Fresa

Este fruto rojo se encuentra en su máximo esplendor de marzo a mayo. Rica en antioxidantes (la mayor parte de ellos, en las semillas), fibra y minerales (potasio, magnesio y manganeso), aporta también flavonoides y vitaminas (vitamina C, B2, B6, E y ácido fólico o B9). Con pocas calorías , tienen un bajo contenido en azúcares y cerca del 90% de su composición es agua.

Contiene ácidos orgánicos como el salicílico, el málico y el oxálico y flavonoides (antocianinas), que son pigmentos vegetales con acción antioxidante.

También se relaciona su consumo en el marco de una dieta equilibrada con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, hipercolesterolemia y arteroesclerosis, además de impulsar la prevención de la oxidación del colesterol malo y la correcta función endotelial gracias al aumento de la concentración de antioxidantes en el plasma sanguíneo.

El hecho de que sean fuente de Vitamina C (con más incluso que la naranja) permite mejorar la absorción del hierro y su aporte en ácido fólico también puede suponer una ayuda en la prevención de la espina bífida (en caso de embarazo).

Al ser ricas en potasio y pobres en sodio facilitan la diuresis y son beneficiosas en los casos de hipertensión arterial, retención de líquidos o gota.

Por otra parte, se está investigando la capacidad preventiva de las fresas frente a algunos tipos de cáncer gracias a su capacidad antioxidante .

Algunos de los componentes de la fresa se han relacionado con una mejora de la salud mental , pues contribuye a retrasar el envejecimiento del cerebro.

Además, su contenido en luteína y zeaxantín contribuyen a la prevención de los casos de degeneración macular asociada a la edad.

Su contenido en xilitol ayuda también a proteger el esmalte de los dientes .