El otoño junto a sus cambios, viene a recordarnos la belleza de la impermanencia. Al igual que las hojas de los árboles cambian sus tonalidades, caen, tiñen el suelo de colores distintos, las madrugadas son distintas, empezamos a tener menos luz y una temperatura ... más fresca. Todo en el otoño nos recuerda que algo sigue cambiando a cada instante.
Y estos cambios no solo ocurren en el exterior sino que en nuestro interior, también sentimos que se avecina un cambio. Nuestro cuerpo y nuestra mente reclaman ajustes en los horarios , la alimentación y en diferentes hábitos cuotidianos para poder seguir sacando el mejor partido a cada uno de nuestros días.
Pero ¿cuál es uno de los mejores beneficios del otoño? Sin duda, algo que nos lleva a preparar nuestro camino, día a día: la aceptación del cambio. Es momento de soltar nuestras pesadas hojas, lastres y preocupaciones, para preparar nuestro espacio interno.
Y para ello, hemos preparado la meditación de esta semana porque se trata de vaciar primero para poder llenar después .
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