Mira quién habla durante el primer año

Aunque las niñas se llevan la fama de tener mejores habilidades lingüísticas, los varones son más parlanchines en sus primeros meses. Los investigadores creen que es una cuestión de supervivencia

¿Por qué son tan adorables los bebés?

Un niño y una niña Adobe Stock

Madrid

31/05/2023
Actualizado 01/06/2023 a las 09:14h.

«Ba», «aga»... no es que tengan una gran conversación, pero los bebés menores de un año emiten estos sonidos breves, además de gruñidos y chillidos, para intentar comunicarse. Esos precursores del habla o protosonidos serán reemplazados más tarde por palabras tempranas y, con ... el tiempo, por frases y oraciones completas. Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Memphis, Tennessee (EE.UU.), confirma que existen diferencias entre niños y niñas en la cantidad de esos sonidos. Pero al contrario de lo que pensaría la mayoría, a esa edad son ellos los más parlanchines.

Los resultados son una sorpresa, ya que existe una creencia común y arraigada «de que las mujeres tienen una ventaja pequeña pero perceptible sobre los hombres en el lenguaje», dice Kimbrough Oller, coautor del estudio que publica este miércoles la revista 'iScience'. Sin embargo, «en el primer año, los varones han demostrado producir más vocalizaciones parecidas al habla que las niñas».

La aparente ventaja temprana de los bebés varones en el desarrollo del lenguaje no dura. «Mientras que los niños mostraron tasas más altas de vocalización en el primer año, las niñas alcanzaron y superaron a los niños al final del segundo año», dice Oller.

Los investigadores no tenían la intención de analizar la diferencia del habla entre niños y niñas. Su principal interés está en los orígenes del lenguaje en la infancia. Si hubieran tenido que adivinar, habrían predicho que las niñas podrían hacer más sonidos que los niños. Pero obtuvieron este resultado en un artículo anterior publicado en 'Current Biology' en 2020.

En el nuevo estudio, mucho más grande, querían comprobar si podían discernir el mismo patrón. En esta ocasión, escucharon más de 450.000 horas de grabaciones de todo el día de 5.899 bebés, utilizando un dispositivo del tamaño de un iPod. Esas grabaciones se analizaron automáticamente para contar las expresiones de bebés y adultos durante los primeros 2 años de vida. «Esta es la muestra más grande para cualquier estudio realizado sobre el desarrollo del lenguaje, hasta donde sabemos», afirma Oller.

En general, los datos mostraron que los bebés varones emitieron un 10% más de vocalizaciones durante el primer año en comparación con las niñas. En el segundo año, la diferencia cambió de dirección y las niñas emitieron alrededor de un 7 % más de sonidos que los niños. Esas diferencias se observaron a pesar de que la cantidad de palabras pronunciadas por los adultos que cuidaban a esos bebés fue mayor para las niñas en ambos años en comparación con los niños.

El número de vocalizaciones es mayor en los niños que en las niñas durante el primer año, pero las niñas les superan antes de cumplir los dos años iScience/Oller et al.

Cuestión de vida o muerte

Los investigadores se plantearon que los bebés varones podían ser más vocales temprano simplemente porque son más activos en general. Pero los datos no parecen respaldar eso, dado que el aumento de las vocalizaciones en los pequeños desaparece a los 16 meses, mientras que su mayor nivel de actividad física continúa. Sin embargo, los hallazgos podrían encajar con una teoría evolutiva de que los bebés hacen tantos sonidos desde el principio para expresar su bienestar y mejorar sus propias probabilidades de sobrevivir.

¿Por qué, entonces, los niños varones serían más vocales que las niñas durante el primer año y no después? «Creemos que puede deberse a que los niños son más vulnerables a morir en el primer año que las niñas, por lo que pueden haber estado bajo una presión de selección especialmente alta para producir señales de aptitud vocal», dice el investigador. 'Mira quién habla', como el título de la famosa comedia romántica, puede ser una cuestión de vida o muerte. Para el segundo año de vida, a medida que las tasas de mortalidad caen drásticamente en todos los ámbitos, las cosas cambian y «la presión sobre la señalización especial del estado físico es menor tanto para los niños como para las niñas».

Los bebés son adorables. Todo en ellos está hecho para que alguien desee cuidarlos. Y probablemente los sonidos parecidos al habla que emiten sean otro de sus atractivos. Según los autores, hacen falta más estudios para comprender cómo reaccionan los cuidadores a esos balbuceos, aunque están convencidos de que los encuentran irresistibles, hasta el punto de que "provocan sentimientos reales de cariño y voluntad de invertir en el bienestar de los que vocalizan de manera especialmente efectiva».