La épica huida de los niños judíos de Villa Emma a través de la Europa invadida por los nazis
Iván Sciapeconi novela esta travesía real en '40 abrigos y un botón'
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Iniciar sesiónEn 1945, zarpaba desde Barcelona un barco español con más de setenta niños y jóvenes judíos que huían de la devastación de la Segunda Guerra Mundial hacia el puerto de la ciudad israelí de Haifa. Originarios de Alemania, Austria y Yugoslavia, habían ... logrado escapar del horror nazi después de atravesar media Europa. La odisea tuvo su epicentro en plena campiña de Módena, en la casona deshabitada de Villa Emma, en la localidad italiana de Nonantola, cuyos habitantes se implicaron denodadamente en sacarlos adelante, a pesar de Mussolini.
Allí se centra '40 abrigos y un botón' (Roca Editorial), libro en el que Iván Sciapeconi novela esta épica huida a través de uno de los primeros 40 chicos llegar al lugar desde Berlín. La poetisa Recha Freier y Delasem, la organización de asistencia a los inmigrantes judíos en Italia, consiguieron trasladar a los chicos a la ciudad eslovena de Maribor y de ahí a Zagreb. Ante la invasión nazi, los movieron a Horjul, en Eslovenia, y luego a Villa Emma. Pero la sombra de Hitler volvió a alcanzarles y huyeron otra vez hasta Suiza.
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El escritor italiano conocía el episodio hacía tiempo, ya que reside en Macerata, no muy lejos de Nonantola. «Es una ciudad muy tranquila, pero, en 2018, un hombre disparó contra todos los inmigrantes africanos que encontró en su camino. Entonces pensé que era el momento justo para contar esta historia, porque Módena es muy abierta e inclusiva, pero ahora en Italia se están volviendo a vivir episodios de racismo», explica.
Sciapeconi comenzó entonces una profunda investigación. Contó con los datos del historiador alemán Klaus Voigt, a los que él puso las emociones. En primer lugar, contó con el diario que escribió una de las niñas supervivientes de Villa Emma, Sonja Borus. A esa experiencia ha añadido la recolectada entre sus alumnos de Macerata. «Muchos de ellos han llegado a Italia de manera ilegal, cruzando el Mediterráneo en embarcaciones precarias, por lo tanto tienen vivencias comunes, entre comillas, con los de Nonantola». El escritor también tuvo una colaboración excepcional, la de una de las modistas que ayudó a los chicos confeccionando los abrigos que dan lugar al título. «Tiene 96 años y está muy mayor, pero he podido quedar con ella en varias ocasiones», relata.
Con su testimonio ha podido dar voz a los habitantes de Nonantola, algo vital para Sciapeconi. «No fue como en Dinamarca, donde se llevó a cabo algo parecido por la orden de un rey y el gobierno. Aquí fueron los vecinos de un pueblo los que se juntaron para hacer algo grande en un momento que significaba desafiar la ley en Italia porque teníamos un gobierno filonacista. Y es lo que me dijo la modista: al final la gente normal fue la que marcó la diferencia. En el momento no se dieron cuenta, pero al cabo de los años se percataron de que gracias a ellos pudieron vivir», indica.
En este apartado, «hay dos personas particularmente importantes, el cura, Arrigo Beccari, y el médico, Giuseppe Moreali -prosigue el autor-. Tenían una fuerte autoridad moral en el pueblo y, gracias a ella, funcionaron como un agente de cohesión y pudieron organizar las ayudas y toda la operación a nivel logístico».
'40 abrigos y un botón' se publica en mitad del conflicto entre Palestina e Israel, que han vuelto a desencadenar manifestaciones de antisemitismo en Alemania. «Vivimos tiempos muy difíciles y oscuros. También en Italia asistimos a episodios de antisemitismo y neofascismo. Por eso creo que hay que contar la parte buena de la historia, la parte positiva de que la gente puede hacer el bien», concluye Sciapeconi.
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