Boticaria García, nutricionista: «Si toleras la leche, no hay ninguna evidencia por la que tengas que eliminarla de tu dieta»
La ciencia avanza y nosotros cada vez sabemos más sobre lo que debemos y lo que no tenemos que llevarnos a la boca
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I. Asenjo
No hay motivos para desterrar la leche de nuestra alimentación. La ciencia avanza y nosotros cada vez sabemos más sobre lo que debemos y lo que no tenemos que llevarnos a la boca.
Apuntan varias revisiones publicadas en revistas médicas, que en adultos sanos ... el consumo moderado - uno o dos vasos diarios - puede formar parte de una dieta equilibrada. No es para menos teniendo en cuenta que se trata de una fuente de proteínas de alta calidad, aporta una importante cantidad de calcio y vitaminas A, D, E y K (liposolubles) y varias vitaminas del grupo B, como la B2 (riboflavina) y B12 (cobalamina), nutrientes clave para la salud ósea.
La leche y sus derivados fermentados, como el yogur o el kéfir, parecen ofrecer beneficios adicionales para la microbiota intestinal. Y en contraste, no existen pruebas sólidas que vinculen la eliminación de este alimento con mejoras significativas en la salud general. Así, la mayoría de expertos recomienda adaptar la ingesta según la tolerancia individual y las necesidades nutricionales.
Uno de ellos es la reconocida divulgadora científica Marian García, más conocida como Botigaria García, que pone a la leche en el debate nutricional en un vídeo difundido en las redes sociales de la cuenta @gastro_life.
La experta aborda en esta web de actualidad gastronómica, recetas y consejos los principales mitos y realidades de la leche. «Es un alimento muy completo, pero no es imprescindible», sostiene la doctora en Farmacia y experta en Nutrición, que recuerda que pese a las bondades de este alimento, su consumo debe adaptarse a las circunstancias de cada persona.
Leche de vaca, de cabra o bebidas vegetales
«Claro que existe la intolerancia a la lactosa, claro que existe la alergia a la proteína de la leche de vaca. Hay gente que no puede tomar leche y hay otras alternativas como las bebidas vegetales», indica, mientras insiste en que, para quienes la toleran bien, «no existe ningún motivo, ninguna evidencia a día de hoy por la que tengas que eliminarla de la dieta».
A día de hoy la leche de vaca sigue dominando el mercado. Los datos del Ministerio de Agricultura cuentan que el 95% del consumo nacional corresponde a esta variedad, mientras que la de cabra o de oveja apenas alcanza el 3%. Sin embargo, las redes sociales y las corrientes de alimentación natural han impulsado en los últimos años el interés por la leche de cabra, a la que se atribuyen supuestos beneficios antiinflamatorios.
Mitos sobre la leche
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La leche es solo para la infancia: La leche y sus derivados aportan nutrientes importantes, como calcio y proteínas, que son beneficiosos a lo largo de toda la vida, incluyendo la vejez, para el mantenimiento de la masa muscular y la salud ósea.
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La leche engorda o sube el colesterol: La leche entera contiene grasa, pero las versiones desnatada y semidesnatada tienen un contenido graso muy bajo y no necesariamente provocan aumento de peso o problemas de colesterol en el contexto de una dieta equilibrada.
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Las bebidas vegetales sustituyen a la leche: Las bebidas de origen vegetal (soja, almendra, avena, etc.) no tienen el mismo perfil nutricional que la leche de vaca y no deben considerarse sustitutos directos a menos que estén fortificadas con los mismos nutrientes clave (calcio, vitamina D, B12, etc.).
La divulgadora apunta sobre diferencias entre ambas. «La leche de cabra se ha puesto súper de moda porque supuestamente es antiinflamatoria y es verdad que tiene unas proteínas algo diferentes a las de la leche de vaca». No obstante, advierte de que estas variaciones no justifican generalizaciones.
«No hay ninguna evidencia a nivel poblacional de que la leche de cabra vaya a sentar mejor», señala. Eso sí, advierte a los consumidores que es «más cara y tiene un sabor más potente». «Si a ti te gusta y la quieres pagar, estupendo, pero no es mágica», apunta.
Las bebidas vegetales, una opción distinta
Tampoco las bebidas vegetales son una alternativa equivalente desde el punto de vista nutricional.
«Las bebidas vegetales se hacen a partir de avena, almendras o soja, pero el porcentaje del vegetal no puede ser muy alto, porque si no sería un puré. Hay que mirar que no tengan azúcares añadidos y, si se usan para sustituir la leche, que estén enriquecidas con vitamina D u otras vitaminas», recomienda.
Según indica la experta, estas bebidas «son estupendas, pero nutricionalmente diferentes a la leche».
Yogur, kéfir y otras opciones lácteas
Más allá de la leche, la divulgadora recuerda que existen alternativas lácteas adecuadas para quienes sufren cierta intolerancia o buscan variedad en su dieta: «Los yogures tienen las proteínas predigeridas y suelen sentar mejor porque las bacterias se han comido parte de la lactosa».
También destaca el kéfir - bastante de moda - «una opción interesante porque tiene más diversidad de cepas probióticas y también levaduras».
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