Un año poniendo orden en el campo

Para ello solicitarán a los responsables de la empresa un listado de los vendedores y posteriormente comprobarán el material que se almacena para verificar que no hay nada sospechoso o que coincida con el de algún robo que se haya denunciado. Tras cotejar en la base de datos la filiación de los vendedores para ver si tienen antecedentes y constatar que no hay nada ilegal los agentes se despiden.

Esta actuación, que se pudo producir cualquier día del mes de octubre, forma parte de la rutina de los dos guardias civiles que forman parte del equipo ROCA (equipos de lucha contra los robos en el campo) de Ciudad Real para combatir uno de los problemas más acuciantes y para los que las asociaciones agrarias venían demandando en los últimos años más soluciones: los robos en explotaciones agrarias y ganaderas.

Jesús y Alicia son dos de los 275 agentes que se dedican en exclusiva a combatir la criminalidad en explotaciones. Forman parte de los 55 equipos que existen en toda España y que el Ministerio del Interior puso en marcha hace ahora justo un año para intentar ponerle puertas al campo, sobre todo en las quince provincias más afectadas por este tipo de delitos en el país, entre ellas tres de Castilla-La Mancha, Toledo, Albacete y Ciudad Real.

Desde que los equipos ROCA comenzaron a trabajar se ha constatado un descenso del número de delitos por robo. Para ellos, según cuentan a ABC, esto se debe no sólo a la acción policial, sino también a que su simple presencia es disuasoria para los ladrones.

Tanto es así que entre el 1 de octubre del año pasado y el 31 de agosto de éste los ROCA de Ciudad Real han detenido o imputado a 150 personas, de un total de 470 en toda Castilla-La Mancha. Se trata de una cifra bastante alta, advierten desde la Dirección General de la Guardia Civil, donde no dudan en calificar de «excepcional» la labor que están realizando estos grupos sobre todo en provincias como Ciudad Real donde «el rendimiento es excelente», afirman.

Una de las principales dificultades que encuentra la Guardia Civil a la hora de trabajar en este campo es que no existe un perfil determinado de delincuente. Desde las bandas organizadas que operan a nivel nacional con una estructura jerárquica y que están especializadas en robos de este calibre, hasta el que actúa en solitario. De todas las nacionalidades y todas las edades, no hay un ladrón tipo.

El pasado 30 de octubre, por ejemplo, la Delegación del Gobierno informaba de una nueva detención por parte de los agentes del equipo ROCA. En este caso, era un vecino de Miguelturra de 19 años al que se le imputaba un delito de robo en una explotación agraria donde sustrajo herramientas, baterías y 200 metros de cable de cobre.

A principios también del mes pasado, sin embargo, la actuación del equipo de Valdepeñas junto con la Policía Judicial permitía detener a cinco personas e imputar a otras siete. Con esta operación, que se denominó «Alcumotor», se esclarecieron seis robos en explotaciones agrícolas y ganaderas cometidos en las localidades de Alcubillas, Villanueva de los Infantes, Almedina, Membrilla y Villahermosa, así como un delito de hurto cometido en Villahermosa y otro delito de receptación en Alcubillas. En esta ocasión, los autores formaban parte de un clan familiar dedicado al robo. Se recuperaron 700 kilos de almendras y 900 palomas.

Un gran porcentaje del material robado, sobre todo en lo que se refiere a cobre o tubería de riego, se intenta «colar» dentro del mercado legal a través de las plantas recuperadoras. Pero aquí los ladrones se encuentran con un hándicap y es que estas empresas, por ley, deben llevar un registro de sus entradas y salidas con nombre, apellidos y DNI.

Hay veces en que es imposible identificar la procedencia del cobre. De ahí que la labor de prevención sea también uno de los pilares fundamentales del trabajo que realizan los ROCA. Según la Dirección General de la Guardia Civil los equipos de la provincia Ciudad Real han mantenido más de 200 entrevistas personales de las 750 que se han llevado a cabo en toda la región. Además, en Castilla-La Mancha se han llevado a cabo más de 50 reuniones con organizaciones agrarias. En estas reuniones los agentes insisten fundamentalmente en dos aspectos: en que nada que pueda ser susceptible de ser sustraído quede a la vista de los ladrones y en la importancia de «marcar» de alguna manera el material para que posteriormente pueda ser identificado. Incluso sugieren a los propietarios que fotografíen sus herramientas o el cable que utilizan.

Otra de las recomendaciones que se hace es que cambien sus rutinas de trabajo a menudo, que mantengan sus explotaciones cerradas en la medida de lo posible, que estén atentos a posibles merodeadores y que nunca se enfrenten a los ladrones si los sorprenden actuando. En un caso así lo primero es ponerse a salvo en un lugar seguro y después telefonear al 062. Para facilitar la llamada la Guardia Civil ha creado un app con la que el agricultor o ganadero puede ponerse en contacto directamente con los agentes.

Pero no solo el cable de cobre, la tubería de riego o la maquinaria están en el punto de mira de los ladrones. En una explotación agraria los animales, el pienso e incluso el estiércol son atractivos para unos delincuentes que buscan el dinero fácil.

ABC acompaña al equipo ROCA a una inspección ocular en una explotación ganadera cuyo propietario ha denunciado el robo de varios terneros. Los agentes tienen que buscar el rastro del o de los ladrones y para ello localizarán posibles huellas, comprobarán si se han forzado puertas o ventanas o incluso si se ha roto la valla, buscarán las rodadas del vehículo e interrogarán a los vecinos o testigos si los hubiese.

Este podría ser el inicio de una operación de mayor calado como la que tuvo lugar, por ejemplo, el pasado 23 de septiembre en una finca de El Robledo tras denunciar su propietario que desde el mes de enero llevaba notando la falta de unos 85.000 kilogramos de pienso, valorados en 21.000 euros.

Aquella noche los agentes montaron un operativo y pudieron observar cómo se aproximaba un vehículo con las luces apagadas y posteriormente una furgoneta que se introdujo en la explotación agrícola. Los agentes del equipo de Ciudad Real interceptaron la furgoneta y hallaron en su interior 2.000 kilos de pienso valorado en 500 euros por lo que resultó detenido su conductor, un vecino de Carrión de Calatrava, como supuesto autor de un delito de hurto. Posteriormente fue detenido el conductor del vehículo, vecino de El Robledo, como presunto autor del mismo delito.

La investigación se saldó con éxito, algo que viene siendo tendencia en el trabajo de estos equipos que no cejan en su empeño de frenar los robos en el campo, hasta ahora su única misión.