El Sindicato de Estudiantes ha convocado para el próximo jueves 18 de septiembre una huelga en toda la Comunidad Valenciana para exigir a Educación que dé «una solución inmediata» a los problemas en las aulas, después de que ayer se sucedieran otro días más las protestas en colegios e institutos de Secundaria valencianos por las altas temperaturas.

Así, unos 1.500 estudiantes de Secundaria –según la estimación ofrecida por la Policía Nacional– participaron en una concentración ante la Conselleria de Educación para exigir «condiciones dignas» y que las aulas dejen de ser «saunas», en una acción convocada a través de móviles y redes sociales.

Una representación de los manifestantes fue recibida por el secretario autonómico de Educación y Formación, Manuel Tomás y el subsecretario de la Conselleria, Jesús Carbonell. Desde Educación insisten en que «las clases no se pueden suspender sin la notificación de los organismos competentes declarando una situación de emergencia, y que pueda suponer un riesgo para la salud, por lo que no estaría justificado tomar esta decisión». Aunque sí ha ofrecido la posibilidad de estudiar «casos puntuales en determinados centros que por las características particulares de su estructura puedan registrar en su interior unas temperaturas más elevadas».

Asimismo, explicaron que los directores de los centros –como representantes de la Administración en el centro– pueden adoptar medidas organizativas con el fin de evitar la exposición al sol de los alumnos en las horas de máximo calor, pero «en ningún caso suspender la actividad lectiva».

Aire acondicionado

Además, explicaron que la normativa de construcción de centros y los especialistas en ergonomía escolar «recomiendan que no se produzcan cambios bruscos de temperatura en los centros». Por ello «se aconsejan sistemas de ventilación natural que permitan una adecuación de la temperatura más segura para los niños».

Por último, respecto al adelanto del inicio de curso, se les explicó que ha sido una medida adoptada con el fin de permitir que los alumnos suspendidos en junio puedan recuperar ese mismo mes y presentarse a las PAU al mismo tiempo que sus compañeros, lo que obliga a adelantar el inicio del curso para no perder horas lectivas. Mientras que hacer coincidir el inicio de Primaria y Secundaria pretende «facilitar la conciliación de la vida familiar y laboral de las familias con hijos en las dos etapas».