Ella Fontanals-Cisneros: «En ARCO siempre hay algo interesante que comprar»

Preside la Fundación Cisneros Fontanals (CIFO) , con sede en Miami y creada en 2002, que, además de la conservación de la colección, tiene un activo programa de ayuda económica a los artistas. Se trata de un programa de becas y comisiones por un valor de 100.000 dólares anuales para artistas emergentes y de media carrera con el fin de producir obra nueva y ofrecerles una plataforma para mostrar sus trabajos.

La selección se hace a través de un Comité Asesor, formado por especialistas del sector. «Sacamos a los artistas de sus países para llevarlos a Estados Unidos y que hagan conexiones con las galerías. Promovemos el arte latinoamericano para que llegue a todos», advierte esta coleccionista de origen cubano, que se casó con un primo hermano del magnate venezolano Gustavo Cisneros. Para ella, coleccionar es como un virus: «No hay cómo soltarlo». Dos de sus tres hijas han heredado su pasión.

Aparte de tener también la nacionalidad española y casa en Madrid, mantiene una estrecha relación con las instituciones culturales de este país. Treinta obras de su colección están depositadas en comodato en el Reina Sofía y para 2014 prepara una muestra en colaboración con el IVAM. Le gustaría que en el futuro hubiera una sede donde exponer permanantemente su colección, en especial la parte histórica. Dice que quizás en Europa y, por qué no, en España: «Me gustaría que fuera en Madrid». Eso sí, añade que «cada vez que traigo obras aquí es un problema. Habría que agilizar los trámites y papeleos. Hacen faltan leyes que favorezcan poder traer patrimonio y que no se penalice con impuestos como ocurre actualmente».

A las puertas de ARCO, que hoy inauguran los Príncipes de Asturias, confiesa que compra en la feria todos los años. En la última edición adquirió un Tàpies. «Siempre hay algo interesante que comprar, alguna sorpresa. Vengo abierta a verlo todo. En momentos de crisis, salen cosas muy interesantes al mercado». En cuanto a la subida del IVA al 21%, cree que «no tiene mucho sentido que se penalice al coleccionista español».

Comenta Ella Fontanals-Cisneros que hubo unos años en que ARCO dejó de ser una feria atractiva para las galerías latinoamericanas: «No era un negocio para ellas y dejaron de venir. Hacer que regresen es muy difícil, sobre todo en la situación que atraviesa España. Pero Carlos Urroz ha hecho un gran trabajo, está levantando la feria».

ARCO es una de las pocas ferias a las que la coleccionista suele acudir cada año, junto a las de Bogotá, Río de Janeiro, Basel... Irá este año a la primera edición de Art Basel Hong Kong: «Me interesa mucho ver lo que ocurre allí. Compré mucho arte chino, pero me da miedo ese mercado, es difícil seguirlo. Lo he dejado un poco».

El arte latinoamericano está de moda. Es indudable. Los museos, ferias, bienales, están dejando de mirar a los grandes centros tradicionales del arte para ocuparse también de la periferia. «En los últimos años cada vez hay más interés por Latinoamérica -comenta la coleccionista-. Así lo vemos en la Tate, el Reina Sofía... El Museum of Fine Arts de Boston le dedicará una exposición en 2014». El arte cubano ocupa un papel destacado en su colección. Algunas obras estuvieron presentes en la última Bienal de La Habana, de la que guarda un buen recuerdo: «Pudimos llevar directamente las obras de Miami a Cuba, no hubo ningún tipo de censura. No había entrado en la isla ninguna colección privada».

¿Cuál fue la obra por la que más ha pagado? «Puedo decirle que hace 8 ó 10 años pagué 425.000 euros por una obra de Gego en Sotheby's . Fue entonces el precio más alto pagado por una obra de ese artista. Hoy vale más de un millón. Hay piezas por las que he pagado más de un millón de dólares. Los coleccionistas vamos por delante de las obras. Es el caso de la fotografía modernista, por la que me llevo interesando desde 2003. Hoy está muy valorada». ¿Su última compra? «Una de Duchamp y arte brasileño». Entre los artistas preferidos de su colección: Gego, Soto, Lygia Clark...

¿Cree que actualmente hay una burbuja especulativa en el mercado del arte, promovida por los grandes magnates? «El arte se ha convertido en un valor refugio. Todo se devalúa, pero el arte al menos mantiene su precio, es una inversión. Para algunos es símbolo de estatus, de prestigio, y acaban comprando obras de los artistas que están de moda, como Hirst, empujando sus cotizaciones. Esos grandes magnates compran carísimas unas pocas obras para salir en los periódicos».

Cada año de deshace de algunas obras de su colección para adquirir otras: «Las colecciones tienen que ir mejorando. Vendemos para adquirir obras de más calidad». Latinoamérica sigue siendo primordial para ella y, actualmente, se decanta por el arte conceptual. También le gusta mucho el arte cubano: «Es muy interesante. La gente allí es muy creativa. Hay gente en las escuelas desde los 12 ó 13 años. Están Los Carpinteros (una obra de ellos cuelga en su casa), Carlos Garaicoa... La mayoría no deja de vivir en Cuba. He visto autobuses de gente comprando arte allí». En cuanto al arte español, están presentes en su colección nombres como Tàpies, José Manuel Ballester, Jordi Alcaraz, Miralda, Muntadas...