Fitness
¿Es verdad que el ejercicio acelera el metabolismo?
La intensidad y la constancia en la actividad física son necesarias, pero no suficientes para acelerar el metabolismo
El ejercicio puede contribuir a acelerar el metabolismo si se cuida la alimentación.
No demoremos la respuesta a la pregunta que plantea el titular. La respuesta es «sí, pero con matices». Y esos matices tienen que ver con el «cómo» y con el «cuánto». O mejor dicho, con la intensidad y con la constancia , tal ... como explica César Bustos , licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo). Pero vayamos por partes. Lo primero que debemos saber es cómo funciona el consumo de energía en el organismo. Por un lado, el metabolismo basal , que es la energía que gasta el cuerpo en hacer sus funciones vitales básicas (respirar, garantizar el funcionamiento de los órganos del cuerpo, hacer la digestión...etc ), puede suponer entre el 70% y el 75% de las calorías quemadas en el día.
Los factores que influyen en si el cuerpo gasta más o menos energía con sus funciones vitales son el género (los hombres queman más calorías), la edad (a partir de los 40 años el consumo va disminuyendo), la genética y la composición corporal (cuanto más tejido muscular se posea, mayor cantidad de energía se consume).
En cuanto al 30% de consumo de energía restante, se reparte, segun precisa Bustos, entre el NEAT (Non-exercise activity thermogenesis), que es el gasto energético que hace el organismo al realizar cualquier actividad que no se considera «ejercicio físico » y que depende de si esa persona es más o menos sedentaria ; el efecto termogénico de los alimentos, que llevan a consumir energía para procesarlos y digerirlos y, por último, el ejercicio diario o la actividad física pura y dura.
Una vez hecha esta aproximación básica volvamos a la pregunta: ¿puede el ejercicio ayudar a acelerar el metabolismo? La clave está, según afirma Bustos, en si el ejercicio se lleva a cabo con la intensidad suficiente para que aumente la temperatura corporal y la tendencia del músculo a querer «crecer», pues esto es lo que hará que realice un mayor consumo calórico .
A la hora de medir el estímulo que supone un ejercicio para el cuerpo éste se puede determinar a través de estas variables, según detalla el experto de la Seedo: intensidad , volumen (cantidad de trabajo realizado por un periodo determinado de tiempo), frecuencia , velocidad , duración , tipo de ejercicio y tiempo de descanso .
En líneas generales, Bustos asegura que todo estímulo en forma de ejercicio físico que alcance la intensidad suficiente para emitir una respuesta fisiológica puede contribuir a acelerar el metabolismo , pero aclara que la actividad física debe ser constante para que este efecto sea sostenible y tenga eficacia. «Tanto la constancia como la intensidad son necesarias para que haya un proceso denominado sobrecompensación o supercompensación , que implica que el cuerpo reaccione para intentar compensar el efecto generado por un estímulo. La intensidad del ejercicio es la que estimula pero el cuerpo siempre tenderá a estabilizarse por lo que si lo que se desea es acelerar el metabolismo deben producirse nuevos estímulos», explica. En definitiva, si se mejora la condición física aumenta el consumo calórico y por tanto se contribuye a la aceleración del metabolismo o al aumento del consumo metabólico de energía.
La alimentación es la clave
Pero, además de tener en cuenta la intensidad y la constancia en la práctica de ejercicio, es necesario seguir un patrón de alimentación saludable pues, tal como aclara Bustos, de nada sirve realizar una actividad física intensa con la intención de acelerar el metabolismo si no se cuida la alimentación.
Comparte esta opinión la doctora María Amaro, quien asegura que la práctica de ejercicio en sí misma no es lo suficientemente eficaz sin el cuidado de la alimentación y viceversa. «Está demostrado científicamente que lo que más contribuye a acelerar el metabolismo es el aumento de la masa muscular y la eliminación de la masa grasa . Y eso se consigue combinando el ejercicio con la nutrición saludable», aclara.
Algunas pautas básicas relacionadas con la alimentación para lograr este fin son, según la doctora Amaro: menús ricos en proteínas (incluso en el desayuno), grasas saludables (especialmente ácidos grasos Omega-3 como los que contiene el pescado azul) y en hidratos de carbono de absorción lenta (cereales integrales).
Algunos alimentos que contienen capsaicina (sustancia presente en algunos picantes) pueden contribuir a aumentar el metabolismo, según afirma la nutricionista Verónica Pereira. «Actúan estimulando la secreción de la hormona adrenalina, que a su vez activa el metabolismo y la quema de grasa», afirma. Si bien los expertos aclaran que estos efectos son muy limitados.
En el otro lado de la balanza se situarían aquellas prácticas que ralentizan el metabolismo como saltarse comidas, beber alcohol, eliminar todas las grasas, no dormir las horas diarias suficientes, consumir a menudo productos «light» o seguir dietas restrictivas.