Michael Haneke: «No soy un especialista en violencia»
El director austriaco estrena «Amor» tras haber recibido cinco nominaciones a los Oscar; entre ellas, las de Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión original
david martos
Es el entrevistado más temido entre la prensa cinematográfica, con fama de socarrón y esquivo, pero quizá Michael Haneke intuía, en mitad del pasado Festival de Cannes, que su película se iba a acabar haciendo con la Palma de Oro, la segunda de su carrera. ... Quizá intuía también el éxito que está cosechando «Amor» en la temporada de premios (acaba de recibir cinco nominaciones a los Oscar , entre ellas Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión original). Tal vez todo eso contribuyó a ablandar el carácter del director austriaco, que atendió a ABC en la Costa Azul con la más amplia de sus sonrisas. Su historia sobre el cariño, la vejez y la enfermedad llega hoy a los cines españoles.
-El título de su película es muy curioso. De todos los sentimientos que refleja, ¿por qué eligio el amor?
-El título es una sugerencia de Jean-Louis Trintignant. Había elegido uno que no me gustaba mucho, y cuando él leyó el guión, me dijo: «Bueno, y si la película habla de amor... ¿por qué no la llamas así?». Y me gustó la idea.
-Pero su película no habla solo de amor, ¿es el ingrediente principal?
-No, los títulos no tienen que ser como una especie de etiqueta para las películas, tienen que generar curiosidad en el espectador. El nombre de mi cinta anterior, «La cinta blanca», tampoco era una lista de ingredientes...
-Se trata de una cinta muy silenciosa, ¿por qué?
«Los títulos no son una etiqueta para las películas»
-Cuando una historia se desarrolla solo entre dos personas que conviven en un apartamento, el silencio de la propia casa tiene que convertirse en una parte importantísima de la película. ¡A no ser que vivan al lado de una autopista!
-Sí, pero es que sus personajes pasan mucho tiempo sin hablarse...
-Yo no veo ese silencio como una forma de incomunicación, sino como la manera que tiene esta pareja de estar cómoda. Y creo que es normal cuando dos personas han pasado mucho tiempo juntas y saben mucho la una de la otra. De hecho, Jean-Luis Trintignant le cuenta a su mujer muchas historias de su juventud, y Emmanuelle Riva le responde: «¡Oh! Eso no me lo habías contado». A lo que el marido le dice: «Es que hay mucho que no sabes sobre mí». No creo que sean silenciosos, es una forma de comunicación normal dentro de la pareja.
-¿Por qué decidió hablar sobre la vejez?
-Todos nos hemos enfrentado en nuestras familias a casos de abuelos, de padres o de parejas... en los que hemos tenido que lidiar con una situación similar a esta. Por lo que respecta a mi familia, hubo una situación parecida a la que tuve que enfrentarme, y eso motivó que hiciera la película.
-¿Qué piensa cuando su cine se clasifica automáticamente como «violento»?
«Entre los 5 y los 90 años, los actores me gustan si hacen bien su trabajo»
-Esa es una invención de los periodistas, parece que han querido convertirme en un especialista de la violencia. Yo no me veo así. Pero si eso les hace felices a ustedes y a la gente, les deseo que lo sigan siendo...
-Pero no le sorprenderá que se detecte un cierto nivel de violencia en sus historias...
-Mis películas contienen menos violencia que cualquier historia de detectives. La diferencia está en que yo trato de mostrar las cosas de una forma realista y creíble, para que se noten sus efectos. No hay mucha violencia en mis películas, pero cuando aparece... golpea mucho más que otras cintas de entretenimiento, en las que la violencia está puesta para ser consumida y disfrutada.
-¿Hay diferencias entre dirigir actores viejos y jóvenes?
-No, no hay diferencia. Tengo preferencias con determinados actores, pero no con su edad. Entre 5 y 90 años, los actores me gustan siempre que hagan bien su trabajo. ¡También hay actores viejos muy malos! He tenido suerte de poder trabajar con lo buenos.
-Usted encaró «Amor» tras el éxito internacional de «La cinta blanca». ¿Le condicionó en algún sentido?
-No, creo que no. Siempre hay que empezar de nuevo. La diferencia es que un éxito previo mejora tus condiciones de trabajo, pero siempre tienes que enfrentarte a los mismos retos. En este caso, el éxito de «La cinta blanca» mejoró mi manera de trabajar.
Michael Haneke: «No soy un especialista en violencia»
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