Hallan las rocas más antiguas de todo el planeta Tierra
Un equipo de investigadores afirma que una formación del norte de Quebec, en Canadá, alberga material rocoso de hace, por lo menos, 4.160 millones de años, apenas 500 millones antes de la formación de nuestro mundo
Hallan una de las rocas más antiguas de la Tierra... en la Luna
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Iniciar sesiónHace 4.600 millones de años, dentro de un Sistema Solar totalmente caótico, se formó la Tierra. Poco después se fueron creando las capas de nuestro planeta: en lo más profundo, el núcleo central; seguidamente, el manto, la capa más extensa; y, finalmente, la más ... superficial, la corteza terrestre. Pero la geología de nuestro mundo está viva. Y es cambiante. Así, toda aquella corteza primigenia, con el tiempo, se fundió de nuevo en el manto, ya que la tectónica de placas produce el deslizamiento de esta capa hacia las profundidades mientras nuevo material emerge del interior. Este ciclo alimenta fallas, volcanes, terremotos. Y el material rocoso se va transformando.
Por ello, los geólogos se preguntan desde hace años cuáles son las rocas más antiguas que conservamos. Existen varias candidatas por todo el mundo, pero un nuevo estudio publicado en la revista 'Science' apunta a un claro ganador: el Cinturón de Rocas Verdes de Nuvvuagittuq, en el norte de Quebec, en Canadá. Aquellas rocas, según indica este nuevo trabajo, han visto 4.160 millones de vida terrestre, más que ninguna otra en todo el planeta.
Jonathan O'Neil, de la Universidad de Ottawa, y sus colegas ya publicaron en la misma revista en 2008 otro trabajo en el que estimaban que las rocas que rodean a la formación tenían 4.300 millones de años, lo que las convertía en las más antiguas del mundo. De ser así, aquella formación se habría desarrollado durante el Eón Hádico, tan solo unos 300 millones de años después de la formación de la Tierra.
Sin embargo, el método empleado por los investigadores para datar las rocas generó controversia: normalmente, las rocas muy antiguas pueden datarse utilizando un mineral resistente llamado circón, que mantiene su composición química original durante miles de millones de años. Pero estas rocas de origen volcánico no contenían este material.
En su lugar, midieron el peso atómico de otros dos componentes: el neodimio y el samario. A medida que el samario se desintegra, produce diferentes isótopos de neodimio a velocidades conocidas. La proporción de isótopos de neodimio y samario que quedan en las rocas puede, por lo tanto, servir como un 'reloj' que registra el tiempo desde que la roca cristalizó a partir del magma. De hecho, dos isótopos de samario se desintegran a velocidades diferentes, lo que les permite funcionar como dos relojes paralelos. El problema era que los dos relojes no coincidían en la edad de la roca, lo que llevó a los investigadores a cuestionar su posible antigüedad hádica.
Una nueva forma de datación
No obstante, el grupo no se dio por vencido y buscó una nueva solución. Así, se fijaron en unas intrusiones del interior de la formación. Las intrusiones son un tipo diferente de roca que se forma cuando el magma del manto asciende, pero en su camino a la superficie se va encontrando con zonas más débiles en la corteza, igual que cuando una esponja se llena de agua, pero el líquido se va quedando entre el material, y solo sale cuando la esponja llega a su límite o se la comprime. El magma alojado en estas vetas se acaba enfriando sin llegar a salir a la superficie, y se solidifica, mostrando unas características determinadas.
Por definición, aquellas intrusiones debían ser más jóvenes que la corteza de alrededor, esa misma que no se había podido datar con fiabilidad en el pasado. Ahora, el equipo ha probado a realizar la misma prueba, pero en esa zona más joven. Y, en este caso, los dos relojes sí cuentan la misma historia: tanto el neodimio como el samario muestran que la intrusión tiene unos 4.160 millones de años. «Ambos relojes indican exactamente la misma edad», afirma O'Neil. «Esta confirmación posiciona al cinturón de Nuvvuagittuq como el único lugar en la Tierra donde se encuentran rocas formadas durante el Hádico, los primeros 500 millones de años de la historia de nuestro planeta». Así, este es el único remanente conocido de la corteza terrestre primitiva, que en su mayoría se fundió, pero aún sobrevive aquí.
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Sin embargo, no toda la comunidad científica está tan segura del hallazgo. «Creo que presentan un argumento tan convincente como es posible», afirma Graham Pearson de la Universidad de Alberta en Canadá para 'New Scientist'. «La explicación más sencilla de estos datos es que estas son las rocas más antiguas del mundo», afirma Jesse Reimink, de la Universidad Estatal de Pensilvania. «Pero, cuando se trata de las rocas y minerales más antiguos del planeta, no existe una verdad inamovible».
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