Francisco Vázquez, defensor de la unidad de España y enemigo de lo «políticamente correcto»

Francisco Vázquez encadenó seis mayorías absolutas como alcalde de La Coruña entre los años 1983 y 2006, año en el que ocupó la embajada de España en el Vaticano. Allí templó gaitas con la Santa Sede cada vez que el anticlericalismo de José Luis Rodríguez Zapatero ponía a España en la lista de alumnos díscolos de la Iglesia católica. «Acepté aquel reto, tanto como socialista como católico, porque entendía que la confrontación izquierda-Iglesia tiene muy mala memoria histórica», reconoció a ABC en una entrevista reciente .

Aunque ya está retirado de la política orgánica –que no del «servicio público», como dice él– Vázquez no ha dejado de ser crítico con su formación. Como Camus en su Tercera, ha disentido de lo «políticamente correcto» para levantar la voz cuando el PSOE no ha cumplido con sus expectativas. Hace ahora justo un año, Vázquez miraba a su partido con desilusión: «La Ejecutiva del PSOE está integrada por personas que han sido derrotadas en todas las elecciones a las que se han presentado». No le faltaba razón.

El 17 de noviembre de 2013, en su artículo titulado «España», Vázquez realizó «un alegato, un sentimiento compartido por una gran parte de los españoles». En él escribió que «España cuenta con un pasado, un presente y un porvenir indisolublemente unidos» a la vez que el problema del independentismo «se agrava en el campo ideológico de la izquierda, al tolerar la conculcación de sus dos principales valores doctrinales, como son la aspiración a la igualdad y la defensa de la solidaridad entre las personas y los territorios».

Esta reflexiones le han hecho merecedor de un premio que ganaron con anterioridad Premios Nobel de la talla de Camilo José Cela , Mario Vargas Llosa u Octavio Paz. «También Miguel Delibes , Salvador de Madariaga, Wenceslao Fernández Flórez y Manuel Martín Ferrand , los últimos dos gallegos como yo, todos ellos escritores a los que admiro mucho», recuerda hoy.