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Luis Carretero Gerente del Sescam

«De privatizar, nada; fuera ya la demagogia de la sanidad»

Tiene en su cabeza todas las cifras del sistema público de salud regional, una empresa de 26.000 trabajadores con 2.500 millones de euros de presupuesto

«De privatizar, nada; fuera ya la demagogia de la sanidad» ana pérez herrera

MARÍA JOSÉ MUÑOZ

El responsable del Sescam contesta sin dudar a todas las preguntas sobre el más importante departamento del Gobierno de Castilla-La Mancha, el que cuida de la salud de dos millones de ciudadanos.

—¿Se puede saber cuántas personas están en lista de espera en la región?

—Aproximadamente la lista de espera es la misma que había a primeros de año, lo cual para nosotros es un buen dato ya que el reto era equilibrar las entradas con las salidas. De 2010 a 2013 entraban más pacientes que salían; ahora, tanto la lista de consultas como la quirúrgica están equilibradas, mientras que en la lista diagnóstica habrá un 30% menos de los que aparecen en la página web del Sescam. La lista diagnóstica para mí es prioritaria. Ante la duda de qué enfermedad tiene un paciente, se le puede atender con la máxima celeridad.

—Exceptuando los casos graves, el resto de pacientes tienen que esperar bastante tiempo en esa lista. Se lo digo por experiencia.

—Y precisamente por eso ha sido en diagnóstico donde antes hemos actuado y más hemos reducido este año, sobre un 30%.

El «Plan de Choque» de listas de espera anunciado por el consejero Echániz ha salido ahora a colación tras denunciar el PSOE que han comenzado a derivarse cientos de pacientes a clínicas de Madrid y otras provincias. ¿En qué consiste realmente el plan de listas de espera?

—Con el plan especial -que ha empezado después del verano- lo que queremos es no solo conseguir el equilibrio de las entradas con las salidas, sino bajar de manera extraordinaria el nivel de pacientes en listas de espera. Recurrimos a varias alternativas: si en algunos centros existe capacidad quirúrgica para atender pacientes de centros vecinos, se les ofrece y los que pueden hacerlo, pues lo hacen.

¿Y las clínicas privadas?

—Ese es la otra alternativa; recurrir al concierto externo. Hemos ofrecido la posibilidad de concertar a todos los centros que están acreditados en Castilla-La Mancha. La gran mayoría de empresas han dicho que sí y algunas han dicho que no porque les parecía que los precios eran muy bajos.

O sea, que el Sescam ahora paga menos a las empresas privadas.

—Sí, nosotros hemos bajado los precios de concertación este año de forma importante, lo hemos adecuado a mercado. Eran unos precios que estaban muy por encima de lo que nos parecía razonable.

¿Quiere decir que algunas clínicas hacían auténtico negocio?

—Digamos que los precios eran muy altos, no sé si harían negocio o no, pero creo que como gestores de dinero público tenemos que ir a unos precios que sean razonables.

El Hospital Tres Culturas de Toledo tradicionalmente ha mantenido un concierto con el Complejo Hospitalario y ahora parecen haber surgido desavenencias. ¿Es cierto esto?

—Tradicionalmente tenía un concierto porque el hospital de Toledo necesitaba un ala del Hospital Tres Culturas para funcionar. El año pasado tratamos de sacar el máximo rendimiento a nuestros propios recursos, sin tener que comprarlos fuera, y ya vimos entonces que no era necesario ese ala. Y sin desavenencias, alrevés: dándoles las gracias por el tiempo que han colaborado. Era un concierto que tenía un coste económico muy alto.

En la provincia de Toledo, no sé si pasará en otras, se han derivado casi mil pacientes, unos 900, al Hospital de Talavera de la Reina.

—Sí, está dentro del Plan. Pero no solo en Toledo sino en el resto de provincias. Lo más importante que hay que hacer en el Sescam es trabajar como una red, no como centros independientes. Y en esa filosofía miramos qué capacidad tienen algunos hospitales de esas provincias para ayudar a otros hospitales a los que ahora costaría más trabajo sacar su lista de espera.

¿Y eso lo prioriza el Sescam antes que concertar?

—Por supuesto. Primero, sacar el máximo partido de los propios recursos y, después, concertar. Por ejemplo, el hospital de Manzanares tiene capacidad para hacer determinados servicios y en cambio el hospital de Ciudad Real tiene capacidad para ayudar a Manzanares en otros. Y lo mismo pasa en Almansa, Villarrobledo y Hellín, que ayudan al hospital de Albacete. En Guadalajara no hay otros hospitales públicos más que el que hay. Si vemos que no es suficiente, acudimos a los recuros privados. Cuenca tiene su hospital y en lo que no sea capaz de asumir, acudimos a las clínicas privadas de esa provincia.

¿Es más rentable entonces contratar con la empresa externa que utilizar a los profesionales públicos para operar por las tardes, por ejemplo? ¿Han descartado definitivamente las famosas peonadas?

—Ahora operamos por las tardes, pero lo hacemos en jornada ordinaria, sin pagar horas extraordinarias sino introduciendo flexibilidad de horarios y tratando de pactar con los servicios. Es una pena tener quirófanos que no se utilizan en toda la jornada. Este año ya hacemos más actividad en jornada ordinaria que la que se hacía hace dos o tres años con peonadas. Eso quiere decir es que nuestros profesionales están dando la talla al cien por cien.

¿Y cómo se lo han tomado? Porque desde la Consejería de Sanidad se dijo que algunos hacían negocio e, incluso, el consejero ofreció cifras de sueldos de médicos que cobraban bastante debido a estas peonadas.

—Más que entrar en profesionales concretos o en cifras concretas, son modelos de gestión distintos. En un hospital público hay que mirar muy bien qué se incentiva y qué se premia, y desde nuestro punto de vista no es una buena práctica pagarle horas extraordinarias a quien no ha podido cubrir en su jornada ordinaria la demanda que tiene. Hay que incentivar más el tener buenos resultados, no el tener problemas para conseguirlos. Entendemos que el pagar peonadas no es una buena práctica. El buen modelo a seguir es sacar el máximo rendimiento e incentivar a los profesionales que consiguen precisamente los mejores resultados.

¿Cómo les incentivan?

—Pues con lo que podemos porque estamos en una crisis económica muy grande.

¿Con la cláusula de productividad, aún existe?

—Sí, sí, existe; siempre ha existido en el sistema sanitario, y deberíamos ser capaces de potenciarla, cuando vayamos saliendo de la crisis, de potenciarlo. Es muy importante el que podamos premiar a quien hace las cosas bien. En cualquier equipo de trabajo hay quien se esfuerza más, quien se esfuerza menos, quien hace más cosas, quien hace menos....y eso debe notarse en el sistema retributivo porque si no estaríamos maltratando a quien más se esfuerza.

Pues unos profesionales que van a tener ahora más carga de trabajo son los del hospital de Talavera, al llegarle parte de la lista de espera de Toledo. La Junta de Personal ya ha pedido que se compense al personal.

—Lógico, y además es su papel como representantes sindicales. Ojalá tengamos recursos para compensar mucho a todos los profesionales que lo hagan bien. Como estamos en crisis te mueves con pocos recursos, y eso lo saben los profesionales.

El Sescam está derivando pacientes del área de Toledo, unos 25, a la Clínica Ruber de Madrid, una de las más caras de España. Choca que el Sescam, una organización pública, pacte con este tipo de clínicas.

—Más bien lo que choca es que clínicas como la Ruber, como la Quirón, -que aparentemente son muy caras y de mucho prestigio-, entran perfectamente en nuestras tarifas; no se les paga más que a las clínicas de Castilla-La Mancha. Y no suponen una molestia adicional para los pacientes. Madrid en el fondo es un trozo de Castilla que está muy cerca tanto de Guadalajara como de Toledo.

No, se lo digo porque como la Clínica Tres Culturas está aquí mismo, parece un poco raro que se trasladen a Madrid los pacientes.

—Sorprende que lo que para la Ruber son precios razonables, para Tres Culturas no. Aunque aún estamos a tiempo, el ofrecimiento siempre está abierto, y desde luego siempre trataremos de que los pacientes se queden en hospitales de la comunidad antes de que salgan fuera. Pero estas son decisiones empresariales y no podemos obligarles a seguir una línea u otra.

¿Por qué cree que el PSOE está siempre hablando de la privatización del sistema público?, ¿cree que es una estrategia de oposición o en qué porcentaje responde a la realidad?

—Deberíamos sacar mucha demagogia del discurso y del debate sanitario, y no solo en Castilla-La Mancha y con esta oposición, sino en general. Deberíamos ser capaces de que el debate en sanidad sea parecido al debate en seguridad social. Cuando se habla de pensiones hay un concepto de base, que todos comparten, y luego se discute sobre lo marginal. Y en sanidad, en cambio, parece que lo mismo que se hace cuando se está en el Gobierno se critica cuando se está en la oposición.

Entonces, ¿de privatización nada?

—De privatizar, nada, fuera ya la demagogoa; nada distinto de lo que es normal en sanidad, donde se colabora desde siempre con las empresas privadas. Y lo hacen todos los gobiernos; el anterior, y este. Siempre se busca que ese equilibro entre la aportación de la privada y la pública beneficie lo máximo al paciente. Ahora concertamos la mitad que se concertaba hace dos años; sorprende que hablen de privatización.

-Pero ¿por qué ahora se concierta menos con la privada, porque hay menos dinero?

-Porque hay menos dinero y porque tenemos mejores rendimientos en la pública, lo que no hace tan necesario acudir a la privada. Con la crisis hemos tenido todos que apretarnos el cinturón y sacar el máximo rendimiento a cada euro público. Y eso se ha notado: el Sescam cuesta 2.500 millones de euros, un 23% menos que hace dos años, y los indicadores de calidad no se han modificado.

-O sea, usted ha conseguido ese ahorro.

-No, lo han conseguido las 26.000 personas que trabajan en el Sescam, cada uno ha puesto su granito de arena y no es poco lo que ha puesto cada uno.

-Y todos esos profesionales a los que se rescindió el contrato en la sanidad pública, ¿qué esperanza tienen de volver a encontrar trabajo?

-Pues la esperanza de que vaya mejorando la situación económica, la de que volvamos a estar en una senda de crecimiento.

-Los hospitales de Manzanares, Tomelloso, Almansa y Villarrobledo, donde se iba a instaurar el modelo de gestión público-privada y se paralizó. ¿Cómo están ahora?

-Ese modelo en principio era una prioridad porque era parte de la estrategia para equilibrar las cuentas del Sescam. Y dado que ya se ha conseguido, ya no existe esa necesidad.

-¿Siguen con gestión pública ?

-Siguen con gestión pública, lo que no quita el que cada día trabajemos para mejorar esa gestión. Estamos unificando la gestión de atención primaria y hospitales en áreas integradas; estamos trabajando también para unificar en el ámbito de los servicios sociales, queremos introducir más gestión clínica, más orientación al paciente. Hay muchísimo por mejorar dentro de la gestión pública, y en colaboración con la privada cuando sea mejor o cuando nos aporte mejoras. Ese mantra de ahora de si lo público o lo privado es otro elemento de esa demagogia tan fuerte que hay dentro de ese discurso de la gestión sanitaria.

-Cuando se produjo el conflicto judicial de los PACs se dijo desde el Sescam que se iba a rediseñar un mapa de urgencias.

-Hay un número muy importante de grupos de trabajo que están trabajando y analizando todos los aspectos de la urgencia, están en marcha, aún no hay conclusiones. Las urgencias nocturnas siempre han funcionado bien, y siguen haciéndolo, aunque probablemente haya alternativas más eficientes para que funcionen, más avanzadas, más cómodas para el paciente, y tendremos que ser capaces de irlas identificando y ponerlas en marcha, sin demagogias.

-¿Y qué pasa con los sanitarios locales?

-Dentro de las reformas que hizo el Gobierno central en el año 2012, el decreto ley 16/2012 de reforma del sistema sanitario, uno de los puntos que se incluía era el de que se ponía en marcha un calendario de integración de los sanitarios locales a nivel nacional. Son funcionarios que proceden básicamente de una estructura anterior a los servicios de salud, el Insalud. Aquí en Castilla-La Mancha es un colectivo muy importante, porque son en torno al 20% de los médicos y enfermeros de Atención Primaria, unos mil entre médicos y enfermeros. Para nosotros no había ninguna necesidad de hacer ningún cambio, pero aparece en un decreto ley y hay que cumplir las normas. Y estamos trabajando en tratar de que la norma se cumpla pero que no se perjudique en nada a estos profesionales, para los que no tenemos nada más que agradecimiento por el trabajo que hacen. Intentamos que puedan seguir trabajando normalmente hasta que se jubilen, cuando se quieran jubilar, y bien integrados con los profesionales del Sescam.

-¿Y por qué protestan entonces?

-Porque lo lógico es que genere inquietud el que haya un decreto ley que dice que su integración se tiene que hacer a 31 de diciembre. Y tratamos de articular lo que dice el decreto ley con la flexibilidad y el sentido común que hay que poner para que eso no les perjudique.

-¿Es cierto que no se atiende en la región a los inmigrantes sin papeles?

-Es otro de los aspectos del decreto 16/2012 y tenía una lógica porque se estaban produciendo muchos abusos. El decreto marca claramente dónde están los casos de cobertura y los de no cobertura. Creo que hay que distinguir entre si tiene usted derecho a la asistencia gratuita o no; o si se le va a prestar asistencia. La dinámica en el Sescam es préstese asistencia siempre que se necesite al margen de quién tenga que pagarla, y luego en el pago el mismo decreto deja abierta la posibilidad de que el ciudadano que no tiene derecho pueda tener un seguro en condiciones bastante ventajosas y si prefiere no tener el seguro, habrá que ver si tenemos la obligación o no de facturar y quién se hace cargo de ello. Pero nunca no dar asistencia porque en nuestro ADN del sistema sanitario está el ayudar al que lo necesita. Además, el propio decreto ya deja claro que en casos de urgencia y de niños, mujeres maltratadas, embarazadas…la cobertura se mantiene. Cualquier paciente, aunque sea inmigrante ilegal, si va a un servicio de urgencias, tiene el mismo derecho a ser atendido. Nosotros siempre vamos a primar el atender al cobrar.

-¿Al final se adherirá la región al copago farmacéutico? No parece que estén muy por la labor.

-Hay que ser serios y cumplir las leyes, pero digamos que los beneficios no son tan claros como en otras leyes, y tenemos nuestras dudas de si va a generar más costes que beneficios. Nos ha resultado muy positivo que el Ministerio haya alargado el plazo de puesta en marcha y trataremos de ponerle todo el sentido común a la aplicación de la ley, y hacerlo de una manera homogénea con todas las Comunidades autónomas.

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