China aterriza en Marte, ¿y ahora qué?
El rover Zhurong es ante todo una demostración tecnológica pero también puede realizar descubrimientos geológicos

China dio el salto más grande de su historia como potencia espacial el pasado sábado al colocar un rover, Zhurong , en la superficie de Marte . Se trata del tercer país en lograr semejante hazaña, por detrás de Estados Unidos y la ... Unión Soviética, aunque el Mars 3 ruso solo estuvo operativo unos segundos. Con una vida útil de unos tres meses que podría extenderse más, Zhurong es sobre todo una demostración tecnológica . Pero también está capacitado para hacer ciencia. Entre sus principales objetivos se encuentra conocer cómo es la geología de Utopia Planitia, el lugar en el hemisferio norte donde ha aterrizado. Lo que aprenda puede servir para futuras misiones más ambiciosas al planeta rojo.
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Zhurong, un vehículo de 240 kilos y que no llega a dos metros de alto, viajaba a bordo de la sonda Tianwen-1 , lanzada en julio de 2020 y en órbita alrededor del planeta rojo desde febrero. El sábado entró junto a un módulo de aterrizaje en la atmósfera marciana a una altitud de 125 kilómetros y una velocidad inicial de 4,8 kilómetros por segundo. En un momento preciso, la cápsula abrió un enorme paracaídas para controlar la velocidad y unos propulsores de cohete para frenar. A cien metros sobre el terreno, utilizó un sistema de guiado por láser para evitar la presencia de rocas en el lugar del aterrizaje. Fueron siete emocionantes minutos completamente automatizados en los que no se podía producir ni un solo fallo.

Zhurong se suma así a varias misiones activas en Marte. Dos rovers de la NASA -Perseverance, que llegó el 18 de febrero y se encuentra a varios cientos de kilómetros del lugar de aterrizaje, y Curiosity, en el planeta desde 2012- y varios orbitadores, incluido el Hope de los Emiratos Árabes Unidos, que también llegó en febrero.
«China tiene un programa enormemente ambicioso. Se suma a esta carrera y lo hace todo de una vez: no solo llegar a Marte, que ya es muy complicado, sino también aterrizar y desplegar un rover. Lo que la NASA lleva haciendo desde 1960, ellos lo están llevando a cabo muy rápido gracias a su increíble capacidad económica», explica José Antonio Rodríguez-Manfredi, ingeniero del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC).
Pero Zhurong, de seis ruedas e impulsado por energía solar, también está preparado para hacer ciencia. En breve saldrá del módulo de aterrizaje para explorar los alrededores durante al menos tres meses terrestres. Durante ese tiempo, podría obtener nueva información geológica de la zona de Utopia Planitia, una extensión amplia y plana formada cuando un objeto se estrelló contra Marte hace miles de millones de años y cubierta principalmente de material volcánico.
Mapa geológico
Zhurong recuerda mucho a los rovers de la NASA aunque, como matiza el investigador, «no es comparable al Perseverance en ambición científica y tecnológica». Está equipado con un conjunto de instrumentos para explorar el entorno, como dos cámaras en el mástil para tomar imágenes de rocas cercanas y planificar sus movimientos, una cámara multiespectral para identificar los minerales que componen el terreno o, como el Perseverance, un radar que penetra en el suelo. «En 90 días no se va a alejar mucho. Va a tratar de caracterizar el entorno y hacer un mapa geológico del terreno», explica Rodríguez-Manfredi. «También tratará de estudiar el subsuelo tratando de localizar potenciales depósitos no solo de hielo sino también de agua líquida», añade. Incluso es posible que averigüe si existe una capa de permafrost bajo el suelo, algo que podría ofrecer información sobre los cambios climáticos más recientes en Marte.
Zhurong también porta un magnetómetro para medir el campo magnético en su entorno. La información que obtenga podría ayudar a entender por qué Marte perdió su fuerte campo magnético, lo que lo convirtió en un planeta frío y seco. Mientras, desde la órbita, Tianwen-1 hará sus propias contribuciones científicas con siete instrumentos, incluidas cámaras, un radar de penetración terrestre y un espectrómetro.
Misiones más complejas
«Esta misión permitirá a China situarse en primera línea de la exploración espacial. Para empezar, ha demostrado ser capaz de llegar a Marte, lo que es algo muy difícil. Europa no lo ha conseguido. Pero además, va a ampliar su conocimiento sobre el planeta para plantear nuevas misiones más complejas. Por ejemplo, para hacer sus propios modelos de la atmósfera o sus propios mapas geológicos para poder aterrizar más eficientemente, con más seguridad y menos gasto», explica el ingeniero.
De momento Zhurong tiene 90 días para inspeccionar el paisaje marciano. Si sobrevive a ese tiempo, se desconoce si China lo mantendrá operativo como la NASA hizo con los viejos Spirit y Opportunity durante años, ya que no ha aclarado sus planes al respecto. «Hace pocos años China puso a una persona en órbita, también llegó a la Luna y ahora toca Marte. China se ha sumado a esta carrera a pasos agigantados. Para mí el espacio es una cuestión de cooperación, veremos si también para China», dice Rodríguez-Manfredi.
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