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Los espíritus del bosque apagan la luz

Los avistamientos de luciérnagas empiezan a declinar a finales de agosto, aunque aún se pueden ver en el norte peninsular; la contaminación lumínica es la principal amenaza de estas 'hadas voladoras', que se encienden para encontrar amores

Luciérnagas brillan en un campo. R. C.

José Antonio Guerrero

Madrid

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La luz de una luciérnaga resulta tan cautivadora que puede convertir un paseo nocturno por el campo en un momento increíblemente mágico. En los veranos de antaño se veían más luciérnagas «porque de pequeños salíamos más al campo y porque también había más huertos cerca ... de casa», apunta José Ramón Guzmán, ingeniero de montes y naturalista granadino de 53 años, que comparte su amor por estos simpáticos bichitos luminiscentes en la web Gusanos de Luz, que puso en marcha en 2009 junto al belga Raphaël de Cock, erigida hoy en un estupendo faro de información sobre las luciérnagas ibéricas y mediterráneas.

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