BITG, el nuevo mensaje de la humanidad para ET

La tecnología para enviar el mensaje no estará lista hasta dentro de unos años, de modo que Jiang y sus colegas quieren aprovechar ese tiempo para establecer un diálogo sobre cómo contactar a otras posibles civilizaciones y qué contarles exactamente sobre nosotros. Vaya por delante que, si la misiva llega a transmitirse, tardará miles de años en llegar a su destino. De modo que, aunque se decida enviarla, nadie espera una respuesta rápida.

Las opiniones sobre revelar nuestra presencia a otras posibles civilizaciones de la galaxia son muy variadas. Científicos como Stephen Hawking , por ejemplo, se han mostrado contrarios a este tipo de iniciativas, ya que no sabemos en manos de quién podrían caer nuestros mensajes. Según creía Hawking, la historia nos ha enseñado que cuando dos civilizaciones se encuentran, la menos avanzada suele desaparecer. Otros investigadores, al fin, se refieren a lo que se ha dado en llamar 'la teoría del bosque oscuro ': si estamos en plena noche perdidos en un bosque y encendemos fuego revelando nuestra posición, podemos atraer a depredadores.

Jiang, sin embargo, es mucho más optimista al respecto. «Queremos enviar un mensaje en una botella a través del océano cósmico, para decir: ' Oye, estamos aquí ' -dijo el científico a la revista LiveScience-, 'incluso si nosotros ya no estamos aquí dentro de unos años». El mensaje está basado en los ya enviados en el pasado, aunque contiene muchos más datos y, sobre todo, está escrito en un 'lenguaje' que lo hace más comprensible. Según el artículo, la idea sería poder enviarlo en 2024, justo cuando se cumplen los 50 años del histórico mensaje de Arecibo, que en 1974 fue el primer intento 'serio' de contactar con ET.

En aquél momento, se utilizó código binario y se envió información sobre el sistema decimal, el más usado por la humanidad, además de una lista de elementos químicos comunes y un mapa del Sistema Solar . Aquél mensaje fue enviado hacia el cúmulo estelar M13 desde el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, y lo cierto es que a día de hoy apenas ha recorrido el 0,2% de la distancia total. M13, de hecho, se encuentra a 25.000 años luz de nosotros, y ese es el tiempo que el mensaje tardará en llegar allí.

El nuevo mensaje, que los autores han bautizado como The Beacon in the Galaxy, (BITG), y que según ellos podría enviarse desde el gran telescopio chino FAST de 500 metros (el sucesor del telescopio de Arecibo), también está escrito en código binario, contiene descripciones básicas de matemáticas, física y biología (incluido el ADN), algo que los destinatarios necesitarán para comprender a los humanos. Además, contiene un mapa de la Vía Láctea, el Sistema Solar y la Tierra, con informaciones precisas sobre la composición de nuestro planeta y su atmósfera. Y en esta ocasión, la idea es enviarlo a un destino más cercano: un anillo de estrellas a unos 6.000 años luz de la Tierra. Algunas de esas estrellas tienen planetas en sus zonas de habitabilidad, por lo que es posible que en esos mundos se haya desarrollado la vida.

En conjunto, el nuevo mensaje es mucho más avanzado que el de Arecibo. Para empezar, la ubicación de la Tierra dentro de la Vía Láctea es mucho más precisa que la enviada en 1974. Para ello, los científicos utilizaron como puntos de referencia cúmulos globulares, grupos esféricos de estrellas muy cercanas unas a otras, fácilmente identificables a grandes distancias.

El mensaje incluye también una marca de tiempo que permite saber cuándo fue enviado. ¿Pero cómo decirle eso a un extraterrestre que no maneja nuestros parámetros y desconoce por completo nuestra forma de medir el tiempo? La respuesta está en los átomos de hidrógeno neutro, que abundan en el espacio interestelar. Ese elemento puede entrar en un estado de alta energía al colisionar con otras partículas en el espacio, pero después de unos 10 millones de años de 'excitación' regresa a su anterior estado de menor energía, un tipo de evento que los físicos llaman 'spin flip'. Esa transición proporciona una unidad de tiempo universal gracias a la que se puede saber cuánto tiempo después del Big Bang se envió el mensaje.

Según los investigadores, emitir el mensaje tiene más ventajas que inconvenientes. De hecho, señala Jiang, ya estamos emitiendo involuntariamente señales de radio y TV al espacio, «señales que no han sido diseñadas para ponernos en un buen lugar (por ejemplo la guerra de Ucrania).Probablemente habría sido mucho mejor enviar una comunicación intencionada».

Otra razón a favor, señala el científico es que algún estado o poder que no representa a toda la humanidad pueda iniciar una transmisión sin estar abierto al resto del mundo. «Esta es otra razón para promover transmisiones con participación abierta, para evitar que solo haya transmisiones secretas. Es por eso que nuestro mensaje BITG se está finalizando y publicando abiertamente, invitando a la retroalimentación de todas las partes interesada».