Cientos de nuevos y misteriosos filamentos horizontales apuntan al agujero negro central de la Vía Láctea
Recién descubiertos por los astrónomos, surgen, en horizontal, del centro galáctico como los radios de una rueda, y no parecen tener mucho que ver con los largos filamentos verticales ya conocidos que 'cuelgan' del centro galáctico
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A principios de la década de 1980, el astrónomo Farhad Yusef-Zadeh, de la Universidad Northwestern, en Illinois, descubrió una serie de filamentos gigantescos que parecían estar colgando verticalmente de Sagitario A*, el agujero negro supermasivo central de nuestra galaxia. Impresionado por su hallazgo, el científico ha dedicado los últimos 40 años a tratar de comprender qué son exactamente esas extrañas estructuras.
El último estudio al respecto se publicó en enero del año pasado, pero a pesar de que se consiguió, tras varios años de trabajo, construir una imagen sin precedentes de esas largas 'hebras' colgantes, los astrónomos siguen sin saber cómo se formaron o por qué están ahí. En aquél estudio, Farhad Yusef-Zadeh y su equipo lograron contabilizar hasta un millar de filamentos, diez veces más que en la investigación anterior, hebras luminosas de hasta 150 años luz de largo 'y que 'colgaban' en el espacio, desde el centro mismo de nuestra galaxia. Curiosamente, muchos de los filamentos estaban separados entre sí, como las cuerdas de un arpa, a una distancia fija unos de otros de unos 150 millones de km, la misma que hay entre la Tierra y el Sol.
Ahora, Yusef-Zadeh y sus colaboradores han rizado el rizo al descubrir una nueva población de filamentos, aunque esta vez mucho más cortos y dispuestos de forma horizontal, extendiéndose como los radios de una rueda desde el agujero negro central de la galaxia. El nuevo estudio se publica este jueves en 'The Astrophysical Journal Letters'.
Orígenes diferentes
Aunque las dos poblaciones de filamentos comparten algunas similitudes, las diferencias entre ellas son mucho más numerosas y Yusef-Zadeh asume que tienen orígenes diferentes. Por ejemplo, los filamentos verticales, con su longitud de 150 años luz, cruzan de arriba abajo la galaxia entera mientras que los horizontales, de entre 5 y 10 años luz de largo, se asemejan más a los puntos y rayas del código Morse, y parecen agruparse sólo un lado de Sagitario A*.
Tras haber estudiado los filamentos verticales durante décadas, Yusef-Zadeh se sorprendió al descubrir sus contrapartes horizontales. «Fue toda una sorpresa encontrar de repente una nueva población de estructuras lineales apuntando hacia el agujero negro -explica Yusef-Zadeh-. Me quedé realmente atónito cuando vi esto. Tuvimos que trabajar mucho para comprobar que no nos estábamos engañando a nosotros mismos. Y descubrimos que estos filamentos no son aleatorios, sino que parecen estar vinculados a las emisiones de nuestro agujero negro. Al estudiarlos, podríamos aprender más sobre el giro de Sagitario A* y la orientación del disco de acreción. Es muy satisfactorio cuando uno encuentra orden en medio de un campo caótico como es el núcleo de nuestra galaxia».
Estudiando las diferencias
El investigador estima que los nuevos filamentos horizontales tienen unos 6 millones de años de antigüedad. «Siempre hemos estado pensando en los filamentos verticales y su origen -afirma el científico-. Estoy acostumbrado a que sean verticales. Nunca consideré que podría haber otros diferentes a lo largo del plano galáctico».
Si bien ambas poblaciones comprenden filamentos unidimensionales que resultan visibles con ondas de radio, y que los dos tipos parecen estar vinculados a actividades en el centro galáctico, las similitudes terminan ahí. Los filamentos verticales, en efecto, son perpendiculares al plano galáctico, mientras que los filamentos horizontales son paralelos al plano y apuntan radialmente hacia el centro de la galaxia, donde se encuentra el agujero negro.

Los filamentos verticales, además, son magnéticos y relativistas, mientras que los horizontales parecen emitir radiación térmica. Por no mencionar que los filamentos verticales están hechos de partículas que se mueven a velocidades cercanas a la de la luz, mientras que los horizontales parecen acelerar el material térmico en una nube molecular.
Otra diferencia es su número: hay varios cientos de filamentos verticales y solo unos pocos cientos de filamentos horizontales. Y también, como se ha dicho, su tamaño: los filamentos verticales, llegan hasta los 150 años luz de altura, mientras que los horizontales, sólo miden entre 5 y 10 años luz. Por último, los filamentos verticales se encuentran por todo el espacio alrededor del núcleo de la galaxia, pero los filamentos horizontales parecen extenderse hacia un solo lado, apuntando siempre hacia el agujero negro.
El nuevo descubrimiento, pues, está rodeado de incógnitas y el trabajo de Yusef-Zadeh para desentrañar sus misterios apenas acaba de empezar. De hecho, en su artículo sólo ha podido considerar, por ahora, una explicación plausible para los mecanismos y orígenes de la nueva población de filamentos recién descubierta.
«Creemos que deben haberse originado a causa de algún tipo de salida de una actividad que ocurrió hace unos pocos millones de años -explica Yusef-Zadeh-. Parecen ser el resultado de una interacción de ese material saliente con objetos cercanos. Nuestro trabajo nunca está completo. Siempre necesitamos hacer nuevas observaciones, desafiar continuamente nuestras ideas y reforzar nuestro análisis».
No es la primera vez que Yusef-Zadeh encuentra algo sorprendente en el centro de nuestra galaxia. De hecho, además de los filamentos (tanto los verticales como los horizontales), el científico también participó en el hallazgo, en en septiembre de 2019, de dos gigantescas burbujas de energía, justo encima y debajo del centro galáctico, de cerca de 700 años luz de diámetro cada una y en pleno crecimiento. En un artículo publicado entonces en 'Nature', los investigadores sugerían que las burbujas podrían ser consecuencia de un evento de extrema violencia ocurrido hace unos pocos millones de años, quizá un 'atracón' de materia por parte de Sagitario A*.
MÁS INFORMACIÓN
¿Podrían estas burbujas estar relacionadas de alguna forma con los filamentos? Por ahora, nadie lo sabe. Lo único que queda claro es que el centro de la galaxia en que vivimos sigue rodeada de más preguntas que respuestas.
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