Calorías líquidas: por qué no debes subestimar sus efectos en el cuerpo

Si tenemos en cuenta que en nuestra cultura es muy habitual «quedar a tomar algo», siendo ese «algo» la cervecita, refrescos, una copita de vino… O que tanto en los servicios de comida a domicilio y menús en restaurantes habitualmente ofrecen estos tipos de bebida, podemos entender que ocupan un lugar importante en nuestra dieta y que, por supuesto, afectan igualmente al peso, como a nuestra salud.

Las bebidas alcohólicas, al igual que los refrescos (incluyendo aquellos que son cero azúcares), son nutricionalmente pobres y en la mayoría de los casos aportan unas cantidades excesivas de azúcar, edulcorantes o alcohol. Sustancias que generan inflamación e irritación en el estómago y a la larga pueden traernos serios problemas.

Además, no debemos pasar por alto que son altamente calóricos y que muchas veces son la causa de que no logremos alcanzar nuestros objetivos nutricionales aunque llevemos buenos hábitos alimenticios. Como siempre trato de transmitir, en la moderación está la virtud, pero en estas fechas de tantos eventos alrededor de una mesa podemos excedernos fácilmente, te pongo en situación: estamos preparando y cocinando los ricos platos de la comida navideña y para hacerlo un poquito más ameno, preparamos una copita de vino.

Cuando llegan los primeros familiares, para acompañar al aperitivo sacamos unas cervecitas o un vermut. Seguidamente, nos sentamos a comer y quizás a lo largo de la comida, nos apetece un refresco u otra copita de vino para acompañar ese plato tan espectacular que hemos preparado y al finalizar, la sobremesa se alarga un poquito y alguien propone tomar un «digestivo».

En definitiva, que si hacemos un recuento de lo que hemos bebido, nos damos cuenta de que quizás, sí, nos hemos excedido. Y si a esto le sumamos que no solo es un día, ni dos, al final, estas calorías liquidas suman y mucho.

Aquí te dejo una tabla con las calorías que nos aportan algunas de las bebidas que solemos tomar:

Si tomamos una cerveza, una copa de vino, una de cava y un combinado, la suma total nos daría:

84 + 106.5 + 105 + 181 = 476,5 Kcal de más en una cena

Por excelencia la mejor opción de bebida, siempre es el agua. Alrededor de un 60% de nuestro peso es agua y en ella se producen todas las reacciones químicas de nuestro organismo: regula nuestra temperatura corporal, transporta nutrientes y oxígeno, es lubricante de articulaciones y músculos y necesaria en la digestión de alimentos y su excreción. Imaginate cuan importante es para nosotros.

Por nuestra cultura gastronómica y nuestros hábitos, quizás de primeras, en la comida de Navidad, el agua no sea la bebida que más triunfe, pero para ayudar a nuestros seres queridos a aumentar su consumo y disminuir el de las bebidas alcohólicas y azucaradas, podemos preparar con antelación diferentes aguas de sabores con frutas, como naranja, limón, frutos rojos o incluso de hierbas aromáticas como la hierbabuena, menta, cilantro o el agua de Jamaica que tanto va en esta epoca navideña, seguro que le da un toque más atractivo en apariencia y sabor.

Además de las calorías vacías que nos aportan estas bebidas, no podemos olvidar que tanto el alcohol como el azúcar no aportan nada bueno a nuestra salud y que la mejor opción es siempre reducir al máximo su consumo.

Puedes saber más de Elisa Escorihuela a través de su cuenta de Instagram: @eliescorihuela , su labor en el Centro de Nutrición Nutt y en su libro 'Dietoterapia'.