impacto económico

La crisis reduce en 200 millones el negocio que generan las Fallas

El gasto asociado a la festividad cae un 30% y afecta especialmente al sector hostelero y a los monumentos

ALBERTO CAPARRÓS - Actualizado: Guardado en: Actualidad

Las Fallas son la fiesta popular española que en mayor medida se sustenta gracias a la aportación de los valencianos a través de sus comisiones. Familias enteras que mantienen una tradición que ha resistido a la embestida de la crisis, pero que no ha estado ajena a los ajustes presupuestarios, al incremento de la presión fiscal y a la caída de la demanda interna, especialmente entre los turistas procedentes de otros territorios españoles.

El impacto económico de las Fallas se ha visto mermado con la crisis en una horquilla que distintas fuentes cifran entre el veinticinco y el treinta por ciento, en función de los sectores. Pese a ello, las fiestas grandes de Valencia generan un negocio cercano a los 500 millones de euros.

Un informe elaborado en 2008 por la interagrupación de Fallas de Valencia situaba al sector de la hostelería como el gran beneficiado. Sin embargo, la crisis y la volatilidad del calendario ha propiciado que este año vayan a visitar las fiestas un millón de personas, de acuerdo con los cálculos del Ayuntamiento, cifra que engloba a los propios valencianos, los visitantes de pueblos vecinos y turistas que pernoctarán en la ciudad.

Festivo en tres regiones

En años anteriores, esta cifra llegó a rozar el millón y medio de personas. Sin embargo, el hecho de que este año el día 19 solo sea festivo, al margen de en la Comunidad Valenciana, en Murcia y Navarra, limita las posibilidades del sector turístico, que espera las mejores cifras de ocupación para este fin de semana. De acuerdo con la patronal del ramo, la ocupación media oscilará entre el 85 y el 87 por ciento, por debajo de las cifras del año pasado, aunque los hoteles más céntricos de la capital ya han colgado el cartel de «no hay habitaciones».

Según diferentes estudios, los turistas que acuden a visitar las Fallas gastan una media de entre cien y 125 euros. A la actividad de hoteles, bares, restaurantes y locales de ocio se suman otros negocios ambulantes como los puestos de churrerías y los clásicos buñuelos. Este año se han autorizado un total de 152 establecimientos de estas características.

Descenso de turistas

El descenso de la llegada de turistas también afectará al sector del transporte, cuyo volumen de negocio llegó a alcanzar los treinta millones de euros (con una media de seis euros de gasto por visitante) y que ahora se podría reducir en torno al treinta por ciento. Los visitantes optan por el transporte público, que incrementa sus frecuencias con servicios especiales, antes que por el taxi, en una ciudad en la que hay cuatrocientas calles cortadas y más de trescientas carpas instaladas.

El principal atractivo de los visitantes pasa por contemplar los monumentos falleros, que este año celebran la decisión del Gobierno de reducir el tipo aplicable del IVA al diez por ciento. Con todo, la crisis ha hecho mella en los presupuestos. Las fallas de 2013 ya sufrieron las consecuencias de la crisis y del aumento del 21% del IVA al bajar su coste total en 900.000 euros en relación al año anterior, pero para este ejercicio el recorte resulta especialmente pronunciado. De hecho, el presupuesto global asciende a poco más de 6,76 millones de euros, un 30% menos, que arderán la noche del 19 de marzo. Las fallas grandes suponen una inversión de 5,2 millones de euros y las infantiles suman 1,55 millones, según fuentes de Junta Central Fallera (JCF).

En total, se plantarán 770 monumentos entre grandes e infantiles. El recorte se hace especialmente visible en las Fallas de Especial –las de mayor coste económico– que este año presentan presupuestos muy lejanos a las cifras récord de ejercicios anteriores.

De hecho, en algunas comisiones su monumento iba ligado al auge del sector inmobiliario. Es el caso de Nou Campanar, presidida por el promotor Juan Armiñana, que en 2008 plantó la considerada como falla más cara de la historia, valorada en 900.000 euros.

Este año, el monumento costará 84.000 euros y la falla más cara de Valencia (Convento Jerusalén) apenas asciende a 230.000. El lema de la obra del artista Pedro Santaeulalia –«El show debe continuar»– rige los destinos del mundo fallero, que lucha por mantener viva una tradición ancestral.

En ese sentido, la tercera gran pata que mueve el negocio fallero son los integrantes de las propias comisiones. En la actualidad, hay poco más de 63.000 falleros adultos en Valencia que están al corriente de su cuota. Solo en un año, dos mil se han dado de baja al no poder soportar el gasto que implica permanecer en una comisión.

Con todo, está previsto que muchos hagan un esfuerzo adicional y paguen por participar en la tradicional ofrenda a la Virgen de los Desamparados, que está previsto que reúna a 100.000 personas, de acuerdo con las previsiones de la JCF. El descenso del número de falleros también ha implicado la reducción del gasto en indumentaria que prácticamente se ha reducido a la mitad y no alcanza los diez millones de euros. Apenas un cinco por ciento de las falleras optan por comprar un traje nuevo y apuran el fondo de armario.

Menos gasto en traca

La traca, otro elemento sustancial de la fiesta, tampoco se libra de los ajustes. Aunque se ha mantenido el presupuesto del Ayuntamiento de Valencia para las mascletaes en los 200.000 euros, el gasto de las comisiones en material pirotécnico se ha desplomado y ha pasado de una media de 3.000 euros a poco menos de la mitad.

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