero no hacen sombra a la «otra» armada española.