Michael Haneke: «El éxito no debe conducirnos al fracaso»

«Me han ofrecido muchos proyectos de ópera, pero he rechazado todos»Un gesto que se le agradece, aunque sea algo tarde, pues ya conocemos su escasa devoción por las entrevistas y las ruedas de prensa. El cineasta austriaco, premio Príncipe de Asturias de la Artes en 2013 , ha pasado la última semana trabajando de «sol a sol. Lo que más lamento es no haber podido disfrutar de la excelente comida española» en el teatro madrileño para poner a punto esta aplaudida producción de Mozart, que si nadie lo remedia se puede convertir en su segunda y última incursión en el género operístico, después de «Don Giovanni» .

«Nunca hay que decir nunca jamás -matiza-. Me han ofrecido muchos proyectos pero los he rechazado todos». El único que consiguió arrastrarle a la arena lírica fue Gerard Mortier «porque me transmitía confianza y se ponía al lado del arte, además de ofrecerme condiciones que habitualmente no se presentan». Entre ellas, el tiempo suficiente para ensayar (disfrutó de tres meses en el Real), algo que escasea en la mayoría de los proyectos operísticos «lo que provoca presión de tiempo y no te deja trabajar con libertad», alumbrando espectáculos «en los que no hay emoción». «Normalmente el negocio de la ópera es mortal para el arte», sentencia el cineasta, que se confiesa un «maniático del control».

Un rasgo de su carácter que le permite trabajar más cómodamente en el cine que en la lírica, donde los actores tienen vida propia «tras el trabajo del director»; mientras en el cine «no hay nada que salga sin mi opinión. Eso te da una sensación de poder grande y duradera».

«La esencia del drama es el conflicto»Poco dado a las etiquetas y a desvelar datos de sus proyectos, su próxima película no es una excepción: «Ya he terminado el guión y vamos a empezar a buscar el casting». Ni un detalle más. ¿Nos hará sufrir tanto como con «Amor»? «Sufrir depende de ustedes -ataja-. No hago películas para hacer sufrir . Intento hablar de las cosas que a mí me emocionan para que las sientan los demás y se hagan las mismas preguntas que yo. La esencia del drama es el conflicto». De ahí que no desvele ninguna pista sobre la historia que va abordar, «para que el público no tenga una idea preconcebida, porque eso sería una forma de defraudarle».

Haneke, responsable de otros titulos como «Funny Games» y «La cinta blanca» y considerado un director de culto por muchos, reconoce su vulnerabilidad como creador a la hora de ponerse a trabajar en una nueva película después del éxito cosechado con «Amor». «Siempre se tiene miedo, como le sucede a un escritor al enfrentarse a una página en blanco. El éxito no ayuda a hacer cosas buenas, pero tampoco debe conducirnos al fracaso».

«Al cine americano le gustaría borrar del mapa al europeo»Y reconoce que no se deja llevar por los temas de actualidad, como la crisis, a la hora de escribir un nuevo guión. «Intento hacer películas de personas de hoy, pero no proponer temas o hablar de un conflicto concreto porque eso lleva a los clichés y a hacer cine de propaganda. Me interesa mucho el destino del individuo y a veces retrato el entorno en el que se desarrolla, pero a nadie le interesan las películas de tesis y de política». Sobre la situación del cine europeo, aplaude la política de subvenciones que permite que sobreviva frente al americano, «que nos quiere borrar del mapa».