Una experta en sueño da la solución para los que se despiertan por las noches y no se vuelven a dormir

Según la doctora Barwick, hay múltiples razones por las que nos despertamos durante la noche, aunque, si las interrupciones son breves, generalmente no las recordamos.

No obstante, hay veces que, tras despertarnos, nos cuesta volver a conciliar el sueño. Y aunque esto puede parecer frustrante, la doctora Barwick afirma que no hay razón para alarmarse: «No significa que tu sueño se haya interrumpido de forma irreversible». Por lo que recomienda evitar caer en pensamientos catastróficos como «nunca volveré a dormirme» o «mañana estaré destrozado», ya que estos pensamientos aumentan la ansiedad y hacen que sea más difícil relajarse y regresar al estado de sueño.

Según revela la experta en sueño, cuando nos despertamos en mitad de la noche, es probable que nuestro cerebro esté funcionando desde el sistema límbico, una parte del cerebro involucrada en las respuestas emocionales, como el miedo o la ansiedad. Por lo que, en este estado, es fácil que nuestros pensamientos se descontrolen. En este sentido, la doctora Barwick recomienda un enfoque más consciente: «Reconocer lo que está sucediendo puede evitar que te alejes demasiado del país de los sueños». Por tanto, es importante recordar que nuestro cerebro está exagerando su respuesta emocional y que, en realidad, estamos bien. Este reconocimiento de la situación nos ayuda a mantenernos más tranquilos, lo cual es fundamental para que el cuerpo vuelva a entrar en el ciclo de sueño.

Uno de los mayores errores que cometemos cuando no podemos volver a dormir es enfocarnos obsesivamente en intentar hacerlo. «Cuando te esfuerzas demasiado en volver a dormirte, es casi seguro que permanecerás despierto más tiempo», afirma la doctora Barwick. Este esfuerzo por dormir despierta la mente y aumenta la ansiedad, haciendo más difícil conciliar el sueño.

En lugar de forzarnos a dormir, la especialista sugiere que aceptemos nuestra situación y que realicemos una actividad relajante que nos distraiga. «Si no logras volver a dormir después de lo que parecen 20 minutos, levántate y haz algo tranquilo que te guste», como leer, tejer o escribir en un diario. Sin embargo, Barwick manifiesta que es fundamental evitar cualquier actividad que implique el uso de pantallas, como ver televisión o mirar el móvil, ya que la luz azul de estos dispositivos puede inhibir la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.

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El objetivo de esta actividad es reducir la ansiedad y permitir que el cuerpo recupere el 'impulso de sueño', una especie de presión natural que nos ayuda a dormir.

Es normal preocuparse cuando no dormimos bien, ya que el sueño es vital para sentirnos con energía al día siguiente. Sin embargo, la mayoría de las personas pueden funcionar de manera aceptable tras una mala noche, aunque puedan sentirse algo más cansadas o irritables. En ese sentido, la doctora recomienda no realizar siestas largas durante el día ni acostarse demasiado temprano la noche siguiente, ya que esto puede alterar el ciclo de sueño y dificultar que el cuerpo se autorregule.

Por último, cabe destacar que si estas interrupciones del sueño son crónicas o si, a pesar de dormir varias horas, nos despertamos cansados, es recomendable acudir a un médico para descartar posibles trastornos del sueño, como el insomnio o la apnea.