Cómo preparar té frío y otras bebidas que hidratan y no hinchan
Con las altas temperaturas conviene dejar de lado los refrescos y el alcohol pues, en contra de la creencia popular, son opciones que pueden favorecer la deshidratación
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Así puedes preparar té frío.
En verano es casi imposible beber algo que no lleve hielo. Las altas temperaturas y el bochorno en general -que agota a más de uno y de dos- hacen que los líquidos nos entren de maravilla. Si solemos tomar café, seguramente en esta ... época del año nos apetezca que esté fresquito, y lo ideal sería no renunciar a ninguna bebida que nos guste solo porque haga calor. Todas pueden tener su versión helada.
Hidratarse es fundamental para mantener el equilibrio y el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Además, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- Función vital del agua: El agua es esencial para el funcionamiento de todos los sistemas del cuerpo humano. Ayuda en la digestión, circulación, regulación de la temperatura y la eliminación de toxinas a través de la orina.
- El impacto en el rendimiento físico y mental: mantenerse hidratado mejora la concentración, la memoria y la capacidad de tomar decisiones. A nivel físico, la deshidratación puede reducir la resistencia, aumentar la fatiga y hacer más difícil la recuperación muscular.
- Prevención de enfermedades: una hidratación adecuada puede reducir el riesgo de enfermedades renales, problemas en la piel y trastornos gastrointestinales. También ayuda a mantener un sistema inmunológico fuerte.
- Beneficios en la piel: el agua es fundamental para mantener la piel saludable, hidratada y con un aspecto más joven. La deshidratación puede hacer que la piel se vea opaca, seca y propensa a arrugas.
Opciones de bebidas frías
Con las altas temperaturas hay que pensar qué bebidas podemos tomar dejando de lado los refrescos y el alcohol, que en realidad pueden favorecer la deshidratación. Estas son las mejores opciones:
1. Los 'mocktails' son una opción fresca, saludable y creativa inspirada en la coctelería clásica. Ligeros, hechos con ingredientes naturales y sin alcohol, se pueden preparar con té, frutas o hierbas, perfectos para cualquier momento. En Tea Shop disponen del Set Tea Cocktails, una alternativa saludable inspirada en la mixología clásica, con combinaciones como Tropical Colada, Sangría Tea, White Daiquiri y Ging Dry Tea.
También es buena opción tomar matcha o golden milk. Mientras que la primera hace que absorbamos mejor las vitaminas (C, D, E y K), los minerales (magnesio, selenio y zinc) y los aminoácidos esenciales como la L-teanina, la segunda es rica en minerales como hierro, calcio o magnesio y en ácidos grasos omega 3 y ácido linolénico. También contiene azúcares y proteína.
Un matcha recomendable es el de The Matcha Bowl, con todos los utensilios que permiten disfrutar de esta bebida en su mejor versión y con un matcha verdaderamente exquisito.
2. Frutas que se beben. Además de ser una fuente de vitaminas, muchas frutas tienen un alto contenido en agua. Melón, piña, melocotón, manzana o limón aportan frescor y nos conectan con el verano con tan solo pensar y saborear. Triturarlas puede ser una opción si queremos obtener esa hidratación de manera bebible, y si no siempre podemos echar mano del Set Iced Teas de Tea Shop, que combina estos ingredientes en mezclas que apetecen a cualquier hora.
2. Batidos con agua, leche o bebida vegetal. Si buscas algo que refresque y además sacie, los batidos con base de agua, leche, bebida vegetal, frutas y/o hortalizas son una opción versátil. Puedes añadir hielo, toppings... Son ideales para tomar a cualquier hora, desde el desayuno, merienda o postre.
Cómo hacer té frío
Siguiendo los consejos de los expertos de Tea Shop, así se hace el té frío para guardar el máximo sabor:
1. Infusiona siempre en caliente. Para que el sabor y el aroma se mantengan intactos, el té o la infusión debe prepararse primero con agua caliente (según la temperatura recomendada para cada variedad). Así se liberan todos los matices, antioxidantes y propiedades que hacen especial cada variedad.
2. Respeta el tiempo de infusión. Cada tipo de té tiene su tiempo ideal (2-5 minutos aprox.). No lo alargues ni lo acortes para evitar que quede amargo o falto de sabor.
3. Escoge la forma de enfriar según el tipo de bebida. Té helado (iced tea), smoothies o cocktail. Cuando termine de infusionar tu elección escogida, filtra el té o infusión y enfríalo. Tienes diversas formas:
4. Puedes añadir hielo directamente o dejarlo reposar en la nevera. Si, en cambio, prefieres una opción aún más suave, prueba la maceración: deja la mezcla en agua fría toda la noche y fíltrala por la mañana.
En cambio, si buscas una textura más cremosa (smoothie) mezcla en una batidora con fruta, bebida vegetal, semillas o lo que más te apetezca.
5. Guarda en frío. Pasa la bebida a una botella o jarra y consérvala en la nevera. Mejor si reposa al menos 1 hora para que se asienten bien los sabores.
6. Personaliza tu receta. Añade fruta fresca, hierbas aromáticas o bebida vegetal según el tipo: para un mocktail, hielo y cítricos; para un iced tea, melón o menta; para un smoothie, fruta triturada o bebida vegetal.
Alimentos que hidratan
Cuando hablamos de refrescarnos, solemos pensar en la sensación inmediata que nos deja un helado o una bebida muy fría. Sin embargo, como explica Laura Jorge, dietista-nutricionista, fundadora y directora del centro de nutrición, psicología y salud Laura Jorge, «lo que más ayuda a nuestro cuerpo a regular su temperatura es mantenernos bien hidratados y favorecer una digestión ligera». Por eso, elegir alimentos ricos en agua y fáciles de digerir es fundamental si queremos sentirnos frescos y con energía durante los días de calor.
«Hay alimentos que, por su composición y su efecto en el cuerpo, nos ayudan a mantenernos frescos y ligeros durante los días de más calor», explica. Y estos son algunos de ellos:
- Las frutas y verduras de temporada son un gran aliado. Además de ser deliciosas, aportan agua, vitaminas y minerales que ayudan al organismo a mantenerse ligero y evitar esa sensación de pesadez típica de las comidas copiosas. La sandía y el melón, por ejemplo, están compuestos en más de un 90% por agua, lo que las convierte en opciones perfectas para picar entre horas, como postre o incluso para preparar sopas frías y ligeras.
- El pepino es otra de las estrellas del verano. Ligero, crujiente y muy hidratante, puedes incorporarlo en ensaladas, gazpachos o en agua saborizada junto con unas rodajas de limón y menta. El tomate, tan presente en la cocina mediterránea, también es una excelente opción. Su alto contenido en agua, su versatilidad y su aporte de antioxidantes lo convierten en un ingrediente ideal para ensaladas, zumos o salsas frías.
- Más allá de las frutas y verduras, algunas hierbas y especias pueden ayudarte a potenciar la sensación de frescor. La menta y la hierbabuena, por ejemplo, no solo aportan sabor, también contienen mentol, que genera un efecto refrescante en boca y en el organismo. «Una infusión fría con menta, una limonada o incluso una ensalada de frutas con hierbabuena pueden marcar la diferencia en los días de más calor», sugiere la experta.
- Y aunque pueda parecer contradictorio, el jengibre también puede ser útil. Estimula la sudoración, un mecanismo natural que utiliza el cuerpo para enfriarse, y un té frío de jengibre con limón puede ser muy revitalizante.
- Los lácteos fermentados como el yogur o el kéfir, que por su textura fresca y su fácil digestión resultan ideales en verano. Además, aportan probióticos que favorecen el equilibrio de la microbiota intestinal, clave para la salud en general. Un yogur natural con fruta fresca o una crema fría a base de kéfir son opciones ligeras, nutritivas y apetecibles.
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